Desconocido. (Parte 2).

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Había pasado la media noche cuando ella continuaba en su escritorio leyendo aquel libro.
Había leído cada renglón de forma minuciosa, subrayando con marcadores de diferentes colores los conceptos, las palabras clave, las citas y los artículos; y para las primeras horas de la madrugada, había terminado finalmente la mitad del primer capítulo...
Suspiró con agotamiento y se recargó en el respaldo de su silla...
Miro el reloj sobre el escritorio, debía comenzar a prepararse para la escuela en solo tres horas más...
Suspiró nuevamente y cerró el libro, se levantó y guardó todo lo necesario dentro de su mochila y aunque ese día no tendría clase de leyes, empacó también ese libro, esperando poder seguir estudiándolo durante los recesos.
Estaba terminando de dejar sus cosas listas cuando su pensar se vio asaltado por lo que había hablado con su abuela la noche anterior... La imagen del hombre peliplateado apreció en su cabeza como si estuviese mirandoló de frente... La verdad es que en todo el día, aquella imagen no había salido de su cabeza...
Miró su computadora portátil que estaba en un extremo de su escritorio y no pudo evitar abrirla y encenderla.
Se sentó nuevamente frente al escritorio y una vez la computadora estuvo encendida, ingresó a internet y justo después de dudar un poco, puso en el buscador el nombre que había tenido en la mente todo el día anterior: Taisho Sesshomaru.

Millones de respuestas a su búsqueda aparecieron frente a sus ojos, la mayoría artículos de revistas y periódicos sumamente importantes y noticias referentes a casos judiciales.
Un título en particular llamó su atención; "El gran demonio blanco".
Sintió su corazón dar un vuelco al leer aquel título, seleccionó el sitio y el articulo apareció ante sus ojos.
Era nada menos que un artículo de uno de los periódicos más importantes de Japón que hablaba sobre las "atrocidades" que el prominente miembro del consejo del tribunal de justicia, Sesshomaru Taisho había cometido en contra de una innumerable cantidad de convictos.
El articulo acusaba al heredero Taisho de haber condenado a cadena perpetua de manera injusta a más de cincuenta presuntos delincuentes, muchos de los cuales era jóvenes; también señalaba casos en los que había fallado a favor de penas de muerte en contra de delincuentes sumamente jóvenes a los cuales el tribunal había sugerido para el anexo de reintegración social...
Todo el artículo hablaba de lo implacable que el joven miembro del consejo era, siendo en todos sus casos sumamente intransigente, cruel y sumamente despiadado. Jamás revisaba un caso una tercera vez, jamás cambiaba de opinión y jamás mostraba misericordia sin importar qué tan joven, vulnerable o presuntamente inocente fueras... Era terrible.
Rin sintió como si su corazón esruviese siendo comprimido, salió de aquella página y reviso el resto de los resultados de búsqueda... Todos eran igual.
Ningún artículo en toda la Internet que hablará sobre Taisho Sesshomaru parecía ser bueno... O al menos la mayoría.
Casi todos hablaban de cuan cruel era, muchos lo llamaban asesino de guante blanco por no mencionar otros términos...
Tal parecía que cualquiera que ante los ojos de ese hombre, fuese culpable de sus penas, recibiría el peor castigo de la tierra sin importar nada...
Las lágrimas saltaban de los ojos de la joven lectura tras lectura, articulo tras articulo, caso tras caso...
Finalmente, un artículo publicado muy recientemente en donde se había cuestionado al fiscal del distrito acerca de su nuevo y sumamente controversial prospecto para sucesor apareció ante sus ojos. Lo leyó minuciosamente, y la forma en que el fiscal se refería al joven Taisho, resonó en su cabeza como campanas...
El hombre en cuestión se refería a Taisho como un hombre incorruptible, mencionando que esa era la principal característica que lo hacía excelente candidato para tomar su puesto... Incorruptible y sumamente fiel a la ley.
En algún momento, el entrevistador preguntó  al fiscal si a caso la justicia no debía proteger a los menos favorecidos y no a sí misma... El fiscal no respondió.

Cerró su computadora y se quedó mirando fijamente a la pared que tenía justo enfrente, la cual estaba medió iluminada por su lámpara de escritorio.
Un dolor asolador aplasto su corazón entero... Ese hombre tan terrible la había defendido?!?!, ese era el hombre que había ido a verla todos los días a la casa hogar?!?!... Pero más importante aún... Por qué lo había hecho?!?!?
En qué había sido diferente ella de todas esas personas a las que había condenado???

Se tiró en su cama cubriéndose con las mantas mientras la desesperación y la frustración salían de ella en forma de sollozos... Muchas cosas le dolían... Le dolía no comprender por qué ella había sido favorecida por aquel terrible hombre, le dolía la cantidad de personas a las que había abandonado y dado la espalda...le dolía cuantas personas había condenado despiadadamente... Le dolía que las personas lo llamaran monstruo... Y más aún, le pesaba no estar de acuerdo con ellas.
Después de todo lo que había leído, no sería difícil que ella también lo considerara un monstruo... Pero justo eso era lo que le pesaba más: simplemente no podía.
Algo en su interior le impedía rotundamente ver a ese hombre como todo aquello que el resto del mundo le señalaba... Ella no pensaba que fuese un monstruo, no lo pensaba como tal.... Por qué?! Por qué le dolía tanto la forma en que el mundo lo veía??? Por qué ella no podía verlo así también???
Su abuela se lo había dicho, las personas valen por lo que aportan y según Rin había visto, Taisho Sesshomaru no había aportado nada bueno...

Ese pensamiento fue abruptamente interrumpido por otro...uno que vino de la nada, como si hubiese surgido de las profundidades de su ser...

------Ese hombre... ------Pensaba Rin en voz baja aún acurrucada entre sus sábanas. -----Ese hombre me salvó la vida.

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