viginti quattuor.

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Después de tener esa corta y extraña charla con Yerin, caminé hacia la habitación y permanecí parada frente a la puerta por algunos segundos. Aún seguía con esa sensación de inseguridad.

Toqué la puerta primero y recibí una respuesta al instante, el cual me indicaba que podía pasar; inhalé con profundidad y exhale, tomando así la perilla de esta para abrir y entrar al cuarto.

Inmediatamente, recibí las miradas de mis dos suegros, de Sojung, Yuna, Yewon, y finalmente el de ella.

⎯⎯Mamá, papá, chicas. ¿Me podrían dejar a solas con Eunha? Por favor.

Los mencionados asintieron y en seguida salieron, primero las chicas, y finalmente sus padres. Una vez que quedamos a solas, me acerqué a Eunbi y tomé asiento a su lado, con timidez.

A pesar de que no tuviera algo grave, me sentía totalmente responsable de verla con pequeños parches, los cuales cubren sus heridas, y vendas por la zona de sus costillas.

Ella, por su lado, tómo mi mano de inmediato y me atrajo a su cuerpo para abrazarme.

⎯⎯ No sabes lo aliviada que estoy de que no te haya pasado nada ⎯⎯. Susurró.

⎯⎯Y yo debería estar igual de aliviada por ti, pero no ⎯⎯. Le correspondí el abrazo, siendo lo más cuidadosa posible de no lastimarla ⎯⎯ Lo siento, por mi culpa tienes una costilla rota.

⎯⎯Vamos, tú no fuiste la que me atacó ⎯⎯. Y era cierto, pero no lo quería aceptar ⎯⎯ así que no te culpes de algo que no hiciste.

Sin querer llevarle la contraria, asentí con un movimiento de cabeza, y no insistí más.

Comencé a acariciar su brazo en silencio, mientras lograba sentir sus latidos por la cercanía de nuestros cuerpos, hasta que por fin decidí hablar de nuevo:

⎯⎯¿Por qué no me habías dicho nada sobre esos mensajes?

⎯⎯Así que también te contaron eso⎯⎯. Respondió al instante y suspiró ⎯⎯ Porque no quería preocuparte, ni a mis padres. Esperaba y creí que, quien sea que los estaba mandando, me iba a dejar en paz si lo ignoraba.

⎯⎯Pero ya viste que no fue así y que sí debiste hablar.

⎯⎯Lo sé y lo lamento ⎯⎯. Me separé suavemente de ella, para verla directamente a los ojos y besé sus labios, a modo de aceptar su disculpa.

⎯⎯ Bueno, ya pasó. Lo que importa ahora es que te recuperes ⎯⎯. Le dediqué una sonrisa y tomé su mano para entrelazar nuestros dedos.

SinB sólo asintió y mantuvo su mirada en estos, mientras me acariciaba el dorso de la mano con el dedo pulgar.


















































Después de algunos días internada en el hospital, dieron a SinB de alta e inmediatamente los señores Hwang y yo la llevamos a casa. Le festejamos su bienvenida con una pequeña fiesta, junto con la compañía de las demás chicas.

Comimos comida muy rica que preparó la señora Hwang, hicimos bromas y muchas cosas más; el día se nos fue muy rápido y, sin darnos cuenta, la noche llegó. Las chicas se fueron y yo, como voluntaria, llevé a SinB a nuestra habitación.

Hice que se metiera a la cama lo más cuidadoso posible y me mantuve sentada a su lado alrededor de una hora, mientras veíamos una serie en Netflix.

De repente, le dirigi la mirada disimuladamente y noté que tenía una expresión un poco seria y pensativa; no le prestaba atención a la serie.

⎯⎯¿Qué sucede?

⎯⎯Nada... ⎯⎯ Respondió con un tono dudoso ⎯⎯ es sólo que recordé algo.

Me mantuve en silencio, le puse pausa a la serie y dejé que prosiguiera; por alguna razón sentía que se estaba refiriendo a lo que pasó cuando estaba desaparecida, ella lo entendió al instante y continuó:

⎯⎯Ehh, bueno. Después de que me había llegado esa foto tuya y de que saliera corriendo para buscarte... recuerdo que una camioneta negra se había puesto en mi camino y que alguien atrás de mi me había atrapado y tapado la boca para meterme en el vehículo⎯⎯. Hizo una pausa, aún seguía con la misma expresión, se notaba que aún no recordaba todo a detalle⎯⎯ Intenté escapar, pero logró meterme adentro y me golpeó hasta dejarme inconsciente.

⎯⎯¿Pudiste verle la cara?

⎯⎯No, tenía un pasamontañas. Pero estoy segura que era un hombre por la fuerza en como me golpeó y por su complexión robusta.

⎯⎯Bueno, al menos tienes una idea que tu atacante puede ser un hombre.

⎯⎯Así es ⎯⎯. Soltó un suspiro y cuidadosamente se acomodó para recostarse en la cama ⎯⎯ El fin, quiero dormir, ¿podrías quedarte conmigo? Te necesito cerca.

⎯⎯Está bien.

Sin más, besé su cabeza, me recosté a su lado y empecé a acariciarle el cabello, al saber que esa era la única forma de ayudarla a relajarse; a su vez, seguí viendo la serie que había dejado en pausa.

En cuestión de algunos minutos, SinB se quedó profundamente dormida y, por mi parte, seguía con las caricias, mientras dejaba uno que otro beso en su cabeza.

Sin poder evitarlo, dejé de prestarle atención al televisor y empecé a relacionar los datos que logró recuperar la menor con mis posibles sospechosos que había tenido en mente. Si resultaba ser ese mismo personaje detrás de todo esto, entonces descartaría a Jennie y las demás, pero no podía hacerlo. Ni siquiera tenía datos suficientes, y mucho menos podía jugar al detective.

Decidí mejor dejar las cosas así, apagué el televisor y me acomodé bien en la cama, dispuesta a dormir a lado de la persona que más amo.

Gᥣᥲss Gᥲrdᥱᥒ ┋2ᥱᥙᥒbι ·˚ ༘:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora