VII

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A su lado.
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15 de abril, 2011

Seis días en los que no vi a JeongIn, su lugar en el banco del parque estaba vacío y eso causaba estragos en mí, me sentía sólo. Sin saberlo aquel chico de dieciséis se había hecho un hueco en mi corazón, después de todo era la única persona que en ese momento podía llamar "amigo".

Sí, me confiaba a la mínima que alguien me mostraba amabilidad sincera, en mi defensa diré que pocos lo hacían y para mí, eso era una señal de amistad eterna.

El quince de abril fue terrible, pero también hermoso e inolvidable; aún lo recuerdo como si fuera ayer. Empezaré por el principio, no es bueno anticiparme:

Estaba entrando en las clases en el auditorio, cabe aclarar que soy fan de la rutina y siempre suelo tomar el mismo asiento, ¡pero ese día Kim SeungMin estaba ahí! ¡En mi lugar!
Ya puedes imaginar que monté uno de mis dramas, al final llegó el profesor tras escuchar todo los gritos y lo obligó a cambiarse de lugar. Mis acciones egoístas provocaron que el odio hacia mi persona incrementara, incluso al salir unos chicos me dijeron a la cara que daba asco, intentando intimidarme.

Eso no me dolió pues no los conocía y poco me importaba la opinión de algunos extraños, decidí ignorarlo. Tras dos minutos parecieron no rendirse, estaba harto de todo y posiblemente lo habría dejado pasar, pero estaba sentimental a causa del inminente abandono de JeongIn y no aguanté. Quise iniciar una pelea a golpes con uno de ellos tras proporcionarle un puñetazo, aunque no llegó a más gracias a que una tutora nos separó y llamó a nuestras casas. Mi madre se puso hecha una furia pues mi puesto de niño perfecto podría haber sido dañado gravemente si no sabían cómo manejar los rumores.

Me castigaron sin salir, era una tortura. Con tan solo pensar que JeongIn podría estar ahí esperando se me partía el corazón, no quería que sintiera lo mismo que yo en esos seis días. No le guardaba rencor, tan solo quería verlo cuanto antes.

Estuve encerrado en mi habitación viendo alguna serie a la que no prestaba atención, mi mente indagaba por otro lugar e ignoraba todo lo que había a mi alrededor pues quería ignorar los deseos de escapar por la ventana como lo hacían en las películas. Mi momento de hacer nada se vio interrumpido por mi hermana dando golpes a la puerta de mi habitación.

—Jinnie deja de sacarte los mocos que mamá te espera en la sala.— por su tono tan desganado, seguro que la habían obligado a subir para avisarme.

Me levanté con pereza de la cama —Solo me saco los mocos en tu cuarto para pegarlos en tu mesa.

—¡Pondré pegamento a las teclas de tu piano!

Claramente ninguno de los dos haríamos eso, soy demasiado limpio como para ensuciar de tal forma las cosas de YeJi y ella no se atrevía a tocar mi piano.

Bajé las escaleras dejando escapar un quejido por cada escalón que pasaba, llegué a la sala encorvándome en la puerta esperando algún regaño o algo, no se cansaba de recordarme lo mal que había estado pelear en el auditorio. En su lugar me encontré con su mirada, la de JeongIn. En mi mente comenzaron a pasar bastantes preguntas sobre la razón por la que estaba en mi casa, la otra parte estaba entretenida en pensar que hoy se veía más arreglado que de costumbre y le hacía ver bien.

Abril [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora