III

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Él
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1 de abril, 2011

Asistí a las clases en el auditorio, como siempre había recibido halagos de algunos y miradas de odio por parte de otros, tristemente eso era normal en mi monótona vida. Desde que tengo recuerdos, mi existencia se había basado en una rutina que jamás varía: cuando tenía escuela ir, sacar las mejores notas, volver inmediatamente a casa para comer e ir a las lecciones de piano que me robaban todo el tiempo de la tarde.

Sí, por esas cosas no tenía amistades, solo uno pudo soportar mi carencia de tiempo para salidas, para preocuparme de otra cosa que no sea mantener la reputación de mi familia o las malas habladurías de todos: Han JiSung. Él se acercó a mí cuando apenas éramos mocosos de diez años, ocupada el asiento que tenía al lado en biología y al principio no hablábamos mucho, solo reíamos por las bromas que hacía sobre la profesora. Poco a poco fuimos entablando una amistad, fue el primer amigo que se quedó a mi lado en las ocasiones tanto malas como buenas, sin excepción.

Pero se fue a Malasia con sus padres, me destrozó. Soy muy sentimental y eso provocó que llorara un mes y medio, aún en abril del año siguiente seguía extrañándolo como el primer día. De hecho, la soledad que sentí cuando se fue me impulsó a escribir en este diario.
Me dejo de historias de segundo plano, sigamos.

El profesor me pidió que esperara un poco en el aula al terminar la clase y así lo hice, de nuevo me gané despectivas miradas junto a murmullos deseándome lo peor por parte de la mayoría. Ignoré todo eso, tan sólo le di una respuesta afirmativa al profesor y esperé a que la última hora pasara.

—Hola Hwang.— saludó entrando al aula al terminar las clases, con una sonrisa asentí esperando a que me diera una razón por la cual debía esperar y no estar de camino a casa. Arreglando el desorden de folios que tenía en las manos aclaró la voz —Te he llamado para un proyecto importante, la partitura del último recital fue creación tuya, ¿verdad?— asentí, —pues el profesorado ha prensado que quizá, como evento especial, puedas hacer tres.

Lo miré con asombro, no era tan profesional como para hacer tres partituras, la que escribí lo conseguí tras estar todo un mes frustrándome y siquiera súper a ciencia cierta como lo hice, —¿Cuánto tiempo me darían?— cuestioné dubitativo.

—Será para finales de julio, la semana de la cultura que tendrá el auditorio.— contestó a mi pregunta mientras miraba un calendario marcado que se encontraba en la pared.

Era bastante tiempo, quizá con la inspiración necesaria conseguía crear algo bueno para esas fechas, así que acepté. A demás, si hubiera desperdiciado esa oportunidad seguro que mis padres me hubieran sermoneado, quizá hasta castigado.

En cuanto llegué a casa me senté en el sofá para ver la televisión, treinta minutos después llegó mi padre de recoger a mi hermana de sus prácticas de fútbol, le comenté el proyecto en el que me habían metido y me regañó por estar tirado sin hacer nada. En un abrir y cerrar de ojos me echó de casa, dijo que buscara inspiración ya que en cuanto menos me lo esperara, la fecha se me echaría encima. Aunque podría habérmelo exigido de una forma más bonita y saldría voluntariamente, no eran necesario expulsarme a patadas... bueno sí, seguro que si lo hubiera dicho por las buenas no lo habría escuchado en absoluto.

Abril [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora