Todo el trayecto hasta clase en el bus, pienso en ti. En el curso del viaje sube una quincena de chicas, y a pesar de que las miro, no las estoy viendo realmente.
Solo miro sin mirar, si eso es posible.
Me pregunto qué usarás, si llegarás antes o después que yo. Me gusta cuando llego primero porque, al estar ocupada buscando lugar y sacando cosas de tu bolso, puedo verte sin que me pilles.
Sin embargo, esta vez me ganas.
Me ves entrar. Odio la parte en que estoy de pie en la puerta, buscando como un tonto un banco vacío, pero definitivamente no odio la idea de ti prestándome atención.
Usualmente no me gusta sentir la mirada de la gente sobre mí. Prefiero pasar inadvertido, ser uno más del montón, el chico del fondo que no habla con nadie más.
¿Cómo hiciste para que alguien así se atreva a dar un paso en el escenario, justo bajo el reflector de tus ojos? Revélame el secreto. Necesito hacer que ese tipo se abra un poco más a la gente y consiga un par de amigos en este lugar, por más cómodo que esté con su soledad.
El cambio es bueno, incluso cuando en su momento no lo parece.
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Siempre todo y nunca nada
Teen FictionMis ojos te persiguen como si fuera un juego, pero ambos sabemos que no lo es.