Feliz día del libro!!! Qué mejor forma de celebrarlo, que con un nuevo capítulo. Espero que lo disfrutéis mucho.
_______________________________Creo que nunca en mi vida he estado tan nervioso como ahora. Ni siquiera cuando esperaba para conocer mi destino al graduarme como SEAL. Cuando Zandra me pidió que fuese el padrino de Roger me quedé bloqueado durante más de diez minutos. No solo porque pensé que no lo bautizaría, pues ya tiene casi siete meses, sino porque, sinceramente, imaginé que sería Archer el elegido para ese honor. Y bueno, admito que me lo pensé, incluso aunque estaba deseando decir que sí, porque ya tengo suficientes problemas con Archer como para añadir este también. Pero no podía decir que no. Si la madre significa mucho para mí, al hijo lo siento como propio. Es lo más extraño que me ha pasado en la vida y ya no sé si tuvo algo que ver el participar en el parto o simplemente me enamoré de él en cuanto lo vi. Sea como sea, me tiene robado el corazón.
-Buenos días -sonrío ante la visión de una Zandra enfundada en un precioso vestido azul.
-Buenos días, padrino -me devuelve la sonrisa.
-¡Qué bien suena eso! -ya no seré uno más del grupo, un tío que no es tío en realidad aunque lo llame así. Ahora seré padrino y eso es más de a lo que alguna vez soñé aspirar.
-Te dije que no tenías que traer nada -me reprende al ver las bolsas que cargo en las manos.
-Esto es entre mi medio hijo y yo -digo, entrando en la casa. Al parecer, soy el primero porque están solos- ¿Y Kyle?
-Estará a punto de llegar -me dice, acompañándome al cuarto de Roger-. Insistí en que se tomase el día libre, pero dice que ya que va a asistir al bautizo como invitado, puede ayudarme con el pequeño para que yo disfrute también del día. Tu hermano es un encanto.
-Que no te oiga llamarlo así -rio-. Y si lo haces, que sea delante de mí para poder reírme de él, por favor.
-No seas malo, Harvey -me golpea en el brazo y me siento tentado a sujetar su mano y besársela. Cada vez me cuesta más contenerme. Sé que no me ha dado motivos para tener esperanzas con ella porque todavía está de duelo por su difunto esposo, pero sigo buscando una mínima señal por su parte para lanzarme. A veces, creo imaginarme ciertos gestos en ella que me alientan, pero solo por precaución, los ignoro. No daré ningún paso en falso que la aleje de mí. Por ahora me conformaré con ser el padrino de Roger y el amigo de mamá.
-Mi pequeño soldado -miro a Roger con adoración mientras intenta meterse el pie en la boca. Este niño cada vez está más guapo. Cuando crezca, será todo un rompecorazones-. Te he traído algo que sé que te va a encantar.
Y aunque hablo con él, le paso las bolsas a su madre. Lo más probable es que Roger se meta el papel de regalo en la boca y esa no es buena idea. Zandra abre cada paquete y ríe al ver que le he comprado un pantalón y una chaqueta de camuflaje que imita al uniforme de los SEAL. Incluso mandé bordar su nombre en él. Aunque todavía es pequeño para caminar, también le compré zapatos que parecen botas, pero son infinitamente más blandas.
-Ahora sí que será un soldado -me dice Zandra, regalándome su sonrisa más radiante-. No hacía falta, Harvey. Pero gracias, me encanta.
-Ya te he dicho que es algo que Rogde y yo hemos hablado -bromeo-. No puede ser mi pequeño soldado sin su uniforme reglamentario. Y cuando pueda sostenerla, le compraré el arma y le enseñaré a usarla.
-Ni se te ocurra -parece horrorizada por mi idea.
-De juguete, mamá guerrera -sonrío.
-Maldito, ya me había asustado -me golpea de nuevo, esta vez en el pecho. Después, inclina la cabeza hacia el suelo para alejar la mirada de mí-. Si algún día quiere usar un arma, espero que sea al menos, mayor de edad. Aunque sé que no dejarás que le pase nada malo.
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Zandra (Saga SEAL 4)
AçãoZandra acaba de perder a su marido y dar a luz al hijo que ambos esperaban con tanta ilusión. Pero ha aparecido alguien inesperado en su vida, que amenaza todavía más su ya inestable corazón. Segura de que lo que siente es una traición a su difunto...