Capítulo 32. Enredados.

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El timbre que indicaba el receso sonó.
La joven guardaba sus cosas de la clase en su mochila junto con su amiga...

------Ahora si tenemos mucha tarea! -----Decía Jessie guardando también sus cosas.

------Y que lo digas.-----Rió Rin. -----Creo que tendríamos suficiente para el resto del semestre.

------Lo sé! Esto es muy cruel!

La rubia seguía hablando cuando Rin miró su teléfono el cual acababa de vibrar; a penas vio un mensaje en la pantalla sus ojos se abrieron enorme te y sintió como si fuese a estallar...

-------...como sea, vayamos a la cafetería. Me muero de hambre.

------Emmm...-----Balbuceaba Rin terminando de guardar sus cosas y levantándose de su lugar.--------Sabes, Jess? Acabo de recordar que...deje algo en la biblioteca. Iré a buscarlo...

-----Te acompaño?

------No, no. No es necesario....------Rin intentaba disimular su prisa por irse. -----Mejor ve con los demás, si? Si me da tiempo los alcanzaré.

------De acuerdo...pero...

------Adiós!

Sin dejar lugar a más cuestionamientos o palabras, la joven castaña salió casi corriendo del aula de clases, atravesó el transitado pasillo tan rapido como pudo, subió las escaleras de la misma forma dificultosa gracias a que todos los estudiantes estaban bajando; ignoró a la secretaria en su cubículo cuando le dijo que no corriera en las escaleras, subió hasta el último piso, sacó las llaves metálicas que Sesshomaru le había dado tiempo atrás y justo cuando estuvo a punto de usar aquella que habría esa oficina, la puerta se abrió frente a ella dejando ante sus ojos la imagen que más había añorado todo ese tiempo...

------Te tardaste. ------Le dijo el seriamente pero con una sonrisa ladina.

Ella sonrió ampliamente y sintió su corazón dar un vuelco lleno de alegría.
Sin poder contenerse más se lanzó a abrazarlo pero siendo cuidadosa al pensar que podría estar debilitado, sin embargo y para su inmensa sorpresa, lo sintió de repente tomarla por lo bajo de sus costillas y tal como si no pesada nada la levanto del suelo pegándola a su cuerpo para que lo rodeará con sus piernas; retrocedió entrando a la oficina y cerró la puerta de inmediato...

Rin dejó caer su mochila en el suelo y lo abrazó más fuerte...

------Me extrañaste?-------Le preguntó él mirándola a los ojos.

------Demasiado.-----Aseguró ella en una risa que casi parecía un sollozo de inmensa alegría.

El esbozo una a penas perceptible sonrisa ladina con satisfacción...

------Y yo a ti. -----Le aseguró justo antes de que sus bocas se fundieron en un profundo beso ansioso y casi desesperado, impregnado de un inmenso te extrañé.

Sus bocas parecían haber estado gritando el nombre del otro y ahora parecían no querer soltarse jamás.
Sus lenguas se entrelazaban y pasaban a beber del otro como si sus vidas ahora dependiesen de ello llenando sus cuerpos de calor y un cosquilleo que se extendió a cada parte de su piel.

Sesshomaru la recargo un momento contra la puerta cerrada para poder usas sus manos para acariciarla más libremente.
Al principio se sintió inseguro al respecto de tocar a la joven pero simple te no logro contenerse; pasó sus manos por sus piernas medio descubiertas gracias a la falda de su uniforme.
Quiso con todas sus fuerzas continuar por debajo de aquella falda pero se resistió así que pasó a tocarla por encima de sus ropas pasando por su cadera, su estrecha cintura y obligándose a detenerse en sus costillas pasando a sujetarla de nuevo.
La alejo de la puerta sin dejar de besarla un solo instante y se dio la media vuelta con ella avanzando lentamente hasta que toparon con el escritorio.
La posó sobre aquel mueble inclinándose ligeramente para no separarse de ella aún cuando sus piernas ya no lo rodeaban con tanto aferro.
Mutuamente se quitaban el aliento al punto en que, sin que ellos se percataran, ya estaban luchando por respirar.
Sin darse cuenta jadeaban acompasados, buscando un poco más de aire pero sin ser capaces de separarse... No querían hacerlo. Querían estar así por siempre.

