"LA SEÑAL - SEGUNDA TEMPORADA"

Capítulo 29: "Juntos para siempre: La señal del amor"

(Último capítulo)

Un grupo de bellas jovencitas se encontraban platicando en el jardín de la casa de una de ellas, mientras desde un balcón un apuesto joven de cabello alborotado que estaba junto a sus padres y futuro suegro la observaban.

Se la ve tan feliz, decía un gigantesco hombre.

Sí, es cierto, es que al fin todo acabo, acoto Gine con calma.

Así es mujer todo termino, estamos viviendo días tranquilos y felices como antes de que esa malvada hechicera llegara a nuestras vidas, agrego Bardock.

Si, ello es cierto, y hablando de días tranquilos y felices, Gokú quiero decirte algo, dijo el señor Ox.

Dígame señor Ox, respondió el apuesto joven de cabello alborotado sin dejar de mirar a su amada.

Sé que mi hija y tú ahora que se casaran quieren vivir en su propia casa, casa que ya construiste para los dos, pero quiero que sepas que está siempre será su casa, espero y vengan días seguidos a visitarnos, ya me imagino la casa llena de niños corriendo en el jardín, decía el señor Ox.

¿Niños?, dijo Gokú sonrojado.

Si niños, si se casan pues tendrán niños, acoto el señor Ox sonriendo.

Eso es cierto hijo, dijo Bardock riendo.

Ya quiero ver a mis nietos corriendo por la casa, decía feliz, Gine con el rostro completamente iluminado de alegría.

Hijos, pensó Gokú, mientras se imaginaba con su amada pelinegra junto a un par de bellos niños.

En tanto:

En el jardín Milk respondía a una de las preguntas que una de sus amigas le había formulado.

Será en Valle Encantado, dijo Milk con calma.

¿Y por qué en ese lugar?, pensé que su luna de miel sería en otro lugar, además en Valle Encantado, no hay hoteles, ¿o sí?, decía intrigada una peli azul, mientras una rubia asentía.

No, no lo hay, pero Gokú consiguió una autorización para que se nos permita campar allá, al menos una noche, acoto Milk, con una dulce sonrisa.

Ya veo, bueno, vamos a ver tú vestido, decía emocionada la rubia de cabello corto.

Vamos, dijo Milk sonriendo.

El grupo de chicas entraron a la casa mientras desde de un balcón el prometido de una de ellas las seguía con la mirada.

Falta tan poco para que seas mi esposa mi niña bella, pensaba Gokú mientras miraba a su prometida.

En tanto:

Dentro de una habitación, para ser exactos, dentro de un viejo baúl, una tenue luz se iluminaba, mientras una voz decía: Malditos, mil veces malditos, pero no podrán con Cirys, no podrán, no me han ganado aún, no, no lo han hecho, juro que no podrán acabar conmigo, yo saldré de este maldito lugar, saldré, algún día saldré y entonces, y entonces, todos los que contribuyeron a mi humillación pagarán, pero sobre todo ustedes dos, malditos chiquillos, malditos, mil veces malditos Gokú y Milk, que sean, muy, muy infelices.

De repente la habitación donde estaba el baúl se abrió, y por ella entraron un par de hombres.

¿Estás seguro que aquí está?, decía uno de ellos.

Sí, respondió el otro.

Ya sabes que el señor Ox nos prohibió entrar aquí, nuestra función solo es cuidar esta habitación, pero desde afuera, decía Michiro.