Capítulo 30. Enseñanzas (Parte 1)

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La tarde había caído por completo.
Por la ventana de la habitación, a través de las blancas cortinas, entraba la calida luz del ocaso.
Sesshomaru estaba en su lecho, terminando de agregar sus contactos importantes al nuevo teléfono que su fiel sirviente Jaken le había llevado cuando miro a la joven él el sofá debajo de la ventana.
La observo mientras leía y subrayaba un libro, después consultaba otro y después hacia anotaciones en su cuaderno.
Lucia tan cansada.
Bostezaba constantemente y sus ojos parecían querer cerrarse, pero ella luchaba arduamente en continuar su labor.
Fue en ese momento que se percató de lo pálida que estaba, además de ojerosa y bastante más delgada... Rin ya era delgada y fragil, pero ahora en verdad lucia muy mal...

Una profunda culpa y enojo se arremolinó en el cuerpo del peliblanco, consumiendo sus entrañas desde su estómago hasta su pecho...
Como había dejado que eso sucediera?
Por qué ella había hecho eso?
Había estado tan pendiente de él que se olvido de sí misma y el a penas lo había notado.

No era justo.
No era correcto.
Simplemente era inaceptable...

------Rin.-----Le llamó.

------Si? -----Atendió ella quitando la vista de sus libros para mirarlo.

-------Vete a casa. ------Ordenó.

------Eh? -----Alzó las cejas con extrañeza. ------Que? Por qué?

Sesshomaru no se daba cuenta de la forma en que solía decir las cosas. Aún algo con la intención de ser considerado, salía lleno de frialdad y a veces de desdén. Por suerte para él, Rin lo sabía y lo entendía muy bien y mientras para muchos era imposible distinguir si el peliblanco estaba realmente enojado o no, para ella era perfectamente fácil. Ella sabía bien cuando estaba molesto de verdad, cuando estaba tranquilo y relajado, cuando algo le había afligido o cuando estaba realmente contento y aquello, ciertamente le ahorraba muchos problemas al fríbolo hombre...

-------Necesitas descansar. No puedes quedarte aquí.

Ella sonrió.

------Es lo que he estado haciendo los últimos días.

------Y no estuvo bien. Te has forzado demasiado. No debiste hacerlo.

-------Estoy bien. Lo digo enserio.

------No, no es verdad. Estás exausta. Débil. Caerás enferma si no te cuidas, no lo ves?!

Rin suspiró, cerró el libro sobre sus piernas, lo dejo a un lado y se acercó para sentarse en la cama a su lado.

------Volveré a casa mañana temprano...

-----No! -----Reprendió el. ------Quiero que vayas a casa ahora. Llamaré a Jaken para que te lleve.

------Por qué tanta prisa?!

------Porque necesitas descansar. Necesitas comer. Rin, a caso no comprendes? Ni tú ni yo serviremos de nada si ambos estamos encerrados en un hospital.

-------Ya, tranquilo. ------Pedía ella dulcemente acariciando delicadamente su cabellera platinada. -------No tienes que preocuparte por mí. Concéntrate en recuperarte...

-----Yo estoy bien, Rin. No necesito que me cuides. Solo ve a casa, por favor.

-------Si necesitas que te cuide. Si me voy, seguramente olvidaras al menos probar la comida que te traen las enfermeras. Armaras un alboroto intentando levantarte para irte. O te pondrás a trabajar como loco y no volverás a dormir...

Un resoplido salió desde el pecho del peliblanco casi en un gruñido...

------Si prometo que nada de eso va a ocurrir, te irás a tu casa?

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