quattuor.

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Al día siguiente.

|| Eunha ||

—— Me pregunto si hoy será un día igual a los demás... —— Me dije a mi misma al ver mi propio reflejo en el espejo. Si soy realista, no creo que vaya a pasar algo increible hoy, por más que quisiera. Me toque el curita que tenía en la mejilla lastimada y suspiré de una manera profunda. Ayer tuve suerte de que aquel señor al que debería llamar "padre" no estuviera en casa cuándo llegué después del encuentro con Eunbi. El fin, de todas formas ni ganas de tener su presencia aquí.

Me dispuse a darme una ducha al darme cuenta de que se me hacía algo tarde si seguía absorbida viéndome mi propio rostro, al final me vestí y cuándo baje de la habitación me dirigí a la cocina por una empanada para comérmela en el camino.

Al pasar algunos minutos, ya me encontraba a casí llegar al instituto, pero de repente sentí como unos largos y delgados brazos me regalaban un suave abrazo desde por atrás, me sobresalte un poco y me giré para toparne con una mirada serena y sonriente de Sojung.

—— ¡Buenos días, Eunha! ¿Cómo está la cumpleañera el día de hoy?

—— Primero, me asustaste, tonta. Segundo, supongo que bien, gracias... Y tercero, ¿cómo es qué sabes que es hoy..?

—— ¿Eh? Bueno, tú me lo dijiste un día cuándo te insistí para que me lo dijeras al haberte negado mucho ¿de verdad no recuerdas? Era principios del ciclo escolar y recuerdo muy bien que aquel día me golpeaste con un libro.

—— Ah... —— No sabía que decír y solo bajé la mirada. —— Lamento eso...

—— No hay problema, valió la pena el librazo. —— Sentí como me tomaba la mano y como me jalaba suavemente para seguir caminando, pero ahora a su lado. Me sentía algo extraña al ser la primera vez que hace eso, no somos tan cercanas como para tener esa confianza, pero lo deje pasar.

No tardé mucho en desesperarme al ir demasiado lento, así que interrumpí aquel silencio que había entre las dos.

—— No es por nada, pero ¿podríamos ir más rápido? Llegaremos tarde a este paso. —— Se empezó a reír.

—— ¿De qué hablas? Falta media hora y más aparte lo que tenemos de tolerancia. —— Sentí como mis mejillas se ponían rojas por la vergüenza. —— Pensaste que era más tarde ¿verdad? —— Decía burlona.

—— C-Cállate y sólo camina.

—— Okey.

Seguimos nuestro camino hasta llegar a los pasillos del colegio. Había mucha multitud, y ruido, lo cuál era demasiado típico, y agradezco de tener a Sojung dirigiéndome para no estar perdiendo tiempo en pedir permiso.
Cuándo llegamos al aula, escuché que alguien la llamaba, no pude ver quién era por lo mismo de que unos tipos estaban cubriendo mi vista, me maldecía a la vez por mi estatura.

—— Entra si quieres, yo me tardaré un poco por aquí —— En eso soltó mi mano.

—— Como quieras.

Sin rodeos, entré y me fuí directo a mi asiento, siendo lo más discreta que pude. El aburrimiento pudo conmigo y me puse a ver al exterior por la ventana más cercana.

No sé cuánto tiempo pasó, pero escuche que llegó el profesor y mis ojos se toparon con una caja de color azul en mi mesa, era un regalo. En él se encontraba una tarjetita que decía "Realmente no sabía que regalarte, pero espero que te guste. Con cariño, Kim Sojung. "
Nunca me esperé esto, así que la busque con la mirada a esa chica de cabello pelirrojo y al toparmela viéndome también le dije silenciosamente un "Gracias".
De nuevo me dedicó esa sonrisa que la caracteriza mucho "De nada, Eunha" es lo que pude leer de sus labios. Guardé el regalo en mi mochila y sólo me dedique a prestar atención a la clase.



























Gᥣᥲss Gᥲrdᥱᥒ ┋2ᥱᥙᥒbι ·˚ ༘:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora