viginti novem.

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|| SinB ||

⎯⎯SinB, despierta. Te necesito.
⎯⎯¿Eunha..?

Abrí los ojos, debido a la tenue voz que aparentaba ser de mi novia y, con lo primero que me topé, fue con un cielo muy azul.

⎯⎯SinB.

De nuevo escuché esa vocecita llamándome y me levante lentamente del pasto. Observé a mi alrededor y lo único que veía eran arboles demasiado altos. Estaba completamente sola, sin ningún animal a la vista.

Consternada y desorientada, comencé a caminar.

Una vez más, esa voz me volvió a llamar y por esta ocasión la escuché más cerca.

Giré mi cabeza hacia la derecha y ahí la vi con un vestido blanco; Eunha me veía con una expresión serena.

La observé detenidamente, mientras salían lágrimas de mis ojos sin explicación alguna; Eunha sólo se mantenía ahí parada, sin hacer nada más que regresarme la mirada, se veía hermosa.

Entonces, de repente me sonrió, alzó la mano para hacer una señal de que la siguiera y empezó a caminar.

⎯⎯¡Espera!

La fui siguiendo con temor de perderla de vista. Eunha no me hacia caso, no dejaba de caminar y, por alguna extraña razón, con cada paso que daba, aumentaba de velocidad; casi como si estuviera corriendo.

⎯⎯¡Eunha, espérame!

La imité y estiré la mano con desesperación para tratar de siquiera alcanzarla de esa forma, sin éxito. Ella cada vez se alejaba de mi más y más.

⎯⎯¡No me dejes, yo también te necesito!

Exclamé, sin dejar de correr. Los nervios se volvieron más fuertes y fue en ese momento cuando todo se volvió oscuro.

Abrí los ojos y me senté de golpe, con la respiración agitada. De nuevo había tenido ese horrible sueño. Me toqué la nuca y me di cuenta de lo mucho que estaba sudando, ya no me sorprendía que estuviera bañada de sudor cada vez que soñaba esa pesadilla.

Suspiré con pesadez, sin tantas ganas, estiré mi mano, tome el celular, con el fin de consultar la hora y me puse de pie. No me tomé la molestia de tender mi cama, ya que me di cuenta de que se me estaba haciendo tarde en el trabajo y directamente fui a buscar unos pantalones negros, una camisa blanca y zapatos formales para ir a darme una rápida ducha.

10 minutos más tarde, salí del baño con la ropa puesta, me sequé el cabello con la secadora, busqué mi saco, llaves y mi mochila, para así salir de mi departamento; sin siquiera desayunar por el poco tiempo que tenía.

Me dirigí rápidamente a la parada del bus, mientras suplicaba que estuviera ahí mi transporte que me llevaba al trabajo, por suerte lo estaba, así que pagué mi pasaje y tomé asiento.

Durante todo ese transcurso de media hora en transporte, me la pasé observando a través de la ventana, mientras trababa de no explotar por lo tarde que se me hacia.

Cuando por fin había llegado a mi destino, inmediatamente mi jefe me llamó y me regañó por mi impuntualidad, ya era la segunda vez que me llamaban la atención por esa misma razón y realmente no sentía miedo de ser despedida por tercera vez. Ya era algo normal en mi vida cotidiana.

Después de eso, me dirigí a mi oficina, pues tenía muchos documentos que ordenar y terminar para hoy. Entré a este y me senté frente al escritorio, sin más rodeos, para empezar.

Gᥣᥲss Gᥲrdᥱᥒ ┋2ᥱᥙᥒbι ·˚ ༘:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora