Robb había partido esa misma noche, dejando a su amada en su hogar.
—Voy a probar que soy digno de ti Lady Rowena, lo juro por mi honor de Stark.
Rowena sonrió ante la promesa y besó la comisura de sus labios.
—Confío en que encontrarás una forma de probar tu valía ante mi padre, hasta entonces estaré esperándote paciente, pero por favor, no tardes mi valiente lobo del norte.—recitó Rowena actuando como la Lady indefensa y estúpida a la que solía recurrir para que no se sospechara sus verdaderas intenciones.
Aunque realmente no era toda una mentira, ella estaría esperando paciente el momento perfecto para poner en marcha la segunda parte de su plan, mientras la señal era lanzada, ella esperaría cómodamente en su hogar, junto a su nueva pupila.
El banquete había sido todo un éxito. La comida estuvo exquisita, la música fue alegre e incitaba al público a unirse al compás de los instrumentos; ninguna copa estuvo vacía esa noche.
Rowena había hecho su aparición junto a la pequeña Lady esa noche, siendo aclamadas en cuanto sus cuerpos pasaron el umbral de las grandes puertas que daban paso al jardín.
Ambas mujeres habían disfrutado de la velada juntas, Arya no se despegó ni un segundo de la heredera del oeste, que iba de un lado a otro interactuando con todos los presentes; nobles y plebeyos por igual.
Había conocido a más gente esa noche, que en toda su vida en el norte.
Ambas se fueron a sus respectivos dormitorios a grandes horas de la noche, sabiendo que a la mañana siguiente tendrían una audiencia en el salón principal.
La puerta de la habitación de Arya se abrió sin previo aviso, revelando a una hermosa leona dorada tras la puerta. Rowena entró observando el cuerpo de Arya aún sobre la cama, la mujer se acercó con cuidado de no despertara y se colocó junto a ella.
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𝕽𝖔𝖜𝖊𝖓𝖆 𝕷𝖆𝖓𝖓𝖎𝖘𝖙𝖊𝖗
Fanfiction"𝒮𝓊 𝓇𝓊𝑔𝒾𝒹𝑜 𝓈𝑒𝓇𝒶́ 𝑒𝓈𝒸𝓊𝒸𝒽𝒶𝒹𝑜 𝑒𝓃 𝓁𝑜𝓈 𝟩 𝓇𝑒𝒾𝓃𝑜𝓈, 𝐸𝓈𝓈𝑜𝓈, 𝓎 𝒽𝒶𝓈𝓉𝒶 𝓂𝒶́𝓈 𝒶𝓁𝓁𝒶́ 𝒹𝑒𝓁 𝓂𝓊𝓇𝑜." Iniciada: 24/05/19