Capítulo 22.

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Al abrir los ojos, Grisel, ya no se encuentra en su cama. No es raro que ya este levantada. Estiro mi cuerpo y dejo que la relajación llegue. Me siento en la orilla de la cama, pero me levanto de esta, al ver una nota en el tocador desgastado de nuestra habitación.

Olivia, es una señora delgada con el pelo sujetado en un moño apretado, ella suele darnos cajas de medicamentos que no entran en inventario

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Olivia, es una señora delgada con el pelo sujetado en un moño apretado, ella suele darnos cajas de medicamentos que no entran en inventario.
Mi abuelo ya es grande y los dolores en los huesos son más frecuentes. Ahora, los medicamentos eran más que necesarios.

Voy con dirección al baño lista para irme.

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Estoy jugando con una piedra fuera de la farmacia. Lo que damos a cambio es media cosecha de yucas y hortalizas, más aparte Grisel, ayuda todos los viernes con atender la farmacia.
Yo me ofrecí, pero en lo absoluto Olivia acepto; dijo que yo no dudaría en dejar la escuela por este trabajo aunque solo fuera un día. Así que Grisel, tomo el lugar.

Me giro cuando la puerta se abre y de esta veo salir a Foss con una bolsa en su mano.

— Hola, gotita. — mi estómago se tensa.

— Hola, ¿Qué llevas ahí? — Intento no sonar curiosa, pero fallo.

— ¿Ah esto?, no es para mí — señala.

— ¿Alguno de los chicos se enfermo?

— Solo es ungüento, es para River.

— ¿Él está...

— Bien, debo admitir que estoy sorprendido por lo que ocurrió ese día.

— No creí que Dagan fuera a reaccionar así.— digo sincera.

— Ni yo tampoco, mucho menos de River.

— ¿River? — pregunto confusa.

— Lo conoces, no es del tipo que se deja golpear, pero no movió ni un dedo, ni el más mínimo movimiento para esquivar los golpes.

— Son amigos, no deberían golpearse.

— Amigos y ambos interesados en la misma chica, vaya, que amigos. — dice eso ultimo arrastrando la voz por lo que no oigo muy bien.

— ¿Perdona?

— Debo irme, o River estará berreando como un bebé.

Asiento, agitando mi mano como despedida.

Foss se va y yo me quedo ahí viéndolo alejarse. Foss, tenía razón sobre River, él se quedo quieto para recibir los golpes como si los mereciera, sin en cambio, eso no quitaba que luciera sorprendido. Tal vez no se esperaba ser golpeado por Dagan, por su amigo, la persona que lo conoció desde niño; la persona que ahora lo golpeaba por defender a una pequeña chica que conocía no hace mucho tiempo.

RAIN [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora