Capítulo 13

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Simmons da la señal alzando la mano y avanzamos en silencio hasta el siguiente edificio, con las armas prestas para lo inesperado. Desde la nueva posición, nuestro objetivo no está lejos; tan solo unos cuantos metros delante de nosotros, pero no hay una buena cobertura tras la que ocultarnos ahora, así que nos tocará usar la velocidad en lugar del avance sigiloso que hemos mantenido hasta el momento.

Simmons le indica a Fisher que vaya en primer lugar para derribar la puerta que nos separa de la seguridad del edificio y los demás nos situamos detrás de él para seguirlo. No puede usar explosivos esta vez, así que corre hacia la puerta y la golpea con el pie con fuerza, esperando derribarla sin problemas. No será la primera vez que lo hace, pero al ver que falla, lo intenta de nuevo. Cuando se le resiste por segunda vez y pretende lanzarse contra ella con todo su cuerpo, Harper se interpone y tira de ella para abrirla. El resto apenas contiene la risa, pero cuando saca la granada de gas de su cinturón y la lanza contra el marco de la puerta en lugar de al interior del edificio, ya es imposible permanecer en silencio.

-Suicida -empezamos a reírnos todos de su torpeza-, hoy estás muy disperso, hombre. Céntrate.

-Joder -mueve la cabeza a un lado y a otro y pasa la mano por el casco-. Menuda mierda de día que llevo.

-Vamos -nos alecciona Simmons-, que no se diga que nos van a ganar los novatos en el ejercicio.

Nos concentramos en la prueba y después de una segunda granada enviada al lugar correcto, conseguimos entrar sin más incidentes y completamos la misión. Aunque nos penalizan por la desastrosa actuación de Fisher, nuestro promedio supera igualmente al resto de grupos. Como ha dicho Simmons sería una vergüenza que los novatos nos aventajasen. Se supone que realizamos los mismos ejercicios que ellos para que se esfuercen, así que no tendría sentido que nos ganasen.

-Lo de hoy ha sido por la corbata que Joy le obligó a ponerse el sábado -ríe DK mientras nos cambiamos de ropa en el vestuario. Parece que no han tenido suficiente cachondeo mientras esperábamos los resultados porque siguen con el tema-. El recuerdo todavía le aprieta el cuello e impide que la sangre le llegue al cerebro.

-Esa mierda apretaba como el demonio -se queja-. Esta me la pagaréis.

-Creía que tu incompetencia de hoy era tu venganza por lo de la subasta -digo yo, ganándome un golpe de su toalla.

-Cuando me vengue, no tendrás la menor duda al respecto -me asegura.

-Ya no tenía la menor duda ahora -rio, aunque en el fondo sé que tiene razón y que su venganza será mucho peor que ser torpe en un ejercicio. Sobre todo porque hemos cumplido nuestro cometido igualmente. Hacernos perder delante de los novatos habría sido una buena venganza.

Poco a poco nos van dejando solos y aunque yo me he hecho el remolón porque no me apetece ir con ellos al bar hoy y sé que harán planes en cuanto se reúnan con Harper, Fisher parece que también pretende rezagarse y eso me extraña. Rechazar unas cuantas cervezas después del trabajo no es su estilo.

-¿Has quedado con Zandra? -me pregunta en cuanto sale el último de nuestros compañeros.

-En realidad no, pero me pasaré por su casa igualmente. No sé si ha hecho planes con Chris hoy. Últimamente está muy ocupada -y no es una queja, pero me gustaría poder verla más-. Entre el trabajo y la organización de la boda de Chris y Archer, apenas nos vemos en las ocasiones en que podemos salir de la base durante la semana.

-Así los fines de semana la pillarás con más ganas -bromea.

-Podría decir lo mismo de...

-Ni lo menciones -me corta, pero acaba riendo conmigo-. Tengo que hacerme de una puta vez a la idea de que eso va en serio y mi hermana ha encontrado al adecuado por fin.

Zandra (Saga SEAL 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora