Oigo la mina de tu lápiz romperse, por eso levanto la vista.
A pesar de que apartas la tuya con rapidez, te he pillado.
Reprimo una sonrisa y vuelvo a mi posición habitual. No estaba buscando nada en específico dentro de mi bolso, solo fue la excusa para girarme y verte al menos dos segundos, pero ha salido incluso mejor de lo que lo planeé.
En cuanto termina la clase, prácticamente corres.
Te olvidas el lápiz sobre el banco y disimuladamente me lo quedo.
No quiero ser malvada, pero este es mi boleto para volver a hablar contigo. Voy a devolvértelo y sé que será vergonzoso para ti, pero es por un bien mayor.
No le puedo decir que no a las causas del corazón, Jordano.
ESTÁS LEYENDO
Siempre todo y nunca nada
Teen FictionMis ojos te persiguen como si fuera un juego, pero ambos sabemos que no lo es.