Capítulo 17

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La conversación que mantuvieron Luna y Jor fue un tirando al ámbito personal, muy personal, algunas cosas que habían pasado hacia unos años, cuando ella estuvo ahí la primera vez. Sí, quizás no era algo que pudiese tener mucho en ese preciso momento, pero sí era importante para el desarrollo de su relación. Luna había decidido quedarse aquella noche ahí, en el santuario, y Jor quiso quedarse con ella. Era un algo que ambos necesitaban, reforzar la hermandad. Al día siguiente, despertó un poco conmocionada, aquellas pesadillas se hacían cada vez más intensas, pero de una forma peculiar, no sola eran pesadillas de esas que conocía, con miedos. Ahora parecía que salían de cualquier cosas que escuchara, que viera, y de algún modo se iban convirtiendo en versiones perturbadoras de su día a día, a tal punto de hacerle dudar sobre lo que estaba sintiendo, sobre lo que deseaba. Y no estaba bien. Sentía que los problemas se le estaban acumulando, pero de una forma tan estúpida.  A media mañana llegaba para empezar su turno en el trabajo, todos los que pasaban por su lado se le quedaban viendo, porque aunque llevara maquillaje, mucho maquillaje, se notaban los golpes. Cuando llegó a su cubículo, apenas dejaba sus cosas en el escritorio cuando escuchó la voz de Peter, sabía que tenía que hacerle frente en cualquier momento, pero esperaba que se tardara un poco más.-

—Sabía que te iba a encontrar aquí seguro. –Luna volteó la silla para verle- Te estuve esperando toda la noche en la puerta de tu departamento, hasta tu vecina me dio de comer.

—Sí, ella es un amor.  –Suspiró- ¿Qué es lo que quiere realmente en este momento? –Le preguntó muy bajo- Ahorita lo que necesito es concentrarme en esto. No necesito mucho más drama.

— ¿Piensas que esto es solo un drama? Esto es solo un mal entendido que tenemos que resolver.

—Sí, quizás. Pero este no es ni el momento ni el lugar. Además ¿No deberías estar en otro lado? No sé en la escuela dando clases o en el periódico, o qué sé yo balanceándote por la ciudad.

—Luna, no seas así, no te comportes como…

— ¿Cómo una niña? Perdón, a veces creo todavía lo soy. Por favor… -Luna se vio interrumpida por su compañera.-

—Disculpen, no quiero interrumpir su conversación, pero… a ti –Señaló a Peter- Morgan se enteró que estabas aquí y quiere hablar contigo. –Luna sonrió y aplaudió.-

—Ve, anda. No puedes dejar esperando a la jefa. –Peter torció la boca y respiró.- Anda.

—Tenemos una conversación pendiente. Lo sabes. –Dijo esto y se alejó. La chica que escuchó todo se quedó expectante viendo todo el asunto.-

— ¡Wow! Eso fue intenso. –Se acercó un poco a Luna y le preguntó.- ¿Qué onda? ¿Entre ustedes hay algo? ¿Son algo? Porque yo tenía entendido que… -Luna le miró con una sonrisa-

— ¿Qué te importa? –Se giró  hacia su escritorio. Cerró un momento los ojos y suspiró, que difícil estaba siendo todo. Tomó su bolso y abrió el bolsillo delantero para sacar algo, ahí se encontró con el anillo, el de Anne. Lo sacó y se quedó viéndolo.- ¿Qué voy a hacer contigo? ¿Qué? –Negó y volviendo a dejar el anillo en el mismo lugar.-


En la oficina de Morgan, Peter tocaba la puerta, tenía una mezcla de sensaciones tremenda. No sabía exactamente lo que iba a pasar y toso por un mal entendido, un tremendo mal entendido. Cuando ella le vio le hizo gesto para que entrara.

—Es increíble la capacidad que tienes, para mantener absolutamente todo bajo tu control. –Decía él mientras se adentraba a la oficina.-

—Que lo digas tú me parece un halago. Un tremendo halago. Siéntate.

—No, prefiero quedarme así. –Ella encogió los hombros.-

—Como quieras.  A estas alturas imagino que ya debes saber que fui a buscarte ayer a tu departamento y…

—Sobre eso quería hablar, no tenías que…

—Yo voy a hablar primero. –Le interrumpió en seco. Se puso de pie y suspiró.- Ayer cuando estuve ahí me encontré con una escena bastante interesante. Y recordé algo, en esta empresa hay una serie de normas, muchísimas normas. Y una de ellas es la extrema prohibición de amoríos dentro de las oficinas. –Peter viró los ojos.-

— ¿Y eso desde cuándo? Porque yo tengo entendido que tu mamá y tu papá se conocieron acá. Y sí, puede que de pronto obvié el detalle de que tengo una relación con Luna, pero eso no te incumbe a ti ni a nadie de este lugar. –Morgan sonrió sarcásticamente-

— ¿No me incumbe? Perdón, pero yo tengo que velar por el buen desempeño laboral y esto no ayuda en nada. –Se detuvo frente a él-

—Esto es una estupidez. Enorme. No tienes absolutamente nada que reclamarme, tú no tienes ningún poder sobre mí. Ninguno. Y no voy a dejar que por tus arranques repentinos te lleves por el medio a Luna.

—Ay qué lindo eres. Mira cómo te pones, yo no estoy diciendo nada en contra de ella, en realidad me cae muy bien. Yo solo quiero que esto no afecte mi área de trabajo. –Peter iba a decir algo pero ella no le dejó.- Sí, está bien no debía ir a tu casa sin avisar, pero solo quería hablar contigo. No creo que eso sea un pecado. Somos amigos, y los amigos a veces quieren hablar. Sabes a lo que me refiero. –Suspiró y volvió a sentarse en su silla de escritorio- No tenía ni idea de lo que estaba pasando contigo y esa niña, habían rumores, pero, los rumores siempre están. Ahora, retomando el tema, sabiendo ya como son las cosas, no puedo dejar que esto continúe aquí adentro.

—Es increíble, realmente increíble. Eres una de las personas más inteligentes que conozco y que he conocido. No me cabe en la cabeza que utilices tu poder solo por un capricho.

—Ya dije lo que tenía que decir. –Encogió los hombros- Los dos no pueden estar aquí, así que… Tú decides, le dices tú o le digo yo. –Peter sonrió y asintió-

—Claro, entiendo. –Suspiró- Se lo digo yo. Lo mejor es que lo escuche por mi boca. –Buscó en su bolsillo y sacó algo que dejó en el escritorio de Morgan. La mirada de ella reflejaba incomprensión-

— ¿Qué estás haciendo?

—Lo que tenía que hacer, te entrego mi identificación como parte de esta empresa. No podemos estar los dos, que se quede ella. Ella sí es necesaria, yo no.  –Con una sonrisa le guiñó un ojo, le lanzó un beso y salió de la oficina. Morgan había quedado en blanco, se esperaba cualquier cosa menos esa respuesta.-


En la universidad, Jor aprovechaba uno de sus periodos libres para comunicarse con Anne, desde la noche del sábado no tenía razón de ella. Intentó hacer la video llamada un par de veces, pero ella no la tomaba. Mientras caminaba por el campus iba saludando a las personas, era increíble la cantidad de personas que le conocían, personas que ni estudiaban con él. Se sentó en un banco un tanto alejado de la muchedumbre e intentó llamarle nuevamente. Ahí fue cuando respondió.

—Estaba ya preocupado por ti, no habías respondido ningunos de mis mensajes ¿Cómo estás? –Tenía la cara medio tapada pero para poder hablar debía descubrirla. Cuando lo hizo, Jor se sorprendió. -¡Wow! ¿Qué te pasó? ¿Estás bien?

—Sí, no es nada. Solo que el sábado cuando llegué a casa de mi madre, con toda esta locura y el azaramiento, me tropecé en la escalera y pegué la cara de un escalón.

— ¿Por qué no me lo habías dicho? Hablamos por teléfono y…

—Ni quería que me vieras así. Qué vergüenza, me siento como una tonta por esto. –Se señaló la nariz.- Lo siento ¿Tu cómo estás? Te noto tenso.

—Lo estoy un poco. Siento mucha presión, por algunas cosas, pero estoy bien. Te extraño.

—Y yo a ti. Pero ya el fin de semana vamos a estar juntos.

— ¿Vas a estar toda la semana con tu mamá? No lo tomes a mal, está bien que quieras estar con ella, pero, tampoco alejarte completamente. No estamos en diferentes ciudades.

—Lo sé, solo me quiero enfocar en ella ahorita. Y tampoco quiero que me estés viendo con esto en la nariz. -Se tapó la cara- Me da penita.

—Aun así te ves hermosa. –Le sonrió-  Ves, sonríes y te ves hermosa. Sabes, es curioso, y menos mal no fue en la misma situación, pero Luna el sábado fue atacada. –Anne tragó fuerte- Y también está golpeada. Puede que no te importe pero igual…

— ¿Viste a Luna el sábado después que eso pasó? –Preguntó preocupada, a lo que él asintió- ¿Y qué te dijo?

— ¿Qué me va a decir? –Él tampoco podía decir mucho sobre aquello- Estaba nerviosa, molesta. Solo dijo que un hombre la atacó, pero que no logró verle la cara. –Anne sintió un alivio-

—Ay, qué horror. Es horrible, no puedo imaginar lo que pudo sentir en ese momento. –Suspiró-

—Sí, tiene que ser agobiante. –Ella asintió, pero luego escuchó que la puerta detrás de ella se abrió, volteó y asintió-

—Amor, te tengo que dejar. Debo hacer algunas cosas. Te hablo pronto ¿Si? Te amo. –Le lanzó un beso y colgó. Al voltear nuevamente cruzó su mirada con la que aquel rubio misterioso.- ¿No deberías tocar la puerta antes de entrar? 

—Sí, debería. Pero a veces es bueno el factor sorpresa. –Le sonrió cálidamente- ¿No te da penita? Mentirle así, tan fríamente ¿Ah? Él cree que estas en casa de tu madre y eso puede ser peligroso. Porque tu madre piensa que estás en la universidad.

— ¿Y eso te importa?

—Más de lo que crees. –Se sentó junto a ella- Tienes que ser un poco más cuidadosa ¿De qué te ha servido todo el entrenamiento? Dejas muchos cabos sueltos, y esa puede ser tu perdición. Tienes que tomar consejos Anne. –Le tocó la barbilla pero ella se apartó.-

—No me toques, tú no tienes ninguna autoridad sobre mí, lo sabes ¿No? Además, sabes que yo estoy aquí por voluntad, porque ustedes tienen información que yo necesito, o al menos eso me han estado haciendo creer.

—Tranquila princesa que yo tengo muy claro cuál es mi lugar. Y ese es detrás de un escritorio, muy lejos de toda la acción. Y sí, también sé que estás aquí por voluntad. Pero me preocupo por ti, me preocupa que vayas a hacer algo mal y puedas caer. No me juzgues, yo solo quiero lo mejor para todos. Hasta para ese pobre chico al que tienes engañado. –Se levantó y fue caminando hacia la puerta.- Te recomiendo que vayas a ver a tu mamá, que pases unos días con ella. También te hace falta compartir con tu progenitora. –Guiñó el ojo y salió de la habitación. Anne cerró los ojos y se recostó en la cama.-


Volviendo a la universidad, Jor se encontraba comiendo con Billy, sí, Billy estudiaba en la misma universidad. La conversación iba y venía, hasta que cayeron en el tema  del ataque al cuartel.

—Todo esto es muy raro, demasiado. Yo tengo tiempo ahí, y nunca había pasado algo así. Los únicos que sabemos sobre la ubicación de todo somos nosotros. Quien haya sido tiene que ser un genio para hackear sistemas. Estamos hablando de un sistema de seguridad avanzado, Cassandra no hace pocas cosas, y Peter menos, así que, imagina la capacidad que debe tener esta persona. –Exponía Billy- Además, no puedo dejar de pensar en el momento que le preguntamos a Luna si había visto a la persona que lo hizo.

— ¿Estás sospechando de Luna?

—No, pero sí creo que sabe quién lo hizo. Estaba a punto de decirlo, pero se contuvo ¿Y luego? ¿Decir que no le vio la cara? Siento que lo sabe. –Jor torció la boca y bebió un sorbo de su bebida. Quizás era cierto. Luna sabía quién era la persona y solo la estaba encubriendo, pero ¿Por qué? Era evidente que esa persona le había atacado ¿Por qué no acusarle, denunciarle? -

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