--------Abuela? Ya estoy en casa! ------Llamó al entrar por la puerta.
------Rin! Por dios mi niña, que haces aquí?
------Sessh...digo, el señor Sesshomaru me envió a casa. ------Dijo ella intentando ocultar su informalidad.
------Oh... Ya veo. Debo decir que se lo agradezco. Luces terrible mi pequeña.
------Estoy bien, abuela, enserio.
-------Pero claro que no! Por dios, niña! Lo ves? Hasta el señor Sesshomaru puede notarlo, pareces un muerto andante, Rin. Anda. Ve a bañarte y en cuanto acabes ven a cenar para que puedas irte a dormir.
------De acuerdo. Gracias abuela.
-----Oh, Rin...-------La mujer abrazo a su nieta con inmenso amor. ------Que bueno que estás aquí. Dale las gracias al señor Sesshomaru de mi parte.
-----Lo haré. Te lo prometo.
------Me alegra ver que...él te cuida tanto.
Rin sonrió ligeramente para sí misma al pensar en el peliblanco...
La joven finalmente se fue a la cama una vez se hubo duchado y comido como jamás pensó comer en su vida.
Se acostó en su almohada boca arriba y se regocijó al darse cuenta de que ya había olvidado lo cómoda que era su cama.
Miró su teléfono en la mesita de noche y lo tomó sin levantarse, lo desbloqueó y fue directo a su bandeja de mensajes, encontrando en primer lugar aquel nombre que buscaba.
Abrió la bandeja de los mensajes que tenía con el peliblanco y puso el marcador en la barra de texto haciendo aparecer el teclado...
Quería escribir algo, pero no sabía exactamente qué.
El pensamiento de que aquello tal vez estaba demas llegó a ella de repente... Tal vez no debía escribir nada, al final... No quería molestarlo. No quería parecer hostigante.
Presionó el botón de bloqueo del teléfono en ese momento y lo dejó en la mesita de noche...Sesshomaru miraba fijamente la ventana; observaba los rayos de la luna traspasar por las rendijas de la persiana.
Su cabeza estaba llena siempre de demasiadas cosas, pero esta vez, no era así. Esta vez, en su cabeza solo había, no algo, sino alguien... Había un nombre, un apellido y unos maravillosos ojos pardos...una dulce y melodiosa voz que había cantado la que para él era la canción más hermosa del universo...
Pensó en lo que Misha le había dicho...
Se preguntó si lo merecía...
Es que a caso su alma tenía salvación?
Es que a caso en verdad podría ser realmente feliz?
Cuánto tiempo duraría? Sería posible que fuera para siempre? O duraría un instante?
Cuánto duraría ella a su lado?
Sería posible que se quedará siempre?
Pensó en lo mucho que eso le gustaría.
Pensó en todo lo que estaría dispuesto a hacer o a dejar solo para que ella se quedara... Sería capaz de cualquier cosa solo para asegurarse de que ella estaría ahí cuando despertara...
Sería aquello posible?
Que tan justo era eso para ella?
Después de todo, era demasiado joven... Atarse a una sola persona no era precisamente correcto...
Muchas cosas pensó entonces... Todas le hacían sentir de formas diferentes... Algunas le daban miedo, otras lo hacían sonreír involuntariamente...otras le partían el alma...
Pensar que ella sería suya...pensar que no la merecía... Pensar que lo más sensato era que ella se alejara... Pensar que ella le amaba tanto como el admitía hacerlo...Muchos pensamientos y ninguna certeza...
Tal vez solo podía esperar a ver lo que el destino depararía, pero mientras tanto... Ella era su presente. Seguiría siendo así mañana?La despertó el sonido de su teléfono al vibrar contra la mesita.
Con los ojos entreabiertos dado que el cansancio ya había conseguido vencerla, tomó el aparato con su mano, lo desbloqueó y ahí, ante sus ojos apareció con la hora actual en la bandeja de mensajes con el nombre de más importancia para ella...
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Teach Love.
FanficHay cosas que no se aprenden en los libros. *Esta no es una historia de amor, es una historia sobre el amor".