Miraculous Ladybug: Una última aventura

Capítulo 18: La verdad

Marinette

Santo cielo. Santo cielo. Santo cielo. SANTO CIELO. No podía parar de repetir esas dos palabras en mi cabeza. Una vez más abandoné el lugar con los ojos vendados, y Nathalie me obligó a subir a un auto que me dejó en Champs Élysées. Finalmente me quitó la venda de los ojos y se fue, no sin antes recordarme que su identidad debía mantenerse un secreto, y que fuera discreta con lo que acababa de enterarme.

¿¡Qué demonios tenía que hacer?! ¿Cuál era el plan ahora? La madre de Adrien no sólo estaba viva. Estaba en una especie de coma o lo que fuera, ¡porque era la portadora original del Miraculous del Pavo Real!

Definitivamente Adrien no sabía de esto. Dudaba mucho que su padre supiera también. Pero eso explicaría por qué el libro de los Miraculous estaba en posesión de la familia Agreste. Mi querido Adrien, ¿qué no había sufrido lo suficiente ya?

Una pregunta nueva. ¿Debía decirle a Adrien lo que acababa de enterarme? Mi instinto me decía que sí. Era la hora de dejar de ocultarle cosas.

Adrien

Estaba en mi habitación viendo televisión cuando de pronto alguien tocó en la ventana. Ladybug estaba ahí parada y en la mano sostenía una vez más la caja de un Miraculous. Confundido, abrí la puerta.

-Está bien, lo admito, actué de manera irracional y me arrepiento. Esto te pertenece-Dijo ella mientras me lanzaba la caja. De inmediato la abrí, encontrándome con mi anillo. Plagg salió del mismo directo a abrazarme.

-¡No puedo creer lo mucho que te extrañé! ¿Me extrañaste tú a mí?-Preguntó él mientras me abrazaba.

-Claro que lo hice, tonto-Dije mientras lo abrazaba de vuelta. Plagg se dio cuenta de la presencia de Ladybug y frunció el ceño preocupado.

-Creo que ustedes dos deberían estar a solas. Los dejo un momento-Dijo Plagg volviendo al interior del Miraculous.

Se hizo un silencio incómodo que no duró más de dos segundos. Yo no la quería más tiempo en mi casa.

-Bueno, ya dijiste y entregaste lo que tenías. Ahora puedes irte. Pelearé a tu lado de nuevo pero ya no somos un equipo, si entiendes a lo que me refiero-Dije dándole la espalda.

-Adrien, tenemos que hablar-Dijo ella con tono suplicante.

-¿Después de lo que hiciste? ¿Tienes idea de cuántas cosas estuvieron en riesgo porque decidiste hacer esto sola? ¿Tienes una idea de cómo me sentí yo por lo que me dijiste? Creía que éramos amigos-Dije furioso.

-¡Y lo somos! Tienes que confiar en mí y escucharme.

-No gracias. Ya me di cuenta de que no podemos confiar el uno en el otro-Le respondí mientras me ponía el anillo de nuevo. Comencé a caminar en dirección a mi escritorio para indicarle que no tenía interés en la conversación, cuando dijo algo que me heló la sangre.

-Es sobre tú madre, Adrien-Dijo ella, y frené en seco.

¿Mi madre? ¿Cómo diantres sabría Ladybug de mi madre? ¿Qué sabría ella sobre mi madre que mi padre y yo no conocíamos?

-¿Qué sabes tú de ella?-Pregunté mientras la miraba con el ceño fruncido.

-Vas a querer estar sentado para esto, créeme, porque no te va a gustar nada lo que te tengo que decir-Dijo ella mientras me tomaba por los hombros y me dirigía hacia el sofá. Me senté como ella ordenó y me encogí de hombros, tratando de no parecer nervioso.

-Te escucho. Pero si me entero de que estás mintiendo sobre mi madre te juro que...

-No mentiré, y puedo probarte que no es una mentira, pero es sólo hasta que haya terminado de hablar. No va a ser nada fácil lo que voy a decirte, y entiendo si quieres ignorarme...-