Tormenta Weasley

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Poco antes del amanecer casi a las seis de la mañana Draco despertó, y vio a la bella chica que dormía a su lado.
Rio irónicamente. Y pensó lo que estaba haciendo.
Primero no había tenido sexo, había hecho el amor.
Segundo se había duchado junto a ella, algo que nunca haría con otra.
Tercero, había dormido con una chica en su propia cama, algo que tampoco le gustaba hacer. Ella le hacía hacer cosas que jamás se imaginó. Pero ella era distinta no era como las demás que solo se fijaban en su físico, en su línea ininterrumpida de sangre limpia y en la fortuna de su familia que a ser verdad era una Gran fortuna siendo él el único heredero de la fortuna Malfoy y recibiendo parte de la otra fortuna Black que sin duda alguna compartía con Harry Potter.

Eso era lo que realmente veían las chicas, un joven adinerado una buena fuente de fortuna. Y él que veía en las chicas?
No era algo muy alejado de lo que ellas veían en él en realidad.
Él las miraba como fuente de placer, diversión, distracción. Nada más. Muñecas vacías de cerebro y sin ningún interés por la vida por aprender, y solo preocuparse por ser más que unas bellas jóvenes"busca dotes"
Pero ella, Ella, era distinta, era inteligente, educada, recatada en todo sentido, valiente, una bruja poderosa realmente para ser hija de Muggles, y además gustaba de leer algo que a Draco también le gustaba. Eran tan distintos y tan parecidos a la vez. Ella era su complemento perfecto, y si el creyera en esas cosas de que el alma gemela existe también lo creería, que era su alma gemela. Volvió a sonreír con ironía. Ella era parte de él... Y por esa misma razón tenía que alejarla de su vida. Si ella era parte de él, entonces también corría peligro... Ya estaba bajo órdenes de la loca de su tía que debía matar al director solo por haberse atrevido a poner los ojos en una impura, y no quería ponerla más en riesgo.
Sabía que a la hora de la hora lo obligarían a matarla pero NO! No lo haría, mataría al director dejaría entrar a los Mortifagos y se iría con ellos. Para alejarla, para que no corriera más riesgo del que ya corría a su lado, no sin antes decirle a Potter que se la encargaba que viera que nada malo le pasara.
Se iría no sin antes dejarle claro a su tía, que ella no significaba nada absolutamente nada para él. Pero no la mataría.

Theo y Blaise eras sus dos únicos amigos en los que podía confiar, así que juntos se habían ofrecido para ayudarlo con esa situación. Aparte de ejecutar el plan que le habían encomendado tendría que poner en marcha su propio plan para que la chica saliera bien librada de toda esa basura.

La movió con suma delicadeza cual una una flor. Ella abrió sus ojos y sonrió ampliamente. Había recordado donde estaba y con quién. Se levantó silenciosamente y lo rodeó rápidamente del cuello. Él aprovecho para aspirar su aroma.

- será mejor que te vistas ya... Le dijo al oído.

- está bien, debo irme ya... No vaya a ser que venga alguien.

- no vendrán, pero si no te vistes ya, jamás saldremos de aquí. Río de lado mirándola sin nada de disimulo.

Ella se sonrojo y rápidamente comenzó a vestirse. Eso le causo gracia al rubio que la miraba recostado en la pared.

Cuando ambos estaban ya vestidos y listos él la abrazo, no quería soltarla pero debía. Le dio un casto beso en los labios y rápidamente salieron de la habitación. Esta vez era temprano así que no le puso la túnica verde. Simplemente el uniforme que ella llevaba de Slytherin desde ayer.

Cuando salieron no había nadie. Así que se apresuraron y caminaron en silencio hasta la torre de Gryffindor. Ya frente al retrato de la señora gorda él la tomo nuevamente por la cintura y la pegó a él y la besó desesperadamente, ansiando sus labios.
Cuando el cuerpo les reclamó aire se soltaron agitados ambos.

- te veré luego... Le dijo y ella simplemente sonrió con esa bella sonrisa que lo hipnotizaba.
Ella rápidamente entro a la sala común, volteando a ver de reojo como su Slytherin se alejaba. Sonrió enamorada.

El león y la serpiente- Primera Parte. TENTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora