Capítulo 22

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Con cada metro que avanzamos por el túnel, mis esperanzas de ser rescatadas pronto se van desvaneciendo. De una manera tonta e infantil, creí que todo se solucionaría en cuanto las luces se apagaron y Chris me susurró, convencida, que eran ellos. Pero resulta que seguimos en manos de los malos y ahora somos cuatro rehenes en lugar de dos, así que se podría decir que la situación está peor que antes y, sinceramente, no veo cómo puede mejorar a corto plazo. Y aunque no quiero pensar en ello, tampoco puedo evitar que las lágrimas acudan a mis ojos por veces, deseando estar en mi casa, abrazando a mi bebé hasta que se funda conmigo y no podamos separarnos nunca más, porque la idea de no volver a verlo es insoportable. Pero también doy gracias al cielo de que esta mañana no nos lo hayamos llevado de compras con nosotras, porque si estuviese aquí ahora mismo, estaría mortalmente desesperada.

Lo único bueno de esta situación, por ahora, si se le puede considerar así, es que me ha hecho pensar en algunas cosas que siempre había dado por seguras y que no lo son en realidad; así que, si salgo viva de esto, tengo mucho que rectificar y solucionar. Mi perspectiva de la vida va a cambiar a partir de este día, siempre que acabe bien. No quiero pensar en que no lo haga y por eso miro hacia Chris. Parece tan segura y tan tranquila, que me infunde valor. Si me veo en una de estas de nuevo, y realmente espero que no, me gustaría tenerla a ella a mi lado. Cada vez la admiro más por su fuerza y su carácter indómito. Nada parece amedrentarla, es la mujer más valiente que he conocido jamás.

-Vamos. No os paréis.

Nos apremian a continuar a cada rato, clavándonos el cañón de sus armas en la espalda, y aunque protestamos de vez en cuando por lo brutos que son, no nos hacen ni caso. Claro que no debería sorprenderme porque ha sido así desde que nos capturaron. Parece que para ellos solo somos un estorbo del que están deseando desembarazarse. Si no temiese el modo en que quieren hacerlo, estaría encantada de que sucediese ya.

Por suerte, o por desgracia, poco después de iniciar este paseo subterráneo, salimos a la superficie en lo que parece otra nave inmensa, pero más deteriorada que la primera y totalmente desocupada. Y aunque esto no nos beneficia precisamente, tengo que admitir que la vía de escape que se han preparado es una pasada. Igual son poco ordenados y para nada metódicos en lo que hacen, pero saben cómo evitar ser capturados. Supongo que en su trabajo eso es un plus.

Josh habla por teléfono con alguien y aunque no puedo oír lo que dice, imagino que está pidiendo que alguien vaya a buscarnos. Mis esperanzas reviven pensando en que todavía hay tiempo para que nos rescaten, aunque me lo reservo para mí misma, porque seguimos atrapadas con ellos y la ayuda tardará en llegar. Si acaso llega en algún momento, porque no sé si podrán encontrar la trampilla del suelo. Chris y yo estuvimos encerradas en aquella habitación unas cuantas horas y ninguna supo que estaba allí hasta que alguien la abrió para nosotras.

-Me has decepcionado, Chris -Josh la mira reiteradamente mientras se pasea por delante de ambas, después de colgar. A sus espaldas están Harper y Cornell, custodiados por cuatro hombres que les apuntan con sus armas constantemente. Creo que les tienen miedo, aunque yo también lo haría, si fuese ellos. Incluso desarmados, imponen mucho-. Este no era el trato. Te dije que nada de llamaditas pidiendo ayuda. 

Mira hacia ellos, al decirlo. Nos estaban obligando a bajar por la trampilla para huir, cuando aparecieron y consiguieron deshacerse de varios hombres en un suspiro. Ya nos vi liberadas y si hubiese podido saltar de alegría, lo habría hecho, pero Josh fue más rápido y sujetó a Chris a modo de escudo, amenazando con pegarle un tiro si no soltaban las armas, así que no vacilaron. En cuanto las tiraron al suelo, los hombres que todavía seguían en pie los rodearon y ya no han dejado de apuntarles desde entonces. Al ver cómo les arrebataban las armas, la radio y las cámaras, me sentí decepcionada. Tontamente, una vez más, me había esperado que el tiro con que amenazaba Josh a Chris se lo llevase él, como en las películas. Supongo que estoy comprobando de primera mano que la realidad siempre es peor que la ficción, aunque es algo que se suele decir a menudo.

Zandra (Saga SEAL 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora