Nui

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Él estaba furioso, Blaise,  Astoria y Theo estaban con él en su habitación. La chica había estado llorando. Theo la había convencido de alguna manera de decirle la verdad a Draco.
Le había pedido que descargara su ira con él y no con ella.
Al principio Draco estaba sorprendido, pero comprendió luego que su amigo sentía algo por la chica.
Astoria se había disculpado con él y le había contado como fueron las cosas. En un inicio el se había puesto como loco. Era algo delicado, pero luego de oír a la chica había comprendido que lo había hecho por lo que sentía ella por él. Y luego comprendió que Pansy era Pansy y que ella estaba loca, y que era capaz de cualquier cosa. Así que no tubo más remedio que aceptar que la chica no tenía absolutamente toda la culpa.

- Harás exactamente lo que te dije Astoria, sin fallar. Será una manera de redimirte. En cuanto la tengas me la darás. Entendido?

La chica asintió aliviada.

- lo haré Draco lo prometo y gracias por... Perdonar mi estupidez. 

Salió de la habitación de rubio con Theo junto a ella.

Tenía que hacerlo, tenía que perderle el miedo a Pansy Parkinson y con ello le demostraría al rubio que estaba verdaderamente arrepentida.

Él se recostó en su cama le dolía la cabeza.
Blaise se sentó en el cómodo sofá que tenía el chico en la habitación, antes de que llegaran Astoria y Theo habían estado hablando de lo que haría mañana. Todo el plan estaba calculado cuidadosamente. No tendría por qué salir mal. Había bajado a cenar con la intención de ver a la chica de cabello relucientes como el oro. No la vio por ningún lado. Cuando llegó a su habitación llamo a Nui, y le pidió que le entregará una nota el cual el ave llevó pero aún no regresaba.
Él nunca se demoraba pues solo entregaba las cartas y regresaba. Estaba distraído hablando con Zabini cuando entró el ave y llevaba un trozo de pergamino en el pico.
En cuanto el Rubio lo vio, se sentó rápidamente en la cama y agarró la nota.
Le dio una mirada aprensiva al moreno.

- que ahora te molesta mi presencia Drackito? Eres un insensible. Dijo levantándose del sofá y caminando hacia la puerta con movimiento exagerado como lo habria hecho una chica. El Rubio lo miro y rodó los ojos.

En cuanto Zabini se hubo retirado el tomó la nota y la leyó.

El chico miró a su ave. Cómo había hecho ella para hacer que Nui regresara con la respuesta. Nadie nunca lo había podido tocar pues era muy huraño y mordía con fuerza.
Se imaginó a la chica corriendo en su habitación detrás del búho. Mañana le miraría las manos haber si la había mordido.

Guardó la nota de la chica en un compartimento secreto bajo su cama. Ahí guardaba lo que para él era importante. Como una fotografía de él y sus padres antes de entrar a Hogwarts. Un anillo de plata con la insignia de los Malfoy. Una cadena de oro con la insignia "DM" que su madre le había regalado. Y cartas que su madre le había mandado en todos sus años de estudio. Un libro de legeremansia y oclumansia  y uno de pociones. Eran sus dos cualidades más fuertes, aparte del vuelo, el duelo y los conjuros no verbales.

Se acomodó en su suave cama y cerró sus ojos. Su mente se despejó pero voló hasta donde estaba una chica castaña de cabello color del oro puro. Sonrió antes de quedarse dormido.

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Al sábado siguiente Hermione se había levantado temprano. Se ducho y cambió se puso unos jeans y un Jersey, y bajo a desayunar. Había amanecido de buen humor. Cuando entro en el gran comedor junto con Ginny ya la esperaban Harry y Ron. Se alegraron de que la chica se hubiera decidido al fin a ir con ellos.

- también irás Ginn? Pregunto Harry a la pelirroja. Ella le miró y le dedicó una media sonrisa.

- Si, he quedado con Dean en las tres escobas. El chico miró al compañero moreno que estaba más allá charlando animadamente con Seamus finnigan.
Hermione habría jurado que Harry había murmurado "imbecil" por lo bajo.

El león y la serpiente- Primera Parte. TENTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora