Capitulo 5

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Ese insolente dijo que cómo le iba a gustar un tipo como yo, eso sin dudar me molesto y el cobarde salió corriendo y yo detrás de él, quería golpearle pero no pude ya que lo perdí de vista.

Lo busque por un rato mas no lo encontré, supuse que se iría a esconder a su habitación y, yo no se donde queda. Así que mejor me fui a mi habitación tenía demasiado sueño como para ir a clases. Cuando llegue me tire sobre la cama quedándome dormido al instante.

Los pitidos de mi celular en una llamada entrante me despertaron –¡maldición! ¿quien rayos llama? –. Era el idiota de Hoseok, fruncí el ceño y sostuve el puente de mi nariz tallando  con el pulgar y el índice –¿Que pasa? Espero que sea importante de lo contrario te mataré.

–calma Yoongi, es para decirte que es hora de irnos al antro. Su voz sonaba algo pretenciosa –Entonces ¿iras?

–si, –. Intente sonar lo más desinteresado posible ante Hoseok –ven a mi habitación en lo que me cambio –. Colgué y me levante –vaya, vaya, llego la hora de ver a ese muñeco...

Rose mis labios con la punta de mis dedos y me apresure a vestirme como lo que soy todo un galán. A los pocos minutos llegó Hoseok.

–vaya, si que te ves bien hoy...

–Hoseok, yo siempre veo bien –. Rodé los ojos por su comentario con el que dejó escapar una risilla burlona. termine de acomodar me la corbata.

Por último coloque un poco de loción y ambos salimos de la habitación.

Llegamos al lugar, en cuanto entramos busque al chico mirando todo mi alrededor sin poder encontrarlo, baje las pequeñas escaleras buscando la mota neón que le caracterizaba. Al llegar al pie de las escalera el ruido de lo que parecía una pelea llamó mi atención al igual que a  muchos de los presentes. Note que era el, era mi chico aunque..¿qué diablos vestía?. Rodé los ojos, un sujeto gordo apareció acercándose a los chicos para terminar de discutir, los tres tipos se fueron ofendiendo al señor y a mi hermoso muñeco. El que parecía su jefe le regaño un poco a lo que no se defendió tan solo dio la vuelta pasando por un costado mío sin reconocerme, se veía bastante enojado. No me importaba en absoluto, hasta que detrás de él pude divisar a los tres tipos de la pelea. Sabía que esto terminaría mal. –¡carajos!, esos idiotas van a matarlo –. Solté un golpe sobre la mesa para después salir corriendo. Los vi alejarse a bordo de un auto. Maldije  ahora si estaba seguro que no terminaría bien, corrí por la acera obscura buscando a aquel tonto con disfraz, estaba consciente de que no era mi problema pero mis piernas no se detenían, no lo hicieron hasta que no divise a su pequeña figura en el suelo con dos tipos sujetándolo de los brazos y uno más sobre el.

Sentí como la sangre hirvió dentro de mi cuerpo cuando ese idiota se atrevió a tocar su trasero. Lo estaban molestando eso podría pasarlo  pero nadie tocaba lo que era mío ó seria mio en un futuro.

Sin pensarlo me acerque a paso lento –hey idiotas, que se supo en que hacen –. Si, había tenido una buena entrada llamando su atención de los tres bastardos pero no pude verme cool ya que el idiota lo arruino.

–¡como sea! –. Grite ya fastidiado, maldición que me sacaba de quicio su falta de respeto. Y la forma en la que se encontraba recostado sobre el cofre de el auto con el trasero levantado, debía admitir que era una buena vista, relami mis labios recordando que no hacíamos solos y... ¿El acaba de llamarme cobarde?

Ese maldito engreído, me di la vuelta con los brazos cruzados sobre mi pecho no iba a regresar hasta que suplicara mi ayuda. –No, si ayuda me !! –. Eso era música en mis oídos el dulce sonido de su voz saliendo ahogado de su garganta como un gemido.

Me volví con la sonrisa en el rostro listo para golpear a los tipos que se atrevieron a tocarlo sin mi autorización.

Sabía que no podría con los tres por lo cual tomé la mano de un asustado chico dragón y salí corriendo por entre las calles obscuras.  

DIONYSUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora