Capítulo 3.

1K 144 85
                                        

En Luviana la lluvia era de lo más normal, estábamos acostumbrados a los cielos grises; a gente fuera con sus sombrillas, niños jugando entre los charcos y el olor a tierra mojada.

Pero simplemente una tarde todo cambio y el cielo gris enfureció.

❃❁❃❁❃❁❃

—¡Brenna! —Grita mi madre desde la cocina —. Ve por Grisel ahora, comenzará a llover y no quiero que atrape un resfriado.

—Ya casi termino, solo corto un par de flores e iré por ella- grito desde el jardín.

—La última vez que jugó con Lea termino toda empapada, date prisa.

Mamá suele tener su cabello amarrado en un moño aunque su cabello no es muy largo, pero si lo suficiente para sujetarlo. Es de un tono oscuro que combina perfectamente con sus ojos.

Termino de cortar, no es como sí en Luviana se dieran muchas flores. Dirijo mi mirada hacia mis manos y las centro en mis uñas que se encuentran llenas de tierra, no me molesta, en cambio, sonrío por ello.

Entro corriendo a la sala principal y me golpea el olor de las especias. Delicioso.

Corro rápidamente a mi habitación y guardo las pequeñas flores en un libro de cuentos para niños que mi madre suele leerme.

Mamá dice que es absurdo que las corte siendo que las flores son hermosas en un jardín. Pero, sin embargo, a mí me gusta ver cuando se secan, y se vuelven más delicadas de lo que son, en cierta forma me recuerdan a ella y a Grisel.

Yo soy más como la lluvia, tranquila. Pero cuando tiene algo que mostrar puede ser de los más aterradora con sus pequeñas gotas, con sus truenos o relámpagos. De ahí mi nombre Brenna, pequeña gota de lluvia.

Pero la razón por la que me gusta pensar que soy como la lluvia es que las flores la necesitan de alguna u otra manera.

Mi familia me necesita, pero yo necesito de ella aún más.

❃❁❃❁❃❁❃

—Familia estoy en casa, he traído a Grisel conmigo —llega mi abuelo con ella dormida en sus brazos.

Mi abuelito siempre usa suéteres que suelen ser muy suaves y creo que esa es la razón por la cual Grisel siempre duerme cómodamente entre brazos.

—Gracias papá, no tenías que hacerlo ya había mandado a Brenna. —Asegura mi madre tomándola de sus brazos para dejarla en la habitación.

—Gracias abuelito, me alegra que tú fueras por ella, Grisel es muy pesada —digo sonriendo.

—No siempre tu abuelo te solucionara tus deberes, tú debes hacerte cargo de ellos Brenna —dice mamá entrando a la sala de estar.

—Ayudaré a mi nieta hasta que yo siga aquí —contesta mi abuelo guiñándome un ojo.

—Está bien, basta de tanta plática, es hora de cenar.

❃❁❃❁❃❁❃

Ponemos la mesa entre los tres, saco los platos de la vitrina y los cubiertos de un cajón, me dirijo hacia mi silla y nos ponemos a degustar la comida que mamá ha preparado; chuleta de cerdo y puré de patatas con especias.

Nos quedamos en la mesa escuchando el sonido de la lluvia en las calles, pero no sólo es ese sonido del que me percato, sino que escucho...

—Mamá, ¿oíste eso?

—Es el sonido de la lluvia, termina tu cena.

—¡No! escucha, son gritos —digo levantándome de la mesa.

RAIN [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora