Todo gira a mi alrededor, intento levantar la cabeza, pero esta me pesa demasiado. Mis manos y pies están sujetados a los lados de lo que creo es una camilla. Comienzo a forcejear para poder zafarme del agarre, pero mis músculos no me brindan la fuerza suficiente para liberarme.
Ya no tengo la fuerza necesaria.
Escucho voces y pies chocando contra las losetas.
Un clic retumba en cuanto la puerta se abre.
— Pero mira que tenemos aquí.
Tom Bosley se pone a los pies de la camilla acariciando el tubo inferior de esta. Dos hombres con bata, están situados detras de él.
¿Qué planeaban hacerme?
— Señor, la caja esta lista. ¿La desatamos?
— No, aún no — acaricia mi pierna —. Déjenme a solas con la chica.
— Pero señor, el general Carver ordeno que la lleváramos... — lo interrumpe.
— Quiero que me dejen un momento a solas, yo la llevaré.
El tipo de antojos mira a su compañero y ambos salen de la habitación.
No, no...
Bosley se acerca a la cabecera y sin dudarlo comienza a acariciar mi cabello.
— Te pareces tanto a ella — olfatea mi cabello —. Amelie.
— Yo no soy mi madre — siseo.
— Pudiste haber sido mía, pero Underwood, ese desgraciado — escupe con desprecio.
Mi estómago se hunde al escuchar el apellido de mi padre.
— Me alegre por lo que hice, pero me equivoqué al pensar que serias mía.
Bosley se acerca comenzando a acariciar mi rostro, intenta besarme pero logro evadirlo. Ahora está en mi cuello.
— ¡Suéltame, suéltame! — grito.
Pero no lo hace, logra subirse sobre mí y lagrimas comienzan a salir.
— ¡Ayuda! ¡Ayúdenme, por favor! —. Me suelta una bofetada —: ¡Ayud...
Bosley pone su sucia mano sobre mi boca amortiguando mis gritos.
— ¡Cierra la puta boca!
Gotita.
La voz de River viene a mi mente como un susurro, aunque mi cuerpo duele, me muevo para impedir que pueda arrebatarme la ropa.
Como si el cielo me iluminara logro ver en su cinturilla una navaja.
Hazlo, Brenna. ¡Hazlo!
Estiro mi mano y cojo el mango entre mis dedos. No lo dudo demasiado y la clavo en su costado.
Suelta un grito estremecedor.
— ¡Perra! — lo empujo apartándolo de mí.
Rápidamente me levanto y posicionó la navaja de forma que pueda cortar la cinta. Al ser complicado, mi muñeca comienza a sangrar, al cortar la cinta contraria me es más sencillo. Por último, libero mis pies.
Bajo de la camilla y enseguida veo la sangre derramada por todo el piso blanco. Bosley, se arrastra en el para llegar a la puerta.
— Eres un viejo asqueroso, mi madre nunca te quiso y mucho menos lo hará ahora. — mi voz suena con desprecio.
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RAIN [Libro 1]
Ficção Científica¿Te gustan los pequeños placeres? ¿Cómo sentir la lluvia contra tu rostro? Si es así, eres afortunado (a). En la República de Luviana solía ser así. Repleto de árboles llenos de vida, animales en el bosque, no había temor... Pero ahora todo es dif...