-¿Estás segura de esto, Zandra? -no diré que no me gusta la idea, pero no quiero que luego se arrepienta. Es una decisión muy importante y quiero que esté totalmente convencida de tomarla.
-No quiero nada ostentoso ni llamativo -repite por enésima vez-. Lo siento por el resto, porque sé que querrían estar aquí con nosotros, pero no me sentiría cómoda celebrando un banquete ni bailando hasta la madrugada como hemos hecho en la boda de Chris y Archer.
La entiendo. Ella ya tuvo una boda por todo lo alto y parece que no está preparada para otra. Me habría gustado tener a los muchachos aquí, compartiendo nuestra dicha, pero me conformo con que estén ella y mi medio hijo. Y puede que en un futuro, se sienta más cómoda con la idea de celebrarlo con los demás. ¿Quién dijo que el banquete debe ser el mismo día en que uno se casa?
-Me basta con vosotros dos -le digo, respondiendo a la pregunta silenciosa que me hacen sus ojos.
-No quiero que...
-Y no te lo reclamaré más adelante -añado, interrumpiéndola, porque sé que va a decir eso-. Aunque pienso insistir en organizar una comida con los demás, hasta que cedas.
-Nunca me has presionado con nada -sonríe y mi corazón bombea rápido. Ese es el efecto que provoca siempre en mí-, dudo que lo vayas a hacer ahora.
-Pero es que no pienso presionarte -digo de manera casual-, simplemente lo dejaré caer de vez en cuando, hasta que creas que la idea ha sido tuya.
-Me siento mal por robarte este día, Harvey -vuelve a la carga.
-Yo me sentiría peor si no lo disfrutases tú, cariño -la abrazo-. No importa dónde o cómo lo hagamos, mientras ambos estemos seguros de lo que queremos. Y yo te quiero en mi vida para siempre, como mi esposa.
-Eres el hombre más comprensivo del mundo, Harvey -sus labios rozan los míos-. Y por eso, tengo una sorpresa para ti. Para compensarte por lo del banquete.
-No me importa no tener...
-Shhhh -me calla-. Deja que te dé tu sorpresa.
Se acerca a Roger, que está peleando con la silla para bajar de ella, y lo libera del cinturón de seguridad. Es un niño muy inquieto, sobre todo ahora que gatea. Ya nos veo a los dos corriendo detrás de él cuando empiece a andar, aunque creo que será divertido. Adoro a mi medio hijo y, en realidad, ya lo considero hijo al completo, pero no quiero ni pensarlo por si un día se me escapa y Zandra se siente mal. Sé que es un tema que le atormenta, sobre todo desde que Roger ha empezado a pronunciar sus primeras palabras, por eso, no pienso darle más motivos para preocuparse. Lo que sea, será y me conformaré aunque solo me llame Harvey.
-Roger -le dice, agachada frente a él-. Vamos a enseñarle a Harvey lo que sabes hacer.
Le entrega una cajita pequeña, donde supongo que ha guardado nuestros anillos, y lo ayuda a girar en mi dirección. Al principio, Zandra lo sostiene de las manos para que camine sobre sus pequeños pies, pero de repente lo suelta y Roger consigue tambalearse hasta mí sin caer. Lo alzo en brazos y rio, feliz por verle dar sus primeros pasos. Es el mejor regalo que podía haber recibido hoy, aparte de casarme con su madre.
-Bien hecho, campeón -lo beso en la frente-. Estoy muy orgulloso de ti.
Después, me acerco a Zandra y la rodeo con mi brazo libre para atraerla hacia mí y besarla en los labios. Ellos serán mi motor a partir de ahora. Por ellos trataré de ser mejor persona y lucharé con más fuerza para poder regresar a nuestro hogar a su lado.
-Me ha encantado mi sorpresa, cariño -le digo con sinceridad-. Gracias por compartir estos momentos tan importantes conmigo. Es más de lo que nunca habría soñado lograr al conocerte.
-Para ser sincera -sonríe-, pensé que no daría más de dos pasos antes de sentarse en el suelo. Todavía no se siente seguro al andar.
-Todo a su debido tiempo.
-Mami -Roger nos abraza a ambos y sonríe.
-Sí, mi vida -le devuelve la sonrisa-. Mami.
-Papi -dice, de repente, mirándome a mí y siento cómo el cuerpo de Zandra se tensa por un momento. Luego noto que se relaja y le sonríe de nuevo.
-Solo si él quiere, mi vida -le responde, sorprendiéndome.
-¿Me estás pidiendo permiso para que me llame papá? -pregunto, temiendo haberme equivocado interpretando sus palabras.
-Te estamos preguntando -incluye a Roger en la frase y me emociono más, porque suena como si hubiese estado planeado- que si quieres ser su papá completo.
-Zandra, yo... -me he quedado sin palabras.
-Sé que es una gran responsabilidad y no estoy diciendo con esto que vayas a ocupar el lugar de su padre -comienza a explicarse apresuradamente-. Le hablaré de él y sabrá cuánto deseaba conocerlo, pero si vamos a formar una familia, quiero que Roger se sienta protegido y amado por ambos. Y que vea en ti a la figura paterna. Sé que lo quieres mucho, pero si esto es demasiado, si te asusta la...
-Frena, cariño -la detengo-. No estoy asustado. Al menos no por mí. No hay nada en este mundo que desee más que formar una familia contigo y con Roger. Te lo dije en su momento y te lo repetiré tantas veces como necesites escucharlo. Y si eso incluye que me llame papá, solo lo hará más perfecto. Pero me preocupa que lo hagas por obligación o porque tengas miedo de que lo nuestro no funcione si Roger termina por llamarme solo Harvey. No quiero que...
-Ahora frena tú -me interrumpe-. Si lo digo es porque lo siento así. Roger te va a considerar su padre porque eres quien lo va a criar. Y quiero que te llame papá si así le sale. Pero también quiero saber que estás cómodo con eso y con el hecho de que le hablaré de su padre para que sepa de él.
-Estoy cómodo con todo lo que venga de vosotros -los abrazo con fuerza y Roger ríe al sentirse aprisionado por ambos.
-Harvey Loman y Zandra Fulton -nos llaman desde la puerta.
-Ha llegado la hora -le sonrío.
-Ha llegado la hora -me sonríe.
Y entonces sé que si veo esa sonrisa al llegar a casa cada día del resto de mi vida, todo habrá merecido la pena.
ESTÁS LEYENDO
Zandra (Saga SEAL 4)
ActionZandra acaba de perder a su marido y dar a luz al hijo que ambos esperaban con tanta ilusión. Pero ha aparecido alguien inesperado en su vida, que amenaza todavía más su ya inestable corazón. Segura de que lo que siente es una traición a su difunto...