Simplemente Rin. (Parte 4)

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En cuanto cerró la puerta sintió toda su sangre agolparse en su rostro casi haciéndola sudar...
Por qué rayos había dicho eso?!
Maldición, maldición y mil veces maldición!
Pensó en salir a disculparse, pero pensó que no tenía caso...además una parte muy profunda de ella pensaba firmemente que esa mujer se lo había buscado...

------Que rayos te pasa, Rin?!-----Se reprendió a sí misma en voz baja mientras permanecía con la espalda contra la puerta cerrada.

------Pasa algo? -----Preguntó la voz masculina de su empleador quien se asomó al pequeño anden que llevaba a la puerta haciendo que Rin diera un pequeño respingo por la sorpresa y llena de nerviosismo que intentó ocultar.

------Ah! No...-----Decía despegándose de la puerta para empezar a acercarse al centro de la oficina, -----No señor no pasa nada. Emmm... Ah, sí! La señorita Yura dijo que tendría todo listo en un rato más.

Sesshomaru frunció el ceño, obviamente había notado algo extraño, sin embargo pareció no darle importancia...

------Bien. Ahora ven aquí. -----Ordenó.

Rin caminó a donde su empleador estaba, frente a una pared que tenía un gran librero... Ciertamente aquella oficina parecía más bien una biblioteca privada: al término del pequeño pasillo en la entrada estaba el escritorio, frente a una pared donde había otro gran librero lleno, a los flancos de la habitación las paredes también eran fondo de libreros grandes y Bastos y una pequeña puerta al fondo del lado derecho de la habitación que Rin supuso era un baño privado...

------Dígame señor.-----Atendió Rin al llegar al lado de su empleador.

------Necesito que busques en estos libreros unos archivos y unos libros, bien? Cuando termines déjalos en orden en el escritorio; nos los llevaremos.

------Entendido.

Sesshomaru le entregó a su nueva asistente un pedazo de papel con los no,nerd de los archivos y los títulos de los libros que debía buscar, después se marchó a su escritorio y comenzó a trabajar en su computadora.
Rin observó que todo en los libreros estaba perfectamente ordenado por orden alfabético, así que supo que no tendría tanto problema en encontrar las cosas, sin embargo, ciertamente eran bastantes.

Pasó media hora y después una hora completa; el Taisho observaba de vez en cuando a Rin mientras buscaba lo que le había pedido, asegurándose de que no tenía problemas; al poco tiempo, vio casi todos los archivos y libros apilados en el escritorio mientras la joven buscaba el último.
Vio la hora y suspiró profundamente, cerró la computadora y se levantó de su silla...

------Apresurare con eso.-----Le indicó. -----Debemos irnos. Pasaremos por el gaffete al salir.

-------De acuerdo. -----Atendió Rin aún mirando el librero frente a ella, buscando el último libro. ------Solo necesito encontrar uno.... Ah! Ahí...------La joven vio el libro que necesitaba un par de estantes arriba. Notó que no había nada en lo que pudiera subirse para alcanzadlo así que se estiró lo más que pudo...

Sesshomaru termino de guardar sus cosas y entonces observó a su joven asistente malabarear para alcanzar un libro que estaba al menos dos repisas sobre su cabeza... Se había percatado antes de que ella era muy baja, pero ciertamente, al lado de todos esos grandes libreros, parecía aún más pequeña.
La joven se paraba de puntillas y estiraba sus menudos brazos una y otra vez intentando alcanzar aquel libro, empezaba a darse por vencida pero llena de decisión hizo un último intento; se estiró tanto como pudo y se paró sobre la punta de sus pies también intentando mantenerse más tiempo, sin embargo, perdió el equilibrio y estuvo a punto de caer hacia atrás pero para su gran sorpresa, sintió como un par de manos la sostenían con fuerza por la cintura y acto seguido sintió como era levantada tan fácilmente que parecía pesar lo mismo que una pluma, haciendo que sus pies abandonaran el suelo y el libro que estaba tratando de alcanzar quedará al poco rato justo frente a ella.
Tomó el libro de inmediato y entonces fue nuevamente puesta en el suelo, con tanta fragilidad y delicadeza que casi desentonaba con la fuerza con la que fue sostenida por la cintura, pero no fue lastimada. Se dio media vuelta y se encontró directamente con el peliblanco quien la miraba serio, pero no molesto, casi con cariño...

-------Gra...gracias...-----Expresó ella un tanto apenada por el hecho de que él tuvo que evitar que se cayera y peor aún, había tenido que cargarla; le extendió el libro y Sesshomaru tomó el pesado objeto, entonces, Rin vio claramente como una sonrisa a penas perceptible arqueaba sus finos labios...

------Buen trabajo. ----La felicitó. ------Vamonos.

Rin le sonrió...

------Si.

Sesshomaru se negó a dejar que Rin llevará los libros y los archivos que eran muy pesados así que le indicó que llevará la computadora; se sintió un poco inútil pero se sintió mejor al notar que el no parecía molesto. Ciertamente era todo un caballero.
Salieron de la oficina y él cerró con la llave, fueron nuevamente al centro del edificio y ahí, un hombre joven que se identificó como le secretario de Yura les entregó la identificación de Rin en un gaffete.
Volvieron al estacionamiento, pusieron todo en el auto y el peliblanco abrió la puerta para Rin y la cerró una vez estuvo adentro, rodeó el auto y entró en el; estaba a punto de arrancar cuando ella le interrumpió...

------Señor...------él la miró a forma de atender a su llamado...------Lo siento si soy molesta pero... Por favor, podría usar el cinturón de seguridad?

Sesshomaru miró a su joven asistente lleno de extrañeza y un poco de molestia por un segundo pero aquella petición pareció tener un efecto en el...
La manera en que se lo pidió parecía más una súplica que una exigencia, fue cálida y sensible...fue sincera.
Entonces algo llego a su mente como una bala, el recuerdo de algo que ahora le parecía había ocurrido en otra vida...una vida que a fin de cuentas lo llevó hasta ese momento; la joven que estaba sentada a su lado en ese momento, aquella que había contratado como su asistente, aquella que de forma inexplicable le hacía sentir latir el corazón, era la mi su niña que años atrás había representado en un caso que entonces no fue llamado a menos que inaudito y todo porque esa niña de no más de seis años había perdido a sus dos padres en un terrible accidente de auto en el que ninguno de los dos llevaba cinturón de seguridad...
Tal vez ella no recordaba mucho de aquellos días... En realidad, las veces que la entrevistó sobre el día del accidente, ella no recordaba nada y realmente no era algo extraño... Pero ahora, era casi una adulta joven y sin lugar a dudas habría indagado todo acerca de aquel accidente y todo lo que sucedió después... Sin lugar a dudas, ese accidente había cambiado su vida y a pesar de que él no estaba plenamente consciente, la de él también.

Le asintió con una mirada tranquila y enseguida atendió a su petición, tomó el cinturón y se lo colocó, después la miró de nuevo...

------Gracias, Rin. -----Le expresó y ella sintió como si su corazón se encendiera.

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