viginti unum.

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|| Eunha ||

⎯⎯¿SinB?

Llamé a la menor, mientras cerraba la puerta principal de la casa.

Había salido a comprar algo de ropa y uno que otro dulce en la plaza hace como media hora, en lo que SinB y su madre iban a visitar a una amiga de esta ultima y, como supuse que no demorarían tanto, pensé que ya estarían aquí; pero, al parecer, ninguna de las dos ha regresado.

No le tome tanta importancia y me dirigí al cuarto de la menor para descansar un poco.

A tan sólo unos pasos para llegar, comencé a oler un repugnante aroma. No sabría con exactitud de que podría ser o como describirlo, pero era algo similar al olor de un animal muerto por lo fuerte que era.

Con algo de asco, me cubrí la nariz con el cuello de mi camisa, tomé la perilla de la puerta y la giré para poder abrirla.

Solté un fuerte grito al ver un cuerpo colgando a mitad de la habitación, con demasiada sangre; entonces, abrí los ojos y me senté de golpe.

⎯⎯¡Eunha, Eunha! ¡tranquilízate!

SinB rápidamente se sentó también y me tomó de los hombros para tratar de tranquilizarme, con una expresión preocupada por mi repentina alteración, el grito que di logró despertarla, así como a sus dos progenitores, los cuales habían llegado a la habitación, igual de preocupados, en donde la de mechones y yo nos encontrábamos dormidas.

Todo fue una pesadilla.

Al estar consciente de ello, abracé fuertemente a SinB y oculté mi rostro sobre su pecho, mientras recibía suaves caricias de esta.

Poco a poco, logré tranquilizarme, pero aun seguía aferrada al cuerpo de la menor.

⎯⎯¿Estás mejor, cariño? ¿Quieres que te traiga un té?

⎯⎯No, no, señora Hwang muchas gracias. Me siento mejor.

⎯⎯¿Estás segura?

⎯⎯Sí, SinB, estoy bien⎯⎯. Levanté la cabeza y traté de mostrar una expresión serena para tranquilizar tanto a Eunbi como a sus padres ⎯⎯Lamento haberlos asustado.

⎯⎯Descuida, hija. Lo importante es que estás bien ⎯⎯. Espetó el señor Hwang, mientras abrazaba a su mujer ⎯⎯Si necesitan algo, estaremos en la cocina para hacer el desayuno, ¿de acuerdo?

Ambas asentimos y ambos adultos se retiraron del cuarto.

Volví a esconder mi rostro en el suave pecho de Hwang, aún pensando en la horrorosa escena que mi mente generó.

Mientras tanto, me dejé llevar por los suaves besos que la menor dejaba en mi cabeza, eso ayudó mucho para que me tranquilizara por completo.

⎯⎯Tuviste una pesadilla, ¿verdad?

Asentí ante su pregunta, sin llegar a pronunciar algo. SinB siguió preguntando:

⎯⎯¿Puedo saber que soñaste?

Por mi parte, tragué saliva y evité hablar, no quería preocuparla con algo que posiblemente era insignificante.

⎯⎯Ya, está bien, supongo que no soy quien para saberlo ⎯⎯. Dice, con algo de sequedad, y me aparta lentamente de ella, para así levantarse y salir por la puerta de la habitación.

Observe como su figura desaparecía, aun estando en mi lugar. ¿En serio le había molestado el que no haya querido hablar al respecto?

Era algo absurdo.

Suspiré con pesadez y me puse de pie para arreglarme e ir a ayudar a los señores Hwang con el desayuno.





























































Pasando la mitad del día y. después de haber ayudado con los rutinarios quehaceres, me encontraba sentada en el jardín, atrás de la casa; mientras vagueaba, con algo de aburrimiento, en las redes.

Hasta ahora, me quedaba claro que SinB estaba molesta, pero seguía sin comprenderlo.

El fin, como ella no ha querido hablarme, pues no me quedaba de otra que seguir su juego, a pesar de que no me parecía estar así por algo estúpido.

De repente, un movimiento hizo que despegara la mirada del celular y la dirigiera al frente mío; lo único que veía eran las bardas que dividía la calle y el terreno.

Mantuve la vista fija allí y nuevamente vi otro movimiento entre los pequeños huecos que este dejaba; era una figura negra moverse, debido a la rapidez en la que iba, no pude diferenciar lo que era.

Algo extrañada, me puse de pie para acercarme y averiguar si podría alcanzar a ver la misteriosa figura.

Pero un sonido interrumpió lo que haría. Era mi celular, alguien me estaba marcando.

Levante el objeto para ver quien era y este señalaba que era SinB. Ahora más extrañada que nunca, sólo por el hecho de la repentina llamada, ella supuestamente está adentro; tecleé al botón para responder y lo puse en mi oreja.

⎯⎯¿Eunha? Soy Yuju. ¿Está SinB contigo?

⎯⎯Espera⎯⎯. Parpadee ⎯⎯¿cómo es qué tienes su celular?

⎯⎯Eso no importa, Eunbi, ¿está o no está contigo?

Por el tono preocupante de su voz, tuve un mal presentimiento. Entré a la casa y corrí por los pasillos, en busca de la menor.

Sin éxito, me quede parada en medio de la casa, totalmente perpleja.

⎯⎯¿Eunbi?

⎯⎯No... no está conmigo, y tampoco está en la casa.

Escuché como suspiraba pesadamente en la línea. Me estaba poniendo nerviosa.

⎯⎯Y ¿su madre está ahí?

⎯⎯No, la señora Hwang había salido desde la mañana a dar un paseo.

⎯⎯Vale, necesito que vengas a la casa de Umji lo más rápido que puedas.

⎯⎯¿Por qué? ¿qué está pasando, Yuju?⎯⎯ Pregunté, sin evitar demostrar mi nerviosismo, mientras tomaba las llaves de la casa que la madre de SinB me había dado.

⎯⎯Cuando llegues te lo explicamos⎯⎯. Responde, tratando de ser lo más serena posible ⎯⎯Sólo apresúrate.

Y colgó.

Gᥣᥲss Gᥲrdᥱᥒ ┋2ᥱᥙᥒbι ·˚ ༘:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora