La primera parada para descansar le sentó de maravilla a Rowena Lannister, después de pasar más de 5 horas cabalgando, su caballo necesitaba descansar.—Por favor has que le den agua suficiente y que revisen su pata trasera izquierda, creo que se la ha lastimado.—pidió Rowena a uno de sus escoltas, mientras acariciaba la crin de su leal corcel.
Robb observaba detenidamente como todos cumplían sin oponerse a las ordenes de la Lady, se notaba el respeto que cada uno de sus soldados le tenían.
—Lord Stark debo separarme un momento de usted, pero lo veré en la cena.
Robb asintió sin chistar mientras observaba a la lady alejarse.
Rowena decidió ir a dar un paseo y despejarse un poco de la gente. Caminó buen rato, pensando en qué haría con el nuevo Targaryen. Definitivamente ya lo tendría en la palma de su mano, después de la oferta de amistad que había hecho.
Tenerlo en la orilla del mundo le facilitaba las cosas, sin embargo su presencia seguía amenazando sus planes.
Rowena se ganaría a los dragones uno por uno. A la más pequeña, a través de Illyrio Mopatis, le había enviado un regalo de bodas bastante costoso, que sabría que le encantaría.
"Se lo aseguro mi Lady, son reales, y con el pago le aseguro mi silencio"
Rowena había aprendido a no confiar más que en ella misma, por lo que tomó algo que realmente le importaba al mercader para así asegurarse de que no hablaría.
"Entrégalo con el seudónimo: Oeste."
Una vez hecho el pago, Illyrio Mopatis se marchó a la boda de la joven Targaryen.
Para reforzar su amistad con Jon al otro lado del muro, pensaba en enviar recursos a la guardia de la noche, después de todo, esos hombres no recibían nada de parte de la corona, lo cual era realmente injusto, ya que esos hombres sí eran ladrones, violadores, asesinos; pero ellos protegían a Westeros de los salvajes y otras amenazas.
Su reflexión se vio interrumpida por una riña a lo lejos, al acercarse, Rowena pudo distinguir la silueta de sus dos protegidas Stark y de su nefasto sobrino.
Observó la verdadera naturaleza destructiva de su sobrino, sabía que ese chiquillo no podría ser su rey.
Todo se fue de su control cuando el chiquillo intentó atacar a Arya y antes de que Rowena pudiera detenerlo una loba huarga se le adelantó y mordió la mano de el príncipe.
Rowena sabía que si no hacía algo alguien podría perder la vida.
Así que bajó la colina enseguida.
—¿Qué te ha sucedido sobrino mío?— actuó la joven Lady, conectando su mirada con la más pequeña de los Stark.— Eso no importa ahora, permíteme ayudarte.
Rowena lo ayudó a levantarse mientras con su mano le hacía una seña a la pequeña Stark para que huyera con su loba. Arya asintió y salió disparada hacia el bosque.
—Lady Sansa ve con tu padre, yo me encargaré de su alteza real.
—Pero Lady Lannister...
—Lady Sansa, he dicho que vaya con su padre.— ordenó tajante para que pudiera entender que lo hacía para salvar su vida.
Sansa salió disparada colina arriba sin voltear atrás.
—¡Juro que la mataré tía! ¡Me ha atacado!— lloriqueaba su sobrino mientras caminaba de nuevo al campamento.
Rowena era sorda ante las quejas y amenazas de su sobrino, sabía que era un desperdicio de ser humano. Cuando al fin llegaron al campamento Rowena por fin pudo sacarse de encima a ese gusano despreciable.
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𝕽𝖔𝖜𝖊𝖓𝖆 𝕷𝖆𝖓𝖓𝖎𝖘𝖙𝖊𝖗
Fanfiction"𝒮𝓊 𝓇𝓊𝑔𝒾𝒹𝑜 𝓈𝑒𝓇𝒶́ 𝑒𝓈𝒸𝓊𝒸𝒽𝒶𝒹𝑜 𝑒𝓃 𝓁𝑜𝓈 𝟩 𝓇𝑒𝒾𝓃𝑜𝓈, 𝐸𝓈𝓈𝑜𝓈, 𝓎 𝒽𝒶𝓈𝓉𝒶 𝓂𝒶́𝓈 𝒶𝓁𝓁𝒶́ 𝒹𝑒𝓁 𝓂𝓊𝓇𝑜." Iniciada: 24/05/19