XXXI

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Él es música
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10 de Noviembre, 2011
Miré hacia la ventana con ciertas ansias recorrer mi cuerpo, pude ver la figura de JeongIn y su madre en el umbral de la puerta principal. Siquiera habían podido tocar el timbre cuando abrí con una sonrisa, la señora Yang pareció haberse asustado por mi repentina acción e Innie me devolvió la expresión.

—¡Hola!—saludé animadamente—, mi madre está en el salón, acaba de servir el té—indiqué a la mujer mayor pues sabía que estaba allí para charlar con mi madre mientras tomaban algo, lo usual.

La contraria me revolvió el cabello con una sonrisa—Muchas gracias HyunJin—fue una expresión cálida y familiar.

Sin pensarlo mucho más me dirigí a JeongIn, tomé sus manos con las mías y entrelacé nuestros dedos. Al conectar nuestras miradas pude sentir cómo una chispa de deseo y anhelo se hizo presente entre nosotros; no había pasado mucho desde la ultima vez que nos vimos, tampoco habíamos estado incomunicados pues teníamos los mensajes, pero esos gestos se sentían aún cómo la primera vez. No importaba cuantas veces había tocado su piel, seguía sintiendo un leve cosquilleo en el estómago y una sensación cálida recorriendo mi cuerpo cómo si se tratara de una llamarada nacida en mi corazón.

La madre de Innie fue borrando su expresión hasta tornarla en una de confusión, parecía no entender la escena que presenciaba. Se quedó callada.

Nos dirigimos hacia la sala del piano, él ya sabía el camino y donde sentarse al ingresar, se había convertido en nuestro punto de reunión particular. Seguíamos prefiriendo el parque, claro, pero aquella habitación fría donde practicaba sin ganas todos esos años se convirtió en el lugar más cálido que tenía la casa gracias a su continua presencia. Siquiera mi cuarto poseía aquella sensación, JeongIn era un sol que estaba derritiendo las láminas de hielo que me aprisionaban.

"Estoy feliz"

Articuló con sus manos y una gran sonrisa asomando por sus adorables labios. En respuesta a la declaración, giré mi cabeza curioso por saber la respuesta.

"Estoy contigo"

Y en cuanto terminó de mover sus manos, llevé las mias hacia mi rostro para ocultarlo. La calor se había agolpado en mis mejillas, una sonrisa algo boba surcaba mis belfos y era imposible esconder la vergüenza que sentí en ese momento, lo llamaba «El efecto JeongIn». Sentir que todo el mundo giraba al rededor de él en cualquier momento era normal, todos los que estábamos con él lo vivíamos continuamente, era imposible escapar de ese "efecto" cuando te dedicaba una sonrisa o decía algo bonito.

Descubrí mi rostro encontrándome con su dulce mirada al instante e instintivamente acerqué levemente mi rostro al suyo con lentitud hasta que nuestros labios se encontraron. Fue un beso dulce y lleno de hermosos sentimientos, duró apenas unos segundos pues nos separamos con grandes sonrisas.

Dirigí mis oscuros orbes al piano de cola, tan reluciente y limpio cómo siempre, mi madre era demasiado pulcra con los instrumentos para así conservarlos bien. En la zona superior de encontraban las partituras, pero estas se hallaban vacías ya que no había escrito nada aún. En mi cabeza se formuló de nuevo la misma pregunta de siempre: ¿cómo empezar?

—Esto es frustrante—susurré algo agobiado por la situación.

Dirigí mis dedos hacia las teclas blancas, sin embargo el tacto de JeongIn dejó mi mente en blanco. Había sacado nuestro libro -al cual ya le quedaban pocas páginas- para después dejar su cabeza reposar en mi hombro, habíamos estado leyéndolo juntos y seguramente pararía antes del final para que lo alcanzara y así pudiéramos acabarlo a la vez, nos gustaba compartir. No sólo compartíamos lo material, también cosas abstractas cómo momentos y sentimientos, lo que afianzaba los lazos que nos unían para volverlos más fuertes.

Una vez JeongIn dijo que disfrutaba la música, era verdad. La disfrutaba tanto cómo estar con él, los dos llenaban el vacío que tenía mi corazón.

JeongIn era música para mí.

Su sonrisa eran notas altas pues expresaba alegría pura, su mirada serena una melodía de cuna y sus besos un ritmo acelerado tal y cómo hacía sentir a mi corazón.

Tomé el lápiz y comencé a escribir.

Entré en pánico porque me cambié de móvil y todos los borradores que tenía en Wattpad se esfumaron

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Entré en pánico porque me cambié de móvil y todos los borradores que tenía en Wattpad se esfumaron. Menos mal que tengo esta historia guardada en las notas del teléfono.

Abril [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora