Soy tan patoso.
Entré en pánico y terminé en la fila de la fotocopiadora. Pagué por unas fotocopias que ya tenía.
A veces, bajo los nervios, termino haciendo cosas que no tienen sentido. Cuando te vi, por primera vez estábamos completamente solos, sin gente al menos a cinco metros de distancia. Entonces, lo arruiné.
Entré en pánico y cuando me adentré en la fotocopiadora para esconderme sentí la presión de comprarle algo a la chica detrás del mostrador, ¿por qué no fui lo suficientemente inteligente para desviarme hacia el baño? Así no hubiera gastado dinero.
Cuando regreso a mi banco, escribo al reverso de las siete repetidas y nuevas hojas:
Eres un inútil, Jordano.
Es mi modo de castigo. Por la siguiente hora garabateo lo mismo unas veinte veces.
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Siempre todo y nunca nada
Novela JuvenilMis ojos te persiguen como si fuera un juego, pero ambos sabemos que no lo es.