viginti octo.

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⎯⎯¿Eun..?

Susurré, mientras poco a poco lograba recuperar la consciencia y abrí con dificultad los ojos. La persona que pude visualizar frente a mi fue mi madre, la cuál mantenía una expresión preocupada, pero a la vez más relajada al verme despierta.

⎯⎯Oh, cariño, aquí estoy. ¿Cómo te sientes?

⎯⎯Bien... supongo⎯⎯. Respondí y me llevé una mano a la cabeza al dolerme y noté que una tenía la cabeza vendada. Entonces, observe las paredes blancas de la habitación ⎯⎯¿En dónde estoy? ¿Dónde está Eunha?

⎯⎯Estás en el hospital, linda y, no lo sé.⎯⎯. Respondió con angustia.

⎯⎯Espera, ¿cómo que no sabes dónde está?⎯⎯. Comencé a sentirme nerviosa, demasiado nerviosa ⎯⎯Ella estaba conmigo en... en su anterior casa, antes de que perdiera la consciencia... ¿A caso vine sola aquí?

⎯⎯Cariño, necesito que te tranquilices. Sojung me llamó y me dijo que te habían encontrado inconsciente dentro de esa casa y que te habían traído aquí, pensé que ella venia contigo, pero no⎯⎯. Dijo ⎯⎯Ahora explícame ¿qué hacían ustedes ahí?⎯⎯ Preguntó, ahora en un tono molesto. Sabía que no le iba a gustar⎯⎯ Eunbi, quedamos que del centro comercial iban a regresar a casa.

⎯⎯Por dios, mamá, no es momento de recibir regaños sobre donde estábamos, necesito saber dónde está Eunha⎯⎯. Me quejé, llegando a un punto de no poder controlar el temblor de mi mano por los nervios ⎯⎯ Quiero ver a Sowon.

⎯⎯Pero, hija.

⎯¡Quiero ver a Sowon!⎯⎯. Exclamé con desesperación.

Mi progenitora se sobresaltó por la forma en como le respondí, sin dejar de verme con una expresión dura, pero preocupada. Asintió con un movimiento de cabeza, se puso de pie y salió de la habitación.

Suspiré con pesadez y traté de mantener la calma, sin llegar a lograrlo totalmente, mientras esperaba. Finalmente, escuché que alguien tocaba la puerta y como lentamente la abría; era aquella chica pelirroja.

⎯⎯¿Cómo te sientes?⎯⎯. Preguntó Kim, mientras cerraba la puerta y poco a poco se acercaba a mi.

⎯⎯Estaría mejor si tan sólo supiera el paradero de mi novia⎯⎯. Reproché ⎯⎯¿Quién hizo esa llamada? Dime todo lo que sabes.

⎯⎯Primero, quiero que te relajes, Hwang. Mira, las cosas pasaron así: yo había dejado a Umji en su casa y, cuando iba para la mía, vi que había patrullas, una ambulancia y mucha gente a unas cuantas cuadras de dónde estaba caminando⎯⎯. Hizo una pausa ⎯⎯Cuando me acerqué, escuché a una señora diciendo que ella había marcado a la policía al haber escuchado disparos cuando pasaba por ahí; yo no sabía que era la ex casa de Eunbi hasta que te vi dentro de la ambulancia y le pregunté a un oficial.

⎯⎯Y ¿Eunha?

⎯⎯Lamentablemente no la vi, ni contigo ni adentro de una patrulla⎯⎯. Carraspeó ⎯⎯SinB, no sé que fue lo que sucedió en esa casa, y mucho menos sé a donde fue Eunha, pero quiero creer que está bien. Ya tu padre debe de estar encargándose de que las autoridades la busquen.

⎯⎯Lo haces sonar tan fácil⎯⎯. Dije con sarcasmo, me quite con desesperación los pequeños objetos que me conectan con el suero y el electrocardiógrafo, y me puse de pie.

⎯⎯¿Qué demonios haces? Aún no puedes salirte de la cama⎯⎯. Me regañó y tomó de mi brazo, yo me zafé de su agarre con brusquedad.

⎯⎯¡Déjame! No me importa si no puedo salir o no, ¡Eunha está allá afuera y yo sé que su vida corre peligro después de todo lo que ha estado pasando!

Empujé a la mayor a un lado, causando que cayera al suelo, dispuesta a salir de la habitación lo más rápido posible.

Sojung me llamaba a gritos y, a la vez, gritaba por ayuda.

Seguí corriendo, hasta que doble hacia la derecha y vi a dos hombres, con vestimenta blanca, y una enfermera correr hacia mi. Así que corrí hacia el lado contrario. Segui corriendo entre los pasillos, mientras llegaba a empujar, sin querer, a personas o carritos con objetos que utilizaba el hospital. Trataba de buscar una salida.

Cuando logré encontrar una que no fuera la principal, sonreí y me dirigí hacia ella; sin embargo, llegué a chocar con una persona y ambas caímos al suelo.

Intenté levantarme, pero dicha persona me dejó inmóvil en un fuerte abrazo, rápidamente me di cuenta que era Yerin.

⎯⎯¡Suéltame!⎯⎯. Rogué.

⎯⎯¡Lo siento, pero no lo haré, SinB!

Sentí como más personas me sujetaban por atrás y me apartaban de aquella chica rubia. Traté de escapar, sin éxito, pues lentamente perdí la fuerza cuando una enfermera me inyectó el brazo.

Todo se volvió oscuro y el ultimo pensamiento que tuve fue aquella chica de cabello corto, junto con aquella tímida sonrisa que tanto amaba.

Gᥣᥲss Gᥲrdᥱᥒ ┋2ᥱᥙᥒbι ·˚ ༘:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora