𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 (ISAAC LAHEY)

22 || Premio a la mejor actriz

•──•─•──•✦•──•─•──•

•──•─•──•✦•──•─•──•

Volví dentro del salón para coger mi bolso y no me podía creer lo que estaba viendo, Isaac estaba bailando con una chica, ella le estaba coqueteando sin duda y lo peor era que él le estaba correspondiendo, sin darme cuenta una lágrima había caído por mi mejilla y la aparté con la mano a la vez que salía del salón dispuesta a irme de ese estúpido baile.

— ¡Sky! — Me giré al escuchar la voz de mi amiga, ella venía corriendo detrás de mí con cara de estar a punto de echar un pulmón.

— Lydia quiero irme a casa — Dije con un nudo en la garganta.

— ¿Por qué te vas? — Preguntó confusa.

— Isaac, por eso — Respondí.

— ¿Qué ha hecho? — Preguntó mirándome.

— Alison me amenazó y tube que fingir que rompía con él porque ella estaba escuchando, le dije que me siguiera el juego pero creo que se lo ha tomado en serio — Dije con lágrimas cayendo otra vez por mis mejillas.

— ¿Se fue con Alison? — Preguntó con la boca abierta y negué.

— Cuando volví al salón había una chica coqueteándole como si nada, y el le seguía el rollo Lydia — Sollocé y mi amiga me abrazó.

— Isaac Lahey tiene que aprender la lección, no vayas a llorar a casa, devuélvele la jugada, que no se olvide de quien eres — Pensé por un momento las palabras de mi amiga, no sabía si sería la mejor idea de todas pero en el fondo tenía razón.

Miré a Lydia con algo de duda, no estaba segura de hacer algo así, no me sentiría bien conmigo misma pero tampoco quería que él hiciese eso y yo fuese quien tenía que estar llorando por el. Me quité las lágrimas que estaban asomando por mis ojos y caminé junto a la pelirroja dentro del salón, divisé a Isaac con esa chica, la sangre me hervía solo de verlos, un par de chicos se acercaron a Lydia y a mí y empezamos a hablar con ellos.

Noté una intensa mirada sobre mí y el rubio no me quitaba la vista de encima, sonreí y pasé una mano por el brazo de uno de los chicos, él se había acercado y me había pedido al oído si quería dar una vuelta con él, claro que no quería, solo me interesaba el idiota de mi novio pero que el también estaba ocupado con otros asuntos.

Vi como Alison se acercaba a Isaac y ronroneaba con él, cerré los puños al ver toda la situación y sin duda le pedí a ese chico que me llevase a algún otro lugar, me despedí de Lydia con una mueca y ella notó porqué en cuanto alargó la vista y vio aquella escena.

— ¿Quieres algo de comer? — Preguntó el chico llamado Sack.

— Un café estaría bien — Respondí amable.

— ¿Sky verdad? — Asentí rodando los ojos, el muy idiota casi ni se sabía mi nombre.

— En el instituto todos pensábamos que estabas con Isaac Lahey, el que pasó de ser un rarito a creerse el dueño de todo — Miré con cara de pocos amigos a Sack y me crucé de brazos.

— Ya no estoy con él — Dije únicamente.

— Eres demasiado guapa para él, tu mejor amiga es Lydia Martin, deberías estar saliendo con alguien más importante — Sack sin duda era un idiota, se creía que era el mejor por ser uno de los populares.

— No me interesa salir contigo, solo te utilicé para que me sacaras de ahí, me has invitado a un café y ya estoy lista para irme a casa — Sonreí y me giré de nuevo para mirarlo antes de irme.

— Si vuelves a hablar así de Isaac, yo misma te me encargaré de arruinarte la reputación, dicen que no la tienes muy grande Sack — Desaparecí de ahí bajo la mirada del chico y sin duda llegué a la conclusión de que había sido la parte más entretenida de toda la noche.

Llegué a casa exhausta, con un gran dolor de pies debido a los tacones, todo estaba a oscuras y supuse que Stiles aún no había llegado y que mi tío no estaba, me senté en el sofá con un tarro de helado en el regazo y lo empecé a comer mientras me deprimía pensando en lo que había pasado con Isaac.

No entendía nada, antes de que que Alison nos escuchara le dije que me siguiera el rollo, es evidente que no estaba hablando en serio con él, maldito idiota, se lo había creído. No podía llamarlo si aún estaba en la fiesta con Alison, lo amaba con todo mi corazón pero no podía dejar que eso arruinase la vida de los demás, si Alison contaba todo, estábamos acabados, cada uno de nosotros.

[...]

Es la segunda vez en el día que intentaba hablar con Isaac, sin embargo no conseguía nada, solo me ignoraba o me ponía excusas que ni el se creía.

¿Por qué tenía que comportarse así conmigo? ¿Acaso ya se rompió nuestro vínculo?

Entré a clase de historia sabiendo que todos mis amigos estarían ahí, dejé los libros sobre mi mesa y me acerqué a la de Lydia, le pasé un papel donde le contaba lo que había pasado, no quería que me escucharan con sus poderes sobrenaturales.

Volví a mi sitio y la clase empezó cuando llegó el profesor, estaba intentando concentrarme en lo que explicaba pero empecé a escuchar un zumbido en el oído, era muy molesto, al principio solo era irritable pero llegó un punto en el que me tube que tapar los oídos y cerrar los ojos.

— ¿Sky? — Scott intentaba llamarme pero yo lo escuchaba como si estuviera lejos, muy lejos.

— ¿Estás bien? — Stiles que estaba a mi lado me tocó el brazo pero yo solo deseaba que ese ruido parase.

— ¿Stilinski necesita salir? — El profesor se acercó a mí y eso hizo que todo el mundo se girase a mirarme.

— La acompañaré al baño — Lydia se levantó y pasó los brazos por mis hombros mientras me levantaba y me sacaba de la clase bajo la mirada preocupada de Scott, Stiles y Isaac, o bueno del último, no lo sabía.

— Lydia haz que pare — Sollocé llorando dejándome caer al suelo mientras me tapaba los oídos.

— No sé que hacer — Lydia me miró angustiada y marcó el número de alguien.

— Por favor.. — Sollocé de nuevo mientras sentía como algo salía por los oídos y la nariz.

— Está sangrando.. es negra — Murmuraba Lydia a través del teléfono.

— Tenemos que sacarte de aquí — Dijo Lydia en cuanto colgó y se agachó a mi lado.

— ¿Lydia? ¿Sky? ¿Estáis ahí? — Stiles estaba fuera del baño esperando a escuchar la respuesta de alguna de las dos.

— Llama a Scott, tiene que llevarla a la clínica con Deaton — Lydia se asomó y Stiles salió corriendo a buscar a su amigo que en apenas unos minutos ya me estaba cargando en sus brazos y salía del instituto.