Darien se encontraba en su oficina, sepultado en un mar de papeles que revisar, como siempre desde que se había hecho cargo de la administración de la empresa de su padre esa ciudad.
Hace poco más de un año que se había trasladado hasta Tokio para poder hacerse cargo de aquellas oficinas que durante el último tiempo estaban generando bastantes problemas, pero por suerte ahora tenía todo bajo control, claro que ese logro incluía un trabajo bastante duro y cero vida social.
A sus treinta años Darien era un hombre bastante atractivo y a pesar de haber tenido algunos encuentros románticos nunca había pasado más allá de dos citas, en parte por la falta de tiempo y completa dedicación al trabajo y quizás también por no haber encontrado aún a la "elegida" como solía llamarla.
Señor Chiba - Interrumpió de pronto su asistente en su oficina. - Su padre lo espera en la sala de juntas.
Gracias, enseguida voy para allá, espera... Dijiste ¡¿Mi padre?! - Exclamó el chico mientras dejaba totalmente de lado el papeleo en el cual trabajaba y se ponía rápidamente de pie.
Así es señor, su padre acaba de llegar de improviso, la verdad no tenía agendada su llegada. - Agregó la asistente encongiéndose de hombros mientras salía del lugar.
Demonios. ¿Qué querrá ahora? - Se preguntó a sí mismo en un suspiro de resignación mientras se encaminaba al lugar donde su padre lo esperaba.
Darien rara vez se veía con sus padres, a decir verdad Artemis Chiba era un hombre bastante simple, pero bastante difícil es un tema en particular: Soñaba con tener un heredero, por lo que por supuesto ponía a su hijo en una difícil situación, no es que jamás pensara en tener hijos, pero esa idea aún la veía bastante lejana al igual que el matrimonio.
Dadas la insistencia de su padre y las incontables citas organizadas por su madre Luna los últimos años, había aceptado más que gustoso irse a Tokio y hacerse cargo de las oficinas, por lo menos de esta manera nadie lo molestaría, o eso creía.
¡Hijo, que alegría verte! - Saludó afectuosamente su padre, mientras le señalaba a su hijo donde tomar asiento.
¡Que sorpresa tenerte aquí! Dime padre. ¿Qué es lo que necesitas? - Agregó Darien, fingiéndose despreocupado.
He venido por ti por supuesto, como sabes tu hermana Rei está comprometida y esta semana comenzaremos la celebración . - Contestó el hombre.
¡¿Qué Rei, que?! No puede ser que ya vaya a casarse. - Exclamó el joven.
Pues aunque no lo crear así es y junto a tu madre queremos que vayas a casa este lunes junto a tu novia, ya sabes, a pasar la semana con nosotros y podamos conocerla al fin. - Agregó Artemis con evidente alegría en su voz.
¡Demonios! ¿Mi novia? - Pensaba Darien con nerviosismo, una mentira piadosa que les había inventado a sus padres algunos meses atrás.
Flash Back
¡Diablos papá! ¿Me sacaste de una reunión solo para eso? - Exclamó Darien con furia.
¡Aunque estuvieras con el mismísimo papa te sacaría igual el tema! Estoy harto de que te rehuyas a hablar del asunto. - Contra-atacó con la misma intensidad Artemis.
Si te refieres a una esposa y a un hijo, creo que ese tema ya está más que claro y no tenemos la necesidad de volver a discutirlo. - Contestó el joven con seriedad.
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Baila Para Mi
Roman d'amourSerena es una hermosa striper que por cosas de la vida se vio obligada a recurrir a ese trabajo. Darien, es un hombre de negocios que necesita de su ayuda "Hacerla pasar por su prometida", pero ¿Las cosas les resultarán como las planean?