Mientras espero a que Chris descuelgue, rezo. No sé si lo hago para que no responda o para que lo haga rápido, porque tengo miedo de que la capturen, pero también de quedarme a solas con estos hombres. No sé de lo que serían capaces si sus planes se ven frustrados. No se han cubierto el rostro y eso en las películas nunca es buena señal. Y sí, lo sé, no debería pensar tanto en la ficción, pero la realidad de las noticias tampoco es muy alentadora.
-Todavía no he conseguido despistarlos -es su forma de responderme. Se escucha sofocada-, pero no te preocupes, lo haré tarde o temprano. No son muy listos, que digamos. Te llamaré en cuanto...
-Chris -la detengo-, tengo algo que decirte.
-Lo hablamos después porque...
-Por favor -la freno una vez más-. Escúchame, es urgente.
-Ya me lo contarás cuando vaya a tu casa.
-Hola, preciosa -Josh me arrebata el teléfono y la saluda-. Creo que deberías hacerle caso a tu amiga y escuchar lo que tiene que decirte.
-Maldito hijo de puta -incluso yo puedo oír eso-. Como le toques un solo pelo, te arrepentirás.
-Cuánta violencia -ríe él- ¿Acaso no te alegras de que haya venido a verte?
-Te despellejaré vivo, Josh.
-Para eso tendrás que tenerme delante primero, ¿no crees? -su mirada se posa en mí y un escalofrío recorre mi espalda. Me asusta pensar en lo que pueda tener planeado-. Te vas a dejar capturar por mis hombres y ellos te llevarán a un lugar donde podremos hablar con más... tranquilidad. Y más te vale no jugármela, Chris, o tu amiguita no lo contará.
En cuanto termina su amenaza, cuelga el teléfono. Extiendo mi mano, con la esperanza de que me lo devuelva, pero no lo hace. Mis manos tiemblan porque me asusta que pueda ver los mensajes que le envié a Loman y las escondo cruzando los brazos en el pecho para no delatarme. Parece una tontería, pero en esta postura, me siento un poco más segura. No es que vaya a servir de mucho si me atacan o me disparan, pero por el momento, me aferraré a la sensación de protección para no sucumbir a la desesperación.
-Este -me dice después- me lo quedo yo por el momento.
Se lo guarda en uno de los bolsillos delanteros del pantalón y comienza a hablar con sus hombres, ignorándome completamente. Supongo que ya no soy una amenaza para ellos, metida en un coche donde me ganan tres a uno. Y quizá por eso tampoco se preocupan de ocultarme su conversación. Así es como descubro que ya vamos de camino al lugar a donde llevarán a Chris en cuanto se deje pillar y que el resto nos espera allí. ¿El resto? ¿Cuántos hombres se ha traído con él? ¿Y solo para atrapar a Chris? Esto me parece demasiado surrealista.
-¿Tantos hombres para una sola mujer? -las palabras salen solas de entre mis labios.
-Digamos que -me responde, después de pensar en ello- Chris es un añadido a los planes que tengo en mente. Ni siquiera sabía que estaba aquí, hasta que llegué hace un mes.
Y aunque me muero de curiosidad, mi prudencia me dice que no pregunte nada más. Cuanto menos sepa, más posibilidades de que me dejen marchar. O eso me obligo a creer para mantener a raya la histeria.
-Chris era la mujer de mi vida -Josh se acomoda en el asiento, por lo que intuyo que será una historia larga-. Fuerte, independiente, pasional.
-Así es ella -murmuro, más para mí que por colaborar en la conversación.
-Cuando la conocí, me enamoré completamente de ella. Sabía que la quería en mi vida, costase lo que costase. Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por ella -ni siquiera me mira, así que decido no decir nada más y solo escuchar-. Una mujer como ella jamás saldría conmigo si se enteraba de los negocios que movía por aquí, así que lo abandoné todo por ella. Dejé a mis muchachos de la banda sin jefe y, como comprenderás, a mis chicos no les gustó eso, así que me compré una casa en la otra punta del estado y busqué un trabajo allí para desaparecer del mapa y que las tentaciones del pasado no enturbiasen nuestro futuro juntos. Me alejé de todos a los que conocía y lo intenté por la vía legal, para darle lo que ella se merecía, ¿y cómo me lo agradeció? Matando a mi hermano.
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Zandra (Saga SEAL 4)
ActionZandra acaba de perder a su marido y dar a luz al hijo que ambos esperaban con tanta ilusión. Pero ha aparecido alguien inesperado en su vida, que amenaza todavía más su ya inestable corazón. Segura de que lo que siente es una traición a su difunto...