Capítulo 34

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(Jessica)

Durante toda la semana había estado ayudando a Eleanor con las cosas del vestido, el peinado y todo eso. Fue divertido porque además a mí me ayudaba a coger ideas para mi boda con Liam.

Al final llegó el gran día, yo era una de las damas de honor junto con el resto de las hermanas de Louis. Liam era uno de los padrinos de boda y llegó con Louis primero a la iglesia.  Cuando nos avisaron de que era el turno de la novia, entramos. Eleanor iba guapísima con un vestido palabra de honor con encaje y un poco de pedrería y una cola de un metro. Cuando entramos en la iglesia todos los invitados se levantaron y pude ver como Louis se emocionaba desde el altar en el que ya estaba con Liam.

Caminamos por el largo pasillo hasta llegar al altar donde el padre de Eleanor, que la acompañó durante el recorrido,  le dio la mano de su hija a Louis quien la tomó y no pudo evitar soltar una pequeña lágrima. Yo me puse a un lado de los novios, como todas las damas de honor y Liam estaba justo en frente mío. No paraba de sonreírme y yo a él igual. La ceremonia fue larga, estás cosas son bonitas pero la verdad es que se hacen eternas, pero al final llegó la parte importante.

-Louis Tomlinson, ¿aceptas a Eleanor Calder como tu legítima esposa para amarla y respetarla en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, todos los días de tu vida hasta que la muerte os separe? - preguntó el sacerdote.

-Sí, quiero -Louis ni se lo pensó.

-Eleanor Calder,  ¿aceptas a Louis Tomlinsom como tu legítimo esposo para amarle y respetarle en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, todos los días de tu vida hasta que la muerte os separe? - preguntó el sacerdote en este caso a Eleanor.

-Sí, quiero -respondió firme

-Sí alguien tiene que decir algo para que este matrimonio no pueda unirse que hable ahora o calle para siempre. -Y en esta boda,  a diferencia de la mía, nadie abrió la boca. -Por el poder que me ha sido otorgado yo os declaro marido y mujer, lo que ha unido Dios que no lo separe el hombre, podéis besaros. -Parece que estaban deseando oír esas palabras porque no dudaron ni un momento en besarse, todos aplaudimos.

Tras la ceremonia y hacernos alguna fotos que quedarán para el recuerdo de este hermoso día, la fiesta comenzó y todos los invitados salieron a la pista a bailar. Yo salí a la terraza a ver la puesta de sol.

-¿Qué hace una chica tan guapa como tú tan sola? -dijo alguien acercándose por la espalda y abrazándome por la cintura, evidentemente era Liam.

-No lo sé, tan solo quería mirar la puesta de sol. -estuvimos un rato callados hasta que el rompió el silencio.

-¿Sabes? He oído que en las bodas se liga mucho, ¿será verdad? -dijo

-Ah pues no lo sé - me di la vuelta quedando frente a frente - Pero yo no quiero a nadie más conmigo que tú. -el silencio volvió reinar entre nosotros pero esta vez porque un beso lo había provocado.

-¿Te he dicho alguna vez que eres la mujer más hermosa? -dijo separando nuestros labios.

-Sí, alguna vez jaja

-Estoy deseando de que llegue el día de nuestra boda.

-Y yo, espero que todo salga igual de bien que en esta boda.

Oímos como la música de la pista de baile había cambiado de movida a lenta.

-¿Me concede este baile? -dijo Liam como un apuesto príncipe se lo pediría a su princesa.

-Con mucho gusto

Fuimos a la pista de baile, yo pasé mis brazos por su cuello mientras el ponía sus manos en mi cintura, teníamos nuestras frentes apoyadas pudiendo sentir la respiración del otro.

Luchando contra el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora