Capitulo 11. En blanco.

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La joven limpió el lugar de manera minuciosa.
Ordenó y guardó perfectamente todo en el escritorio de la recepción y por último, subió la gran escalera de Caracol dispuesta a limpiar el estudio de su jefa.
Entró en la habitación y ciertamente cualquiera diría que estaba inmaculado.
Todo estaba en orden y en su lugar; lo único que saltaba a la Costa eran las cosas en la mesita de centro de la pequeña salita de estar en la inmensa habitación...
Rin se dirigió a aquella mesa y recogió la tetera y un plato con galletas de avena. Tomó el cenicero entonces y a su vista salto el hecho de que únicamente había dos cigarrillos en el, pero los dos tenían lapiz labial en la colilla...
Vacío el cenicero en una pequeña bolsa de plástico que llevaba para poner basura y dejó el objeto en la bandeja junto con la tetera y el plato de galletas, miró las dos tazas que estaban ahí y la extrañeza asomo en su rostro al ver que una de ellas estaba totalmente llena...
Miró la otra taza que estaba vacía pero con rastros del té que se había servido ahí además de rostro de lápiz labial igual que el de los cigarros...
Por algún motivo, aquellos simples hechos saltaron a la mente de la joven como si de cosas muy importantes se trataran...

-----No le gusta fumar...-----Pensaba la joven en voz baja sin percatarse de ello. -----Y no le gusta el té... Al menos no el chai.

Bajó todo a la pequeña cocinera detrás de la recepción. Lavó los trastes sucios, los secó y los acomodó, dejando de esa forma, el lugar entero inmaculado.
Suspiró con agotamiento y miro el reloj en la padred...

------Cinco, cuatro, tres, dos...------Contaba para el veinte a las seis de la tarde...-----uno...

El sonido del ascensor abriéndose resaltó en el lugar y acto seguido, su jefa salió de el, dirigiéndose a la recepción...

------Ya regrese, preciosa.-----Somrio.

-----Bienvenida de vuelta. ----Sonrió Rin. Adoraba la energía de esa mujer.

------Muchas gracias. ----Expresó quitándose los lentes de sol y mirando a su alrededor. ------Nuestro invitado ya se fue?

------Si. Hace media hora. ------Afirmó Rin.,

-----Oh. Qué lástima. Esperaba verlo una vez más antes de que se fuera...en verdad espero ya no me abandone tanto tiempo y venga más seguido.

-----Puedo preguntar...son muy cercanos?-----Preguntó la joven en un impulso que no pudo controlar, por qué había preguntado eso?!

-----Bueno, de alguna manera...-----Respondía Misha sin molestia aparente por el cuestionamiento de su joven empleada. Si había algo que Misha Yamashita adoraba era la atención, además de la extravagancia y la puntualidad, claro está. -------Solía venir aquí muy seguido cuando era solo un mocoso...------Reía mientras permanecía recargada en la barra de la recepción, aparentemente perdida en sus recuerdos y sin aparente recelo de aquella historia, -------Podía pasar horas pasado o sentado en frente de alguna de las obras... Siempre le fascinaron los juegos de luces y sombras...
Por lo menos una vez a la semana era seguro que aquí estaría. El bastardo ni siquiera llamaba para reservar, solo entraba y hacia lo suyo... A lo mucho, al salir de su última visita, le soltaba al recepcionista prácticamente al aire un día y una hora y más le valía al recepcionista anotarlo, porque era una reservación oficial... Sin embargo, él nunca compro nada...sólo miraba. Pero desde luego, a mí nunca me a molestado, Es decir, aún siendo un mocoso era... Era... Fácil podría ser decir apuesto, pero... Ciertamente era jodidamente hermoso... Magnifico. No te parece? Una verdadera obra maestra. Y Definitivamente la madurez lo ha favorecido aún más..------Guardó silencio por un instante y luego continuó. -----En fin... En algún momento, comenzó a venir todos los días. Fue hace como...diez años. Venía aquí cada mañana en punto de las ocho. Se sentaba en uno de los bancos y miraba la obra que estuviese enfrente y luego, sacaba de su portafolios alguna carpeta o algún papel y parecía revisarlo una y otra vez... En punto de las nueve, se levantaba y se marchaba...así, sin más. Siguió esa rutina por mucho tiempo... En algún punto yo solía sentarme con el. Intentaba...ya sabes, saber algo de ese muchacho apuesto que tanto recuenta a mi galería. Pero jamás obtuve mucho. Todo era tan impersonal y...en blanco... Sabes? Él...es todo un personaje. Jamás he sabido más de el de lo que he leído en revistas o periódicos, pero de su boca solo conocí su nombre... Pero el punto en él es que no se puede conocer más, porque el hombre no tiene gustos, vicios y aparentemente tampoco placeres. No es como las demás personas que se te presentan como un lienzo en blanco y conforme vas conociendo le surgen las figuras y los colores. Él es todo blanco. No hay nada. Ni un libro favorito, ni un simple color...un buen recuerdo, un pasatiempo. Nada. Siempre que hablamos, era más bien yo la que hablaba... Y estoy segura de que él me escuchaba... Eso es algo que él tiene, escucha todo...y profundiza. A veces acaba conociendo a la gente más que ellas mismas sin necesidad de que el diga una palabra o haga una sola pregunta. Permite que tu le digas todo de ti sin que te des cuenta. Llegue a considerarlo un gran amigo justamente por eso, porque nadie me conoce mejor que el. Ni siquiera yo. El último día que estuvo aquí, hace diez años, le asegure que podía volver cuando quisiera, el solo me agradeció y salió por ese ascensor... Fue la última vez que lo vi...hasta hoy.

Rin escuchó atentamente todo lo que la mujer dijo. Cada palabra, cada descripcion, pasaron por su mente y fueron minuciosamente procesadas...
Recordó de repente la taza llena de te y el cenicero...
"Ni gustos, ni vicios ni placeres", eso era lo que su jefa le había descrito... Pero, en verdad eso era posible? En verdad una persona puede ser solamente un lienzo en blanco??
Todo se arremolinó en su cabeza como un tornado. Todo lo que había leído sobre ese hombre la noche anterior, todo lo que Misha le había dicho, todo lo que había hablado con él y todo lo que su abuela le había contado...

------En...en verdad cree usted que... Ese hombre sea...nada más que un lienzo blanco?----Pregutó Rin.

------Humn? Pues... Si. -----Respondió su jefa sin dar importancia al interés que la joven tenía por el peliblanco. ------Admito que jamás había conocido a alguien como él. Se supone que... Todos tenemos alas. Alas que nos llevan a algún lugar...alas con un motivo. Un por qué. Pero al parecer... Hay quienes no las tienen. O.,.quién no las tiene.

Rin bajó la mirada un momento. Luego giro ligeramente su cabeza y miro al fondo de la habitación, hacia la pintura que hace unas horas había observado al lado de aquel hombre extraño...

-------No. Yo creo que... En efecto, todos, tenemos alas.., pero algunos no saben por qué.

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