Sin respuesta
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22 de mayo, 2011
Tras una tortuosa noche pensando, llegué a la conclusión de que lo mejor era disculparme con Kim SeungMin. Si Yang era una rosa, esto eran espinas que deberían clavarse en mis dígitos si realmente quiero llegar a él.
Estuve una hora frente al espejo, ensayando todo un discurso que sirviera para dar a entender que sabía sobre mi comportamiento odioso, no lo haría más y si todo salía bien, invitarle a un helado. Quien sabe, quizá llegaríamos a resolver nuestras diferencias y acabar en una relación de conocidos, no pensaba en llegar más lejos que eso.
No me di cuenta cuando YeJi entró en la habitación, portando un bonito vestido rojo con varios detalles brillantes, un pasador de flores que adornaba su largo pelo azabache y algo de maquillaje, tampoco querían saturar con un estilo poco natural a una niña de doce años.
—Oppa, ¿has visto mi...?— paró en seco su propia frase —¿Ahora conversas sólo?— preguntó confundida al ver como hablaba con mi reflejo en el espejo, observando todas mis expresiones.
Fruncí el ceño —Algo así, nada importante— hice una pausa recordando su primera pregunta, no estaba terminada —¿Y qué se supone que he visto?— mi hermana se señaló la muñeca, no había rastro de accesorio —Oh tu brazalete, está en la mesa. Aunque ya sabes, seguro mamá no te deje ponértelo para la sesión.
Una costumbre de nuestra familia era hacer una sesión fotográfica antes de nuestros cumpleaños, llevando una ropa similar a la de nuestro primer año. Servían para poco más que comparar cuanto habíamos crecido y presumir la idea ante amigos de la familia.
YeJi se dirigió hacia el escritorio —Lo sé, pero si pongo la mano un poco escondida entre todo esta tela seguro no se nota.
Mi hermana cumpliría trece años el veintiséis de mayo, en apenas unos días. No sabía apreciar cuánto crecía, solo pensaba que cada día era más molesta que el anterior y robaba demasiadas cosas de mi armario, algo que recuerdo en estos momentos con mucha ternura.
Ahora, medio despierta intentando escuchar música para irrumpir el letargo de su cerebro, veo a la niña con doce años de aquel entonces.¡Me desvío del tema! Se supone que aquí no tendría que poner nada actual.
En fin, una vez que fui al auditorio pasé las clases con normalidad, SeungMin estaba en las inferiores pues el profesor lo había bajado de nivel y por eso no pude verlo en horario normal. En cuanto terminó, me dediqué a esperarlo en la entrada para poder dar mis ansiadas disculpas, hablaría con Innie y listo, todo solucionado.
Vi su rostro a unos pasos de mí, apenas se percató de mi presencia hasta que alcé la mano diestra, tocando levemente su hombro. Cuando se giró, su expresión fue de disgusto.
—Antes que digas nada hiriente.— pausé para suspirar —Lo siento, sé que he sido una persona horrible contigo desde el primer día, cuando eché zumo en tu piano, te tiré una bola de papel, puse el pie para que cayeras, después te-. —Me vi interrumpido.
—Vale, vale.— paró mis disculpas, parecía aún más enojado —¿Qué quieres que haga con esto, Hwang?— preguntó dirigiendo su mirada a la mía —No lo sientes de verdad, sólo haces esto para volver a acercarte a mi primo, ¿por qué debería aceptarlas?— una amarga risa salió de sus labios —Le conté todo a JeongIn.
Me quedé en blanco, tenía razón, las palabras y promesas que había acordado decir en el discurso estaban vacías, no había significado en ellas. Bajé mi rostro mientras juntaba con fuerza mis labios, haciéndolos ver como una línea recta, dando por finiquitada la conversación.
SeungMin se fue dejando en su caminar a personas estallando en carcajadas, divirtiéndose por mi intento de disculpa que había dejado mi orgullo por los suelos. Me tragué las maldiciones que amenazaban por salir, sólo podía pensar en que quizá Innie quisiera hablar conmigo y él me estuviera mintiendo.
Me dirigí al parque en cuanto llegué a casa, no había nadie allí. Usualmente ambos estábamos sentados allí una hora pues se tenía que ir, mas yo estuve allí sentado hasta que el sol se ocultó, dándole protagonismo a la luna. Pese a que comenzaba a hacer frío, mientras oscuridad me envolvía y la soledad dejaba en el aire sonidos espeluznantes gracias al viento que azotaba los árboles, no me moví.
Mi teléfono comenzó a vibrar, en cuanto lo encendí vi una llamada entrante de mi madre. Cuando contesté pude notar por el tono de su voz como se hallaba muy exaltada, procedió a regañarme por estar tanto tiempo fuera y le respondí que ya estaba volviendo a casa.
Sentía mis ojos aguados, parpadeé y no tardaron en salir de ellos lágrimas que recorrieron mi piel. Fui hacia la app de mensajería, Innie estaba en línea.
"Hey, por qué no has venido?"
Escribí el mensaje esperando una respuesta que jamás llegó.
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Abril [Hyunin]
FanfictionHwang HyunJin, un chico con tan solo diecisiete años que está alcanzando una fama considerable en el mundo de la música. Su habilidad para tocar el piano supera a profesionales, se le considera un niño prodigio desde los cinco años. Yang JeongIn s...