Abril [Hyunin]

I

Futuro brillante, presente oscuro
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30 de marzo, 2011

Toqué la última tecla blanca produciendo el sonido que daba fin a aquella bonita melodía, la cual hice que el público del recital se emocionara; y que por cierto, era creación mía.

Las doscientas personas que se hallaban en el lugar comenzaron a aplaudir, me limité a levantarme y a hacer varias reverencias agradeciendo el apoyo que me brindaban en ese momento. Cualquiera podría sentirse bien al recibir tal atención, pero estaba tan acostumbrado que el hacerlo bien, mal, recibir el vitoreo de público o no ya me era indiferente, aunque siempre tendría críticas positivas pese a tocar del asco algunas veces y todo por la reputación que cargaba en mis espaldas.

Yo era Hwang HyunJin, tenía diecisiete años y se me consideraban el niño prodigio del piano desde los cinco. A los ojos de todos era el chico perfecto ya que contaba con buenas calificaciones, era sociable, mis padres hablaban con orgullo sobre su hijo, tenía un hermoso rostro y parecía rebosar talento para todo lo que hacía.

En realidad nada era tan bonito como aparentaba.

Tras bajar del escenario, apenas entrando en el pasillo que llegaba a los pequeños camerinos, mi hombro chocó con otro provocando que ambos nos desviáramos a la pared contraria.

Iba a pedir perdón, pero al ver quién era una expresión molesta se dibujó en mi rostro —Mira por donde vas, Kim.

Kim SeungMin era mi compañero en clases de piano, no tenía las mejores habilidades y por eso no tenía permitido ser uno de los principales en los recitales, pero poseía otras cosas que para mí eran inalcanzables y esa era mi razón para odiarlo. Podría sonar envidioso e inmaduro, pero era un adolescente que se dejaba guiar ciegamente por sus pensamientos radicales, para mí era lo más normal del mundo el tener actitudes como tales.

—Déjame Hwang.— siquiera me miró, simplemente se fue sin seguir la pelea como siempre hacía, otra cosa que me sacaba de mis casillas.

Bufé dejándolo pasar, lo usual. Tampoco quería calentar mi cabeza con discusiones pues ahora me esperaba la verdadera tortura, hablar con conocidos de mis padres que decían cosas como "¿Te interesaría ser pareja de mi sobrina?", señor o señora, si usted pintaba a la niña como la joya más preciada, ¿por qué estaba sola? Pues era siempre lo mismo, al final esas chicas acaban siendo todo menos santas y amables, a demás de unas pesadas de cuidado que se aferraban a un clavo ardiendo con tal de que una persona con dinero aceptara estar con ellas, repugnantes. A demás, era un joven criado entre paños al que no se le permitía experimentar cosas normales de alguien con diecisiete años, lo que menos quería era enfrascarme en una relación, buscaba ver mundo y hacer lo que me diera la gana.

Pero en fin, me tocaba aguantar todo aquello con una sonrisa mientras pensaba en cualquier cosa menos en la conversación, de todas formas siempre tenía que asentir y ya.