Incrédulo.

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"Tú deseo egoísta que no puedes describir con palabras yo te lo concederé"
Taemin, Slave




Taemin no podía creer que había sido atacado junto a Minho, y que fuera culpado de tener cuentas pendientes cuando no era así, al llegar a la casa después de dar vueltas en el auto para despistar a sus agresores en caso de que les siguieran, Taemin se quitó la chaqueta y se revisó el brazo derecho, donde tenía unos moretones.

—¡Maldito imbecil!.—se quejó el pelinegro.

Minho se acercó a Taemin y comenzó a revisarlo, se sintió airado al ver el moretón en su brazo.

—¿Estás bien? Perdón por no protegerte como debía, yo...

—Detente Minho, yo no soy débil, solo nos dejamos tomar por sorpresa, y aunque somos títeres de esta empresa, también somos humanos imperfectos, al menos estamos bien, quiero saber quienes eran esos matones y porqué dijeron que tenían cuentas pendientes conmigo.

Era una pregunta que incluso Minho se hizo, porque Taemin tenía un historial pulcro, limpio, no había razones para amenazarlo o atacarlo, a menos que lo estuvieran confundiendo o que...

Apartó lo último que pasó por su cabeza y tomó de la mano al doncel, llevándolo dentro de la casa, encontraron una nota de Onew, explicándole que había ido hasta donde Jonghyun, ya que el necesitaba una capacitación y que volvería al día siguiente.

—Taemin, voy a preparar un batido ¿Quieres un poco?

El otro asintió y se quitó el cinturón y comenzó a caminar por el pasillo directo a su habitación.

—Voy a ducharme, vuelvo en breve.

Mientras Taemin se iba a la ducha Minho buscó en el refrigerador algunas frutas para preparar para él y el doncel, encontró fresas y bananas, así que preparó el batido de esas frutas y unas tostadas, sirvió la bebida y dejó los panes en platos distintos, en poco tiempo el más joven estuvo de vuelta, vestido solo con un albornoz semitransparente, entreabierto en el pecho, su pelo negro estaba mojado y algunas gotas de agua se escurrian hasta su cuello.

El doncel tomó el batido y lo probó, sintiendo como la mezcla de fresas y banana estallaban en sus papilas.

—Está deliciosa Minho.—reconoció Taemin.

—Gracias, aunque cualquier persona la haría mejor.—Minho dio un sorbo a su bebida sin apartar su mirada de la comisura de los labios de Taemin.—Tienes un poco ahí.

—¿Donde?

Sin darse cuenta de sus actos Minho se acercó a Taemin y con su pulgar limpió los restos del batido de la comisura de los labios de su compañero, y sin el mismo ponerse a pensar en sus actos se lamió el dedo, escuchando como el menor gemía ante su acto.

Quería probar esos labios de nuevo ¿Estaría mal un beso? ¿Dañaria el equipo si se dejaba llevar solo por esa vez? Dejó de pensar cuando Taemin se lamió los labios, esos labios gruesos perfectamente diseñados, esperaba que al menos el otro lo detuviera, pero no fue así, no cuando sus labios rozaron los de Taemin, ambos sintieron un estallido celestial, sus corazones parecían correr una competencia en busca de cual latía más deprisa.

Sus lenguas se tocaron por primera vez, y el doncel no perdió tiempo en buscar más, querer más, sin pedir permiso metió sus manos bajo la camisa de Minho, comenzando a descender hasta llegar a su bajo vientre, introduciendo sus dedos índice, como si fuera un experto quitó le botón y bajo el ziper, comenzando a tocar la parte más íntima de su jefe sobre su ropa interior.

Taemin rogaba que Minho no se detuviera, que siguiera con aquello, y sus súplicas parecían ser escuchadas, porque cuando su líder dejó de besarlo comenzó a lamer su cuello, dejándose tocar, dejando escapar gemidos cuando Taemin comenzó a masturbarlo.

—Hmmm.—Taemin disfrutaba de la lengua de Minho sobre su piel.

—Es-esto no está bien Taemin.—susurró Minho  cuando el menor dejó caer su albornoz mostrando su desnudez.

—Oh sí, sí que lo está Minho.

Minho apoyó su frente en la de Taemin y apretó sus ojos, tratando de encontrar algo de cordura para alejarse, pero sentir los labios de Taemin volviendo a los suyos, hizo todo lo contrario, las manos hábiles del pelinegro comenzaron a masturbarlo, Dagon contrajo el abdomen, nadie lo había tocado así jamás.

—Déjate llevar Minho.

Taemin sabía que para ese momento no podía pedir más, pegó a Minho hasta el refrigerador y siguió besandolo y masturbandolo, rozando sus erecciones sin importarle nada, si el mayor era su lider, o sino podían hacer aquello.

La emoción de Taemin creció cuando Minho le tomó de la nuca y le hizo presión para que bajara, así que comenzó a descender, hasta engullir su miembro con sus labios, la polla hinchada de Minho sabía deliciosa, exquisita y sin igual, Dagon estaba a punto de estallar, y quería hacerlo en esos labios rojos y perfectos, debía reconocer que tuvo fantasías con ellos desde la primera vez que los vio.

Para Taemin en ese momento lo único que importaba era darle satisfacción a Minho, ya en otro momento lo haría enloquecer con su culo, así que llevó su mano derecha a la base del pene de Minho y comenzó a deslizarlo arriba y abajo, con su lengua comenzó a trazar líneas en su glande, con su mano libre le acarició la bolas y se sintió más que satisfecho cuando vio la cara excitada de su líder.

Nadie jamás le había hecho sentir así, su miembro nunca recibió esas atenciones perfectas que le daba aquel doncel, con frenesí tomó que Taemin del pelo y comenzó a follar esos labios, hasta llegar al clímax, se quedó mirando el rostro enrojecido de Taemin mientras tragaba todo lo que salía de él, sin desperdiciar nada, absolutamente nada, su cuerpo se vio invadido por espasmos de placer, y quería más, deseaba tomar más de su compañero, pero de nuevo se vio recobrando la cordura y estuvo a punto de perderla cuando vio a Taemin ponerse de pies y lamerse los dedos.

—Hasta mañana Dagon.—se despidió Taemin.

El menor se dobló para recoger su albornoz y Minho maldijo ante el vistazo del culo de Taemin, se pasó la mano por el pelo e intentó retroceder, pero el refrigerador estaba allí, el más joven recogió su prenda de forma lenta y malditamente sensual, volteó un poco su cabeza, se mordió los labios y con un guiño se alejó, volviendo a su habitación.

—¡Maldición! ¿Que he hecho?

Minho corrió a ducharse, con agua fría, no podía cerrar sus ojos porque cada vez que lo hacía aparecía la imagen de Taemin haciéndole sexo oral. Después de unos minutos bajo la ducha decidió salir, porque recordar a su exnovia fue lo único que le hizo volver a la realidad, sentirse amargado.

Fue a su habitación y se puso su ropa de dormir, se sentó en su escritorio y encendió su laptop, entró al portal de la compañía de Jonghyun, donde todo la información allí era clasificada, pero el tenía acceso a aquello, beneficios de ser cercano a Jonghyun.

Tecleo en el buscador de información de miembros el nombre de su ex novia, pero no apareció nada, así que trató diferente.

Lilith.

Y sólo así apareció todo lo que buscaba, ella tenía cuatro años sirviendo para la compañía y nadie nunca le dijo nada, tampoco el sospechó, ya que ella siempre parecía ser inocente.

—Todo este tiempo he sido engañado.—dijo Dagon cerrando la laptop y lanzandola a la cama.


Pugnas Del Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora