Capítulo 50. Calma.

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Vestirse nunca había representado la tarea más difícil de sus vidas.
Cada prenda que a penas volvía a su lugar, era inmediatamente arrancada nuevamente, dando inicio a nuevas caricias y nuevos besos que desembocaban en un nuevo frenesí de luciría, deseo, pero sobre todo, de amor.
Aquella oficina era ya un verdadero desastre.
Lo que había yacido ordenadamente sobre el escritorio ahora estaba regado por el suelo al lado de centenares de empaques metálicos rotos y preservativos usados.

El librero incluso había dejado caer varios libros al suelo, producto de todas las ocasiones que ella fue embestida contra él.
La alfombra estaba corrida y el sofá tenía marcas de desgarres en la tela... Era el escenario de un huracán que había azotado todo, pero aquellos que más afectados habían resultado eran aquellos a toda prisa habían abandonado aquella habitación para salir corriendo mientras aún se ponían algunas de sus prendas dispuestos a salir por la puerta del departamento.

Abordaron el alto y salieron casi disparados fuera del estacionamiento. Ella reía animosamente con total diversión ante la aparatosa situación y el, a pesar de que primero insistió en permanecer serio, después se dio cuenta de que ella tenía razón y todo era una completa locura...

------La próxima vez, posiblemente deberíamos poner una alarma.------Reía Rin terminando de ponerse su saco.

------La próxima vez, no voy a dejar que me convenzas tan fácilmente.

------"Fácilmente"???----Exclamó ella aún entre risas. -------No me quites mérito...-----Decía estirando su brazo para acariciar el cuello del Taisho con su mano suavemente.------Estabas muy indispuesto al principio.

Sesshomaru entorno los ojos mientras no pudo evitar sonreír ligeramente; tomó un momento la mano de Rin y besó su dorso antes de dejarla nuevamente.

Llegaron a la casa a penas cinco minutos después de la hora calculada y no hacía falta decir que no querían despedirse...

------Oye...------Decía Rin mientras abría la puerta del auto para bajarse.------Técnicamente el viernes es nuestro último dia juntos antes de que...ya sabes.-----Guardo silencio por un momento al sentirse afligida.-------Así que estaba pensando...-----Prosiguió al fin, dispuesta a mantenerse positiva ante todo.-------Puedo decirle a mi abuela que me quedaré en casa de Jessie... Así podríamos estar juntos todo el día después de la escuela y hasta el sábado cuando debas ir a trabajar con Kagura y yo a reunirme con mi tío.

-------No estoy de acuerdo con que dejes sola a tu abuela tanto tiempo.

------Bromeas?! Los fines de semana casi no está en casa.-----Sonrió Rin. -----Los viernes va con sus amigas a jugar damas y los sábados va a meditar al templo. Los domingos es cuando más estamos juntos y siempre vamos a llevar flores al santuario de mis padres. Así que....que dices?

Sesshomaru esbozó una ligera sonrisa ladina y después, se inclinó para acercarse a la castaña...

-------De acuerdo.----Accedió dándole un beso en la frente. Ella sonrió con amplitud.

------De igual forma... Ojalá mañana podamos estar juntos al menos un rato...sé que tienes que recoger a Onigumo en el aeropuerto...

-----Iré con mi padre. Si puedo, dense a Onigumo con él y aremos alto juntos, te parece?

-----Claro que si!

------Bien.... Te llamaré mañana entonces para notificarte.

------De acuerdo. -----La joven bajó del auto y antes de cerrar la puerta, se asomó por última vez al interior y mirando a su a,aso, le recordó: ------Te amo Sesshomaru...y te voy a extrañar mucho.

------Yo también...----Expresó el con un suspiro. -----En verdad lo lamento...

------No te disculpes. Todo va a estar bien. Te estaré esperando cuando regreses.-----Prometió sincera.

Llegó a su casa y su amada abuela ya la esperaba con la cena a punto de estar lista.
La ayudo a poner la mesa y ambas se sentaron a cenar amena y animosamente.

Limpiaron y dejaron todo en orden, se despidieron amorosamente una de la otra y pasaron a retirarse a sus habitaciones.

Rin alistó en su mochila las pocas cosas que necesitaría para el examen del día siguiente. Se puso una pijama conformada por un short rosado y una sudadera blanca; ató su cabellera en un chongo, lavó su rostro y cepilló sus dientes. Cuando hubo terminado, se miró unos instantes en el espejo y su reflejo mostraba claramente la dicha en su rostro producto del simple pensamiento del peliblanco.

Salió del baño y se dirigió de nuevo a su alcoba; abrió la puerta, entró y cerró; a penas alzó la mirada al frente nuevamente, su sorpresa fue tal que sintió que le daba un pequeño infarto...

------Por dios...!-----Exclamó intentando recobrarse de la impresión...-----Se...Sesshomaru...------El peliblanco estaba unos metros frente a ella. No lo podía creer. Pensó que estaba alucinando o tal vez soñando, pero no era así. El realmente estaba ahí, de pie en medio de su dormitorio...------Que...que rayos haces?!------Le cuestionó en susurros acercándose a él.-----Como entraste?!

--------Por la ventana. ------Respondió el sin más.

Rin miró hacia su ventana y notó que estaba abierta de par en par, tal como la había dejado durante el día... Había olvidado por completo cerrarla al llegar a casa...

-------Dioses...------Suspiró la castaña mirando de nuevo al Taisho. ------En verdad estás aquí??------Sonreía aún completamente incrédula.

------Claro que si...----Confirmó el acercándose a ella y acariciando su rostro. ------Yo...------Susurraba mientas se inclinaba para acercarse más hasta llegar a su oído...------No quiero estar lejos de ti tanto tiempo.

Ella sonrió mientras un escalofrío placentero la recorría y el rubor subía a sus mejillas.
Se separaron ligeramente de nuevo de forma que volvieron a mirarse...

------Entonces quédate. -------Le respondió ella con un susurro dulce y cálido mientras pasaba a abrazarlo, rodeándolo con sus menudos brazos. ------Quédate.

Sesshomaru sonrió ligeramente y correspondió él abrazo de la joven, gozando cada segundo de sentirla cerca...quería que fuera así siempre.

Sus bocas también se buscaron... Todos sus sentidos buscaban al otro como si fuese su sitio favorito en todo el planeta.
Ella le ayudó a despojarse de su playera y pudo así volver a acariciarlo y sentir su calor.
Desabrochó su cinturón y abrió por completo su pantalón ayudándolo también a quitárselo.

La tendió en la cama con tanta fragilidad que parecía temer romperla y permaneciendo sobre ella siguió besándola insaciablemente... Ella lo era todo.

Entre frágiles, lentos y amorosos besos y caricias se hundieron bajo las suaves sábanas blancas y se dieron paz y tranquilidad mutuamente haciendo a sus corazones latir calmos mientras se miraban a los ojos quedándose uno al lado del otro, como si nu hubiese nada más en el mundo...eran solo ellos y la verdad era que, nada más hacia falta.

Teach Love. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora