¿Qué demonios? ¿Y este tipo que se trae conmigo? Ah... Claro, este debe ser el famoso pelotudo de Diamante, Serena tenía toda la razón. ¡Pero claro si mi amiga aparte de guapa es también inteligente! ¡Vivan las rubias!
Es una verdadera lástima que sea un completo imbécil, porque igual está bastante bueno el tipo, aunque muy delgaducho para mi gusto... ¡Por Dios Mina, para! Esto de estar por casi una semana en celibato realmente me está pasando la cuenta. – Pensaba la rubia mientras observaba al culpable de detener su baile y su debut en el puesto de Sailor Moon.
¡Escúchame bien grandísimo idiota! No sé quién demonios te crees que eres, pero no tienes por qué actuar como si me conocieras, arruinar mi espectáculo. ¡Ni mucho menos llamarme mujerzuela ni ramera! – Exclamó esto último al mismo tiempo en que recuperaba su antifaz y propinaba un fuerte empujón a Diamante, haciendo que éste último debido a la impresión cayera bruscamente al suelo.
El público enloqueció nuevamente, pero esta vez no eran gritos alegres ni piropos para las chicas, sino más bien abucheos y gritos despectivos en contra del idiota que había interrumpido la gran rutina de las bailarinas.
Los insultos y los restos de comida y bebida volaban a través del escenario para caer directamente en el joven que aún observaba perplejo a la rubia, como si ésta se tratara de un alíen o algo por el estilo.
¿Y tú quién demonios eres? ¿Por qué estás aquí? – Preguntó Diamante aún incrédulo, pero evidentemente molesto con la situación.
¿Y a ti que te importa quién sea yo? La pregunta importante aquí es ¿Qué derecho tienes para venir aquí y arruinar mi show? – Respondió la chica poniendo sus brazos en jarra.
¡Idiota! ¡Pelotudo! ¡Queremos ver a las chicas! ¡Si quieres bailar pide trabajo en un bar gay! – Eran algunas de las lindas frases que recibía el chico mientras aún permanecían todos en el escenario.
¡¿Dónde demonios está Serena?! ¿Por qué no está aquí hoy? – Volvió a preguntar Diamante, intentando sin mucho éxito ignorar al público que cada vez sonaba más ofuscado.
¿Y cómo se supone que yo voy a saber dónde está la tal Serena? Si buscas a tu novia o lo que sea, estás en el lugar equivocado cariño. – Respondió la rubia con cara de confusión. – Seiya, creo que tenemos a un borracho aquí, deshazte de él por favor – Indicó a un hombre corpulento que se acercaba rápidamente hasta ellos.
De acuerdo flacucho, fin del espectáculo, te largas ahora. – Señaló el hombre recién llegado con cara de pocos amigos mientras tomaba del brazo a Diamante y lo levantaba como si éste no pesara más de un gramo y comenzaba a empujarlo fuera del escenario, entretanto la lluvia de bebida y comida no dejaba de "decorarlo".
¡¿Dónde demonios la tienen escondida?! ¡Ya verán, todos ustedes me la pagarán caro! ¡Cómo se atreven a sacarme de esta forma de este lugar de quinta! – Exclama Diamante intentando forcejear para liberarse, cosa realmente inútil en contra de Seiya, el dueño del lugar.
Mientras todo esto sucedía la nueva Sailor Moon hacía círculos con su dedo índice cerca de su cien con algo de humor, indicándole al público que el recién desalojado estaba loco, logrando de esta manera apaciguar un poco al público, además les indicaba que dentro de algunos minutos realizarían un nuevo show para compensarlos por lo recientemente sucedido.
¡Y no vuelvas a aparecer por este lugar de quinta o la próxima vez no seré tan amable contigo! – Exclamó Seiya una vez lo lanzó a la calle cerrando las puertas traseras en sus narices, mientras que el asistente que lo había acompañado en su desastroso "destape" se acercaba a él (éste había logrado salir antes de que se desatara la furia del público por la puerta principal) negando con la cabeza y anotando algunas observaciones en su libreta.
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Baila Para Mi
Roman d'amourSerena es una hermosa striper que por cosas de la vida se vio obligada a recurrir a ese trabajo. Darien, es un hombre de negocios que necesita de su ayuda "Hacerla pasar por su prometida", pero ¿Las cosas les resultarán como las planean?