Capitulo 02 Proposición

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La joven se acercó lo suficiente haciendo que Darien pudiera percibir su calidez, dio un pequeño sorbo a su trago y se acercó aún más, hasta el oído del pelinegro.

¿Quieres que baile? ¿O se te ocurre algo más divertido que quieras hacer? – Preguntó con voz bastante sugerente que lo hizo estremecer por completo.

Darien solo asintió boquiabierto, ante la diosa que tenía frente a él, sin ser capaz de emitir ninguna palabra coherente o hacer algún otro movimiento.

La rubia dio un nuevo sorbo a su bebida y dejó el vaso sobre una pequeña mesa que se encontraba en un esquina del salón, desde esa distancia comenzó a mover su cuerpo delicadamente al ritmo de la música que sonaba de fondo en el salón, pasando de vez en cuando sus manos en forma sensual por todo el contorno de su cuerpo a un ritmo enloquecedor.

El baile lo cautivaba y Darien seguía sin poder emitir palabra, aún mantenía la boca ligeramente abierta dada la impresión, sin duda esa era la imagen más sensual que había visto en toda su vida, carraspeo un poco para que la joven le pusiera atención nuevamente a él.

Tranquilo amor, que la ropa no me la saco enseguida. La paciencia es una gran virtud y trae sus recompensas – Respondió con una sonrisa, guiñándole un ojo, mientras continuaba con su erótico baile.

Claro, es solo que... - Volvió a carraspear, mientras sus mejillas se teñían de color carmín por las palabras de la rubia, era demasiado extraño en él, pero esta mujer lograba ponerlo sumamente nervioso y también algo más...

Verás, yo no he pedido venir hasta aquí a verte solo para observarte bailar – Agregó Darien, casi en un hilo de voz.

Lo siento mucho cariño, no sé si te explicaron bien mis reglas, pero yo solo puedo bailarte, si quieres otro tipo de "atenciones" debes pedir a otra de las chicas que estén dispuestas – Respondió la rubia sin inmutarse, mientras continuaba con su baile.

En verdad no es necesario que sigas bailando y no, no necesito a otra de las chicas quiero que seas tú, se que eres realmente perfecta para lo que quiero proponerte – Replicó el pelinegro recuperando un poco de la seguridad perdida en su voz.

Mira cariño – Respondió la chica dejando su baile de lado y acercándose peligrosamente hasta el pelinegro.

Yo no me acuesto con los clientes, como te dije yo solamente bailo, me desnudo si quieres, puedes tocar algo si gustas, pero después de eso nada más, así que sea lo que sea que quieras proponerme la respuesta es no y ya que no vienes a verme bailar, entonces me retiro, puedes pedir, si así lo deseas que venga otra chica a hacerte compañía o que en definitiva te devuelvan tu dinero – Agregó mientras comenzaba a salir del salón.

No, por favor espera, al parecer me has mal interpretado o yo no me he sabido explicar con mayor claridad – Repuso ágilmente el pelinegro mientras se ponía de pie dando un rápido suspiro.

Lo que quiero proponerte es una especie de negocio, algo que por lo que veo en tu actitud, podría beneficiarnos a ambos... - Agregó con la seguridad de un hombre de negocios, mientras se sentaba nuevamente en el sillón y esta vez era él quien indicaba a la hermosa rubia tomar asiento junto a él para continuar con la conversación.

¿Propuesta de negocios? - La chica lo pensó un momento algo confundida, pero luego asintió y se sitúo a su lado tomando su bebida nuevamente entre sus manos.

De acuerdo cariño, soy toda oídos – Agregó la rubia una vez sentada a su lado, cruzándose de piernas con actitud algo más desafiante, pero no por eso menos sensual.

Bueno... Verás – Se mostró dudoso un segundo, pero luego continuo – Necesito que te hagas pasar por algo así como mi prometida, será solo durante una semana, necesito hacer creer a mi padre y a otras personas que tengo una novia... De verdad – Decidió decirlo de una vez, no era necesario alargar más la explicación ni hablar con rodeos, ese nunca había sido su estilo.

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