Pelea con Parkinson

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Ella iba para la biblioteca, no quería pasar tiempo con Ron, qué demonios le pasaba, por qué se comportaba así de esa manera tan infantil?
Cuando llegó la biblioteca estaba casi vacía solo unos cuantos alumnos y una chica rubia que estaba sentada en una mesa leyendo una revista de cabeza. La chica levantó la mirada y le sonrió muy amablemente a Hermione.

- Hola Luna cómo estás? Hermione se sentó al apar de ella.

- bien, estaba leyendo el quisquilloso. La chica sonrió.

- lo sabía luna te vi. Ella le devolvio la sonrisa. Se quedó en silencio mientras Luna seguía leyendo. Cómo se sentía vivir así como Luna? despreocupada, sin problemas, quisiera ser Luna por un momento.

- yo creo que no deberías preocuparte mucho por lo que los demás piensen. Luna la miraba risueña.

La castaña la miraba sin comprender.

- de tú y Draco Malfoy. Luna la miraba sin perder esa sonrisa despreocupada.

- Luna no sé de qué hablas... La rubia la interrumpió.

- oh, claro que sabes de qué hablo. Vi como te defendió de Cormac hace rato. Nadie lo noto pero yo sí. Y creo que él tiene más intenciones contigo de las que tú crees.

No podía negarle a la chica si ella lo había visto defendiendola. Quien en su sano juicio iba a creer que Draco Malfoy iba a defenderla cuando lo único que había hecho durante cinco años era atacarla. Bueno si, luna, pero ella no estaba en su sano juicio. O estaría más cuerda que muchos?
La chica sonrió por sus pensamientos.

- Luna nadie más aparte de ti y Ginny lo saben así que te pido que no lo comentes con nadie.

Luna sonrió

- Claro Hermione, no le diré a nadie primero diría que no existen los Snorkack de cuernos arrugados antes de decir un secreto tuyo.

La chica sonrió, eso quería decir que nunca contaría su secreto.

- gracias Lu, eres increíble.

-  Gracias por pensar eso Herms, aunque pocos lo crean. La rubia se levantó y fue por un libro a la estantería que tenía a la derecha.

La chica se quedó ahí sentada tenía mucho que hacer y a la vez no tenía ánimos de nada. Estaba ensimismada cuando vio entrar a la biblioteca  Pansy y Daphne la hermana mayor de Astoria.  Iban hacia una mesa apartada y se sentaron. Cuando Pansy se dio cuenta de  la presencia de la castaña del otro lado sonrió, dijo algo a Daphne que rio y después se paró de su asiento, se compuso su melena y camino hacia donde estaba Hermione, Luna que había vuelto  solo observaba.

La chica al verla suspiró, Pansy buscaba pleito.
Justo en ese momento Draco Malfoy estaba entrando a la biblioteca y de lejos las vio. Se quedó ahí observando no quiso entrometerse, sabía que su Leoncita sabía defenderse sola.

- Hey Granger, y tus guaruras? Ya se aburrieron de tí?

- no que va, ellos pensaron que estarías aquí y decidieron no venir a pescar peste. Dijo Hermione con sorna.

La pelinegra apretó los puños.
- Dime, sangre sucia que se siente por fin que un chico te mire si quiera? A mí me sorprende que no se asusten Contigo.

- Dime tú, que se siente tener celos de mi Parkinson? La castaña tenía una sonrisa de suficiencia en el rostro.

- celos yo de ti? Parkinson le dirigió una mirada de asco a la chica. - por qué iba a tener celos de ti. Tú eres una sangre sucia yo soy de sangre limpia, tú no eres nadie comparada conmigo, yo puedo tener al chico que quiera, pero no me relaciono con sangres sucias ni traidores a la sangre, así que busco lo mío en mi círculo social. La chica la miraba con la ceja levantada.

El león y la serpiente- Primera Parte. TENTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora