Abril [Hyunin]

II

El peor día
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31 de marzo, 2011

Si tuviera que describir como desperté la mañana del treinta y uno de marzo, no habría palabras para expresarlo, digamos que tirarme por la ventana llegaba a ser una opción. Contaré mi triste historia:

Primero mi hermana Hwang YeJi, de por aquel entonces unos doce años, me levantó a las siete de la mañana cuando ese día pensaba descansar. Al parecer había quedado con su amiga RyuJin muy temprano ya que iban en coche a la ciudad que estaba a dos horas y debían partir a las ocho, pero su ducha comenzó a fallar y se vio obligada a entrar en la otra más cercana, la de mi habitación.

No era avaricioso en ese aspecto, ella podía tomar las cosas que quisiera de allí como ya había robado varías de mis camisetas antes, no me quejaba, pero entrar dando un portazo y después cerrando bruscamente el baño me daba motivos para hacerlo. Podría tener prisa y sin embargo no hacer ruido, tendría que haber aprendido de los ninjas.

Claramente ya no pude dormir, así que decidí levantarme sin más e ir a por algo de comer.

Sorpresa, no había nada preparado.

Para mi yo de diecisiete, todo un inútil, eso era lo peor. La vez pasada que toqué la cocina para preparar la cena casi salió ardiendo la casa, al menos lo intenté. En fin, no pensaba hacerme mi desayuno así que decidí ver un rato la televisión.

No había nada interesante, era tan aburrida la programación de la mañana que apenas me mantenía despierto, algo que agradecía pues me apetecía seguir durmiendo después de que mi querida hermana irrumpiera mis horas de sueño. Dejé mi cuerpo acomodarse en el sofá y cerré los ojos, escuchando solo el murmullo de la televisión.

Cinco minutos después, cuando al fin conseguía mi añorada siesta, sonó el timbre. Lo dejé pasar ya que YeJi pasó corriendo para ir a abrir, se iría en breves; pero entonces escuché esa voz...

—¡YeJi!

Era JiSoo, o como todos la llamaban: Lia. Ella tenía un crush conmigo, ya saben, las niñas de doce suelen estar atraídas por los chicos mayores y que tuviera cinco años más no la frenaba en absoluto, al revés.

Asomó su rostro a través de la puerta dejando caer su larga melena por sus hombros —Hola Oppa.— saludó con un pequeño sonrojo a lo que yo sólo le devolví el gesto con la mano y me giré para el otro lado, dándole a entender que quería dormir; pero ella lo vio como vía libre para sentarse en el otro sofá y hablarme sobre sus cosas —¿Sabe? Ayer vi a un gato que me recordó a usted, pero luego caí en la cuenta de que es alérgico a los gatos y que si fuera un gato se moriría por ser alérgico a sí mismo, así que después pensé que..— mi cerebro se desconectó en ese momento.

Gracias a los cielos YeJi llegó para llevársela a la calle, al fin paz.

Pude dormir hasta que a las diez me despertó mi madre con el desayuno preparado, tomé los pancakes para luego ir a practicar un poco con el piano. Ese día no tenía clases, así que podía estar tranquilo todo lo que restaba de mañana y tarde.

Hasta que llegaron las seis, una amiga de mi madre nos visitó acompañada de su hija Olivia. Algo malo de ser una familia algo famosa y "sofisticada" era que todos se nos pegaban como lapas, estaba harto de ver a gente que se atribuía el adjetivo"amigo" o "amiga" de la familia Hwang con nada más dirigirnos la palabra una vez. Pero en fin, es algo con lo que me crié y dolorosamente, me acostumbré.

Por otro lado, sabía que esa señora y mi progenitora planeaban emparejarme con la chica, algo que me desagradaba. No me mal entiendan, Olivia Hye era lo más adorable del mundo pero el hecho de que todo fuera un poco a la fuerza me echaba para atrás. Aunque sólo aguanté las ganas de decirlo y me fui con ella para mostrarle el piano, podría aguantar la tarde y ya.

Vaya día.

Parece un capítulo de relleno, pero los personajes de este cumplirán un papel importante.

Olivia Hye, Loona.