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Las doncellas llegaron muy temprano en la mañana, para alistar a Rowena para continuar su travesía hacia el norte. 

– ¿Gusta que le preparemos su corcel o viajará en el carruaje de la reina, Lady Rowena?.– cuestionó la doncella evitando la mirada de la lady. 

–Ya me coloqué la ropa para montar, así que preparad mi corcel, por favor .– ordenó la rubia, recogiendo su cabellera en una trenza. 

Rowena amaba a su hermana, pero encerrarse con ella y dos de sus hijos por un día, acabaría con ella. 

Terminó de arreglarse y salió en busca de una distracción, en lo que su corcel se alistaba. 

Vagó un rato de aquí para allá, hasta que decidió encontrarse con su hermano cerca de su carpa.

–Buenos días Lord Tyrion.– saludó sonriente haciendo una burlona reverencia.

Tyrion sonrió y se acercó a su hermana.

–Deja de sonreír, me produces dolor.– Tyrion colocó una mano en su cabeza.

–Hermano mayor, yo no soy la que te produce tal dolor, es todo el vino que tomaste anoche.–

–¿Podrías culparme?, todo Westeros me desprecia, al igual que la mitad de mi familia; agregando que la otra mitad se volvió loca.– Rowena le proporcionó un buen empujón.

–Hermano mayor, no estoy loca, simplemente Cersei quiere jugar conmigo.  Cree que soy la princesita de padre, cuando claramente no lo soy.–

–Ambos sabemos que Cersei te tiene bastante envidia.– Rowena colocó una peculiar mueca en su agraciado rostro.

–Explícate.– 

–Veamos...– Tyrion viajó entre sus recuerdos – Ella es astuta, pero carece de inteligencia, tú por otro lado, eres ambas. Te abriste camino entre todos los Lords que besan el trasero de padre, te ganaste el afecto de los habitantes de la roca, ¡Y por los 7 dioses!, eres el reflejo vivo de la doncella. Te convertiste en una estratega indispensable en el consejo de padre a tu corta edad, y por último, tú estás tomando las decisiones en tu vida, eso es lo que hace rabiar a Cersei: Tú puede decidir libremente.– 

Rowena siempre había estado consciente de la mayor parte; sabía que se había ganado el amor de su pueblo, y ella había desarrollado afecto por ellos, con el tiempo, sin embargo al principio Rowena simplemente anhelaba poder. Aprendió el arte de la estrategia, ya que su padre no le permitió más, ella ansiaba luchar en grandes batallas; no obstante  Tywin Lannister eliminó aquel sentimiento llevándola a un enfrentamiento a campo abierto. Al ver tal masacre, simplemente reflexionó que todas esas muertes se pudieron haber evitado con una mejor organización. 

Y lo último, la parte en la que ella tomaba sus decisiones, estaba por verse. Ella se visualizaba gobernando la roca, como la nueva guardiana del oeste. Tendría que casarse, eso era un hecho, le daría a su padre el gusto de escoger a su marido, si el accedía a dejarle el cargo cuando él muriera.  

–No tengo precisamente un libre albedrío hermano mayor, pero si estoy al tanto de todas mis proezas, te prometo que si termino gobernando la roca, tú estarás a mi lado, como un igual; y aparte te dejaré beber todo el vino de las bodegas.–

Tyrion sonrió y le extendió su mano.

–Veo que cabalgarás, ¿Qué sucede hermana?, ¿A caso te asusta el carruaje real?.– Rowena tomó la mano de su hermano y comenzaron a andar.

–No me asusta, ni el carruaje, ni las personas que viajan en su interior, simplemente quiero tomar aire fresco; además quiero ver  como el paisaje cálido, se torna poco a poco tenue y helado.– 

𝕽𝖔𝖜𝖊𝖓𝖆 𝕷𝖆𝖓𝖓𝖎𝖘𝖙𝖊𝖗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora