Capítulo 4

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Ya estaba muy adentrada la noche, ella salía de darse un baño, no quería pensar en nada, solo quería acurrucarse y dormir. Apagó la luz y se acostó, pero al apenas cerrar los ojos empezó a oler como a quemado, sentía que había humo. Azarada abrió los ojos y divisó que todo el lugar estaba cubierto de un humo que iba entre el color purpura y el verde ¿De dónde salía eso? Hacía apenas dos minutos todo estaba bien. Encendió la luz y se dispuso a buscar de donde provenía aquel extraño humo. Pero cada vez salía más y más humo, a tal punto que estaba empezando a sentirse sofocada, quería llegar hacia la ventana, pero sus pasos se hacían más lentos, más pesados. Tocia desesperadamente, su vista empezaba a ponerse nublada, pero de pronto algo pasó; sintió que una mano le apretó fuertemente por el cuello a la vez que una voz le susurraba algo, algo que no entendió. Y entonces despertó completamente agitada. Sentía el malestar en la garganta, mismo que dejaba como efecto el humo, pero todo estaba bien en el departamento. Volteó hacia los lados y todo estaba en su lugar, vio hacia el pequeño reloj analógico que estaba en la mesa de noche, este marcaba las 4:25am, todo pareció ser una pesadilla. Se estrujó los ojos y volvió a lanzarse a la cama.

Sería mentir si se dijera que había vuelto a conciliar el sueño, solo daba vueltas de un lado a otro en la cama. A eso de las 6am ya no aguantó más, se puso de pie y empezó a revisar todo lo que había en el departamento; el closet tenía algunas prendas de ropa, al igual que algunos cajones. Las despensas estaban llenas de comida, también el refrigerador. Sí, iba a poder vivir tranquila por lo menos por dos semanas, así que tenía que empezar a moverse desde ya. Vio que su maleta estaba en el medio de la sala, así que se dispuso a sacar sus cosas y colocarlas en su lugar. Dejando a un lado las cosas necesarias que llevaba en su maleta, para ella lo más importante eran las fotografías. Todas las fotos las llevaba en una memoria, pero tenía tres portarretratos; uno con una foto de sus padres, otro una foto con sus padres y el último una fotografía con su casi hermano Peter. Las acomodó en las mesas de noche que estaban en los laterales de su cama y suspiró, esto iba a ser difícil para ella, pero había sido su decisión, así que sacaría fuerza de donde fuera con tal de demostrar que ella podía hacer cualquier cosa. Un poquito más tarde, cuando estaba terminando de arreglarse, el timbre de la puerta empezó a sonar, son tenía idea de quien pudiese ser, así que fue rápidamente a abrir. Ahí se encontró con Jor.

— ¡Buenos días! –Saludó él-

— ¡Ay! ¡Buenos días! –Le abrazó- Recordaste la dirección de este lugar.

—Dime tu  ¿Cómo olvidarlo? Pero –Se detuvo a mirar- Está muy bien, esos arreglos le vinieron de maravilla. –Luna asintió- Esto es para ti. –Le ofreció un vaso- Chocolate caliente.

—Tu sí sabes. Muchas Gracias. –Tomó el vaso y dio el primer trago- Está espectacular.

—Veo que estás arreglada ya. Te invito a desayunar, así hablamos un rato ¿Te parece?


—Me parece. –Respondió risueña y cerró la puerta para salir junto a él- ¿Y? ¿Cómo está todo? –Preguntó como quien no quería la cosa. Lo preguntaba por Anne-

—Todo está bien. Yo sé que ayer te sentiste un poco incomoda por la actitud de Anne, pero fue algo de momento. Se sintió como…

—Ay no, no me disfraces lo que pasó. Yo soy muy perspicaz, yo sé que le cayó mal mi presencia. Y no sé por qué. Mi intención era llegar y así con toda mi buena vibra llenar de alegría el lugar. Tu sabes cuan ansiosa estaba por conocerla, y todavía tengo ganas de sentarme y hablar con ella, porque, yo no soy de las que le caen mal a las demás personas, yo soy un amor. –Jor sonreía.- Quiero llevarme bien con ella.

—Y lo vas a hacer. Solo fue que, ella tuvo un mal día y se shockeo con tu presencia. –Jor se escuchaba tan sereno, tan calmado. No sonaba al mismo de siempre. Luna asentía a lo que decía, pero solo pensaba en lo diferente que estaba él.-

—Sí, ya llegaré el momento de poder socializar. –Salían del edificio y empezaban a caminar por la acera- Vamos a dejarlo hasta ahí, ya llegará el momento de hablar de esto. –Ahí iba lo mismo que había dicho Anne- Cuéntame mejor de ti, de tu familia ¿Cómo está mamá?

—Está bien, realmente bien. Ahorita está de viaje con mi papá, una especia de segunda luna de miel. Algo así. Me parece tan necesario ese tipo de escapadas, creo que a ambos les hacía falta. –

—El punto central sabes que me iba a parecer bastante perturbador. –Jor rio- Pero es bonito, escaparse con la persona que quieres y alejarse del mundo real.

—Más o menos como estás haciendo tu ahorita.

—Algo así. –Respondió optimista, pero su cara cambió por un momento.- Ok, yo no puedo aguantarme, tu sabes como soy, cuando veo algo tengo que decirlo ¿Qué pasa contigo? –Jor le dio un sorbo a su café y encogió los hombros- No te hagas el tonto, sabes muy bien de lo que estoy hablado ¿Qué te pasó? Es como si te hubiesen quitado una parte del alma.

—Estoy intentando ser una persona normal. Olvidarme del hechicero y tener un perfil un poco más bajo. Tengo planes a futuro que con esa actitud de chulito que llevaba, no iba a poder concretar. Así que voy un poco más tranquilo. –Luna quedó con la boca abierta-


— ¿Qué dices? ¿Qué te pasó? Yo entiendo el punto que me quieres dar a entender, se resume en que estás madurando

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— ¿Qué dices? ¿Qué te pasó? Yo entiendo el punto que me quieres dar a entender, se resume en que estás madurando. Pero, tranquilamente puedes seguir siendo esa persona genial que va llevando su buena vibra por el mundo, y puedes ser una persona seria y correcta. Pero cada una en su momento, con las personas justa. Yo en este momento me siento rara, te veo y eres tú, físicamente lo eres. Pero no te siento como tal. –Jor suspiró.- Esto puede que te caiga mal, pero no tienes que cambiar tu forma de ser para encajar con una persona.

—No lo estoy haciendo para encajar con una persona. Ya te dije el motivo, tampoco es que asesiné a la persona que era. Sigo siendo el mismo, solo más tranquilo y sin magia.

— ¿Cero magia?

—Cero magia. Tengo poco más de un año que no uso nada magia. Solo cuando fui a verte, y tampoco fui yo quien lo hizo, así que, digamos que estoy sobrio de magia.

—Sobrio de magia, Wow, no sé si decirte que suena gracioso o qué. Vamos a recapitular lo que ha sido de ti estos últimos años. Estas por terminar la universidad, estás viviendo con Anne, te alejaste de la magia, estás un poco más serio, y te alejaste de tus amigos. –Esto último lo dijo con veneno- El pack de madurar. Sí, eso es. –El sarcasmo se había apoderado de ella.

—Bueno, parece que la gente se ha puesto de acuerdo para esparcir su sarcasmo conmigo. Luna, todo está bien. Te lo puedo asegurar con los ojos cerrados. No hay nada ni nadie que me esté cambiando, soy solo yo que estoy dando algunos pasos para mi futuro. Tal y como lo estás haciendo tú. –Le abrazó sin detener el paso- Soy el mismo –Le dio un beso en la frente y luego le tomó la mano, aquella en donde tenía la marca de vinculación.- ¿Piensas que con esto –Le mostró la suya- te voy a mentir? –Luna sonrió sin estar muy convencida, y le abrazó. Como quería a ese chico, y le preocupaba verle tan cambiado. Pero mucho no podía hacer, solo tenía que seguir viendo su comportamiento, viendo hacia donde iban a saltar los tiros. Pasara lo que pasara, ella iba a estar ahí.

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