La luz del sol no alcanzaba a llegar hasta su camarote, pero por el enorme vacío que sentía perforando su estómago, suponía que debía ser más de medio día.
No recordaba cuando fue la última vez que había dormido tan bien y tan en paz, no sabía si esto era producto del suave movimiento (que ahora le parecía bastante cómodo e incluso hasta le gustaba) del barco o por causa de la desbordante noche de pasión recién vivida, sin lugar a dudas, este día no podía ser mejor...
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ஊஊஊஊஊஊஊஊஊஊஊஊஊஊ
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Serena... Sere... - Susurraba bajito el pelinegro, intentando despertar delicadamente a la diosa desnuda que se encontraba sobre su cama, sin duda una imagen idílica y digna de retratar, cosa que por supuesto no hizo (aunque la idea le cruzó por la cabeza y su celular le rogaba que lo tomara entre sus manos).
Serena... El desayuno está listo. – Volvió a susurrar riendo, mientras observaba como la chica comenzaba a despertar poco a poco.
Mmm – Era el único sonido que emitía la rubia, mientras luchaba por desperezarse.
Buenos días dormilona. – Señaló el pelinegro, mientras se acomodaba en la cama junto a ella con la bandeja entre sus manos, esperando que la chica se incorporara por completo.
Buenos días. – Respondió por fin el saludo sonriente, mientras se incorporaba con suavidad, tapando parte de su desnudez con las sábanas.
No estoy muy seguro de tus gustos alimenticios, pero me di cuenta durante estos días que te gusta el té con leche y las tostadas con mermelada para desayunar, así que hice lo que pude con lo que encontré en la cocina, pero no pude encontrar mermelada de moras que al parecer es tu preferida, solo encontré de frutilla. – Indicó el pelinegro señalando las tostadas y la mermelada sobre la bandeja.
Serena lo miró con cierto aspecto sorprendido por unos segundos. ¿Cómo podía este extraño en solo unos pocos días haber puesto la suficiente atención como para saber sus preferencias a la hora de desayunar? Sin duda así como estaban las cosas ahora, sería cosa de tiempo terminar enamorándose de esta irresistible ternurita.
¿Pasa algo malo? – Preguntó el pelinegro al notar que la rubia no emitía ninguna palabra.
No es nada, es solo que... En realidad la frutilla no me gusta mucho. – Contestó la rubia, sin atreverse a mirarlo a la cara.
¿Estás segura que es solo eso? Podría ser... ¿Acaso es por lo que sucedió entre nosotros anoche? – Se atrevió a preguntar el pelinegro.
Esa duda se le había metido en la cabeza casi en el mismo momento en que abrió sus ojos esa mañana, en el preciso instante en que bajó su mirada y comprobó que su hermosa rubia efectivamente descansaba entre sus brazos y que todo lo que había pasado durante el anochecer y bueno... gran parte de la madrugada, no había sido un sueño o una vil fantasía producto de sus mareos.
Luego de celebrar y felicitarse mentalmente por haber avanzado a este nivel con la chica y de disfrutar del espectáculo de su desnudez, inmediatamente una cosa se le vino a la cabeza y por más que ha luchado por descartarla, aún le da vueltas y vueltas en ella. ¿Serena se arrepentirá de lo que hicimos?
Y no es que pensara que era malo en la cama, ni por mirarse en menos ni nada por el estilo, es solo que... ¡Bueno después de todo ella es la diosa del caño! ¿Cómo se supone que yo podría cumplir sus expectativas? Es decir... Igual estaba un poco fuera de training... - Esos pensamientos torturaban una y otra vez la mente del pelinegro.
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Baila Para Mi
RomanceSerena es una hermosa striper que por cosas de la vida se vio obligada a recurrir a ese trabajo. Darien, es un hombre de negocios que necesita de su ayuda "Hacerla pasar por su prometida", pero ¿Las cosas les resultarán como las planean?