𝕽𝖔𝖜𝖊𝖓𝖆 𝕷𝖆𝖓𝖓𝖎𝖘𝖙𝖊𝖗

002

Lady Rowena se encontraba cepillando su cabello mientras terminaba de secar su escultural cuerpo, tenía una cena con la familia real esa noche, podría llegar con el lodo y el sudor del viaje a la cena, después de todo eso era lo que menos le importaba, pero su hermana le había pedido asistir pulcra a la reunión.

Rowena terminó con su cabello y una doncella le ayudó a colocarse el vestido de satén carmesí con bordados dorados del león de su casa.

–Lady Rowena, la reina aguarda por usted.– anunció una doncella al servicio de Cersei.

–Entonces que así sea, no debemos hacer esperar a la reina ¿verdad?.–se mofó la dama siguiendo a la doncella hasta la carpa donde se llevaría acabo la cena.

Ahí ya se encontraban sus tres hermanos, y sus 3 sobrinos.

–Lady Rowena de la casa Lannister.– Anunció un paje dandole la bienvenida a la chica de vestido carmesí.

Rowena realizó una pulcra reverencia, la cual fue interrumpida por los brazos del pequeño príncipe Tommen.

–¿A quien tenemos aquí?– Rowena observó los mofletes inflados del infante, los cuales eran acompañados por los orbes verdosos de los Lannister.

–Tommen, tía Rowena, ¿acaso no me recuerdas?.– se entristeció el pequeño príncipe.

–Pero claro que te recuerdo, yo te vi nacer mi dulce príncipe de verano.– Y la dama tenía razón, la última vez que Rowena había visitado a su hermana en la fortaleza roja, fue cuando nació su último hijo que ahora tenía 11 días del nombre.

–Tommen suelta a tu tía, recuerda tus modales hijo.– Al escuchar la voz de su progenitora, el príncipe Tommen se alejó de su tía y regresó a su asiento.

La princesa Myrcella se levantó con delicadeza de su asiento, se acercó a su tía, realizando una reverencia.

– Princesa Myrcella, ella es la que debería inclinarse frente a ti hija mía, después de todo no poseen el mismo rango.– provocó Cersei, dandole un sorbo a su copa de vino.

Rowena sonrió y colocó una mano sobre la mejilla de su sobrina.

–Eres tan hermosa Myrcella, posees la belleza de tu madre, sin embargo puedo deducir que no tienes el carácter de ella, no sabes cuanto me alegra saberlo– contraatacó besando la mejilla de la menor, al fondo se escuchó el choque de la copa sobre la mesa– Y tiene razón tu madre, yo no soy más que la heredera de tu abuelo, Lord Tywin, ¿lo recuerdas?, el guardián del oeste.–

Tyrion supo que era momento de intervenir, antes que Rowena hiciera una provocación más fuerte que hiciera que le cortaran la cabeza ahí mismo.

–Rowena, ven a sentarte, te reservé un lugar a mi lado.– Rowena acarició por última vez la mejilla de su sobrina, le guiñó y le señaló su lugar para que volviera a sentarse.

Myrcella sonrió y asintió, regresando a su lugar junto a sus hermanos.

–Hermano mayor, es muy grato verte de nuevo, ahora más pulcro.– sonrió Rowena acercándose a su lugar.

–Bueno ya sabes, nada que un baño de agua helada no pueda resolver, ¿vino?, lo vas a necesitar.– Rowena asintió mientras se sentaba en la silla, en el lado derecho de la mesa, quedando frente a su hermano Jaime, a su lado derecho tenía a el futuro heredo del trono de hierro, y a su lado izquierdo tenía a su hermano mayor Tyrion.

–Tía Rowena, tanto tiempo sin verte y veo que aún sigues sin casarte.– provocó el niño rubio.

Rowena bebió de su copa de vino y espero hasta que el vino pasara por completo por su garganta para replicar el comentario de su sobrino mayor.