Sesshomaru, cada vez más ansioso comenzó a inclinarse sobre ella sin darse cuenta haciendo que sus frágiles brazos lucharán por mantenerla erguida por un rato hasta que finalmete cedieron, dejándola caer más recostada sobre el mueble a penas sostenida sobre sus codos.

De repente hacía demasiado calor.
El lugar parecía estar en llamas.

El peliblanco prácticamente se arrancó el saco que llevaba para después volver a aferrarse a las piernas de la joven para recorrerla nuevamente.
Al llegar a su torso, pasó a desabrochar el saco que ella llevaba de su uniforme y de igual manera casi se lo arrancó de ensima, dejándole dolo su camisa de botones.
El haberle quitado el saco liberó en una ráfaga su aroma...
Pensó que se volvería loco.
Era lo más exquisito que había olido antes...
De no haber tenido autocontrol le habría arrancado la camisa y seguramente (cual bestia inhumana) la habría devorado toda; pero afortunadamente y a pesar de que cada vez luchaba más para conservarla, aún mantenía un poco de compostura y de consciencia, por lo cual, no tardó mucho en concluir que debía detenerse.

Cada beso, cada caricia, cada rastro de su aroma, cada jadeo que llegaba a sus oídos lo hacían dar un paso más lejos de su autocontrol y el cada vez más insoportable dolor en su entrepierna era su indicador más grande...
Tenía que detenerse.
No podía continuar. No debía.

Sabía lo que quería.
La deseaba.
Quería hacerla suya.

Pero esa no era la forma y ese no era el lugar...
Podía desearla a morir pero la amaba mucho más...
La respetaba.
Quería demostrárselo.
Quería demostrarle que para el ella era mucho más de lo que nadie había sido jamás...

------Rin...------La llamo en un segundo que tuvo ligeramente separado de sus labios.

------Dios...------Susurró ella comenzando a frenarse también. ------Tenemos... Tenemos que parar...------Decía evidentemente luchando también contra todos sus deseos.-------Lo...lo siento...------De esa forma finalmente lograron dejar de besarse quedando su frente contra la del otro mientras sus agitados alientos acariciaban el rostro contrario.------Lo...lo lamento...

-------No... Está bien...-----Aseguro el aún jadeante.

-------No yo... Es que... ------Rin desvío su mirada posando su cabeza ligeramente hacia un lado casi con su frente en el hombro del peliblanco. -------Lo siento. He... He tenido un par de novios antes. Pero nunca llegamos a...

Sesshomaru se movió para así ambos volver a mirarse a los ojos; ella estaba sonrojada.

------No tienes que explicarme nada. Lo entiendo bien. Esta...no es la manera y el momento tampoco.

------Yo...------Ella volvió a desviar la vista un poco mostrando nerviosismo. ------Qu...quiero que seas tú...ya sabes..,el...el primero... Pero...no lo sé... No me...no me siento lista todavía...

El peliblanco no pudo evitar sonreír para sí mismo con satisfacción por saber a ciencia cierta que sería el primero para ella y también con ternura ante su nerviosismo. Adoraba que fuera tan Inocente y tierna a la vez que terriblemente seductora y persuasiva sin siquiera darse cuenta. Lo volvía loco.

-------Tranquila...-----le acomodó delicadamente el cabello detrás de la oreja y le alzó el mentón con suavidad para que lo mirara de nuevo.-------Ya te lo dije. No tienes que explicarme nada. Quiero que estés lista. Que te sientas bien. Vayamos con calma. No te preocupes.

------Gra...gracias.------Expresó ella aún alto apenada y bajando la vista...

-------Oye...-----Llamó el haciéndola mirarlo de nuevo. ------Te amo, Rin. No lo olvides.

Ella le sonrió.

------Jamás.

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