Capítulo 9

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Lo ocurrido parecía no haber pasado, ambos estaban muy tranquilo, siguiendo la conversación como si nada. Pero Cass sí estaba un poco mal, sentía que aquellas palabras se las hubiesen dicho a ella. Y sí, aunque estuviese “Tranquila” no podía negar que se sentía afectada. Al cabo de unos minutos, Luna le dijo algo a Peter al oído, a lo que él asintió. Entonces ella se puso de pie y se fue hacia el baño. Estando ahí, ya sola, se quedó viendo su reflejo en el espejo, podía notar como sus ojos se iban cristalizando.

—No, Luna no. Tienes que ser fuerte, tu eres sola, más de una vez te lo han dicho tus padres. No puedes depender de las opiniones de los demás, porque no vas a llegar muy lejos si te empeñas en eso. -Tragó fuerte y secó la lágrima que empezaba a salir.- Ok, tu tranquila Luna. Tu tranquila.

Afuera, en el pasillo, Anne caminaba como si estuviese perdida, parecía buscar algo, pero no sabía qué. Cuando estuvo a punto de girar la manilla de la puerta que dirigía hacia el cuartel, Luna le habló a sus espaldas.

—¿Qué buscas?

—¡Ay! Me asustaste. – Respondió sobresaltada- El baño, buscaba el baño. Me dijeron que por aquí, pero hay tantas puerta.

—Allá – Luna señaló sobre su hombro hacia su espalda- La última puerta.

—Muchas Gracias. -Respondió con rapidez Anne para dirigirse hacia donde le apuntaron-

—¡Anne! – Se detuvo al escuchar la voz de Luna- Quería, no sé ¿Disculparme? Por si he hecho algo que te haya molestado o afectado, no sé. -Hablaba un poco bajo, tampoco se sentía con la obligación de hacer esto, ella no tenía que disculparse por nada, pero de algún modo le ayudaba a estar más tranquila- Quiero que sepas que de mi parte, no va a haber problema alguno, con nada. Yo… -Suspiró- Creo que esto lo he dicho ya varias veces. Yo lo último que quiero es molestar, y mucho menos a ustedes. -Anne sonrió y se acercó a ella para tomarle la mano-

—Creo que eso es lo que más deseamos. -Habló tan cálidamente pero a la vez con tanta firmeza- Ya veremos si eso sucede de verdad. -Volvió a sonreír y le soltó la mano para seguir su camino. Luna quedó en blanco. Que extraña se la hacia esta chica. Volteó hacia la puerta que había intentado abrir, y de pronto una corazonada se  apoderó de ella, quiso cerciorarse que realmente estuviese cerrada. Y sí, lo estaba, con seguro. Vio con desconfianza el camino que la otra rubia había seguido.
Al regresar con el grupo, Peter se puso de pie y le entregó su suéter.

—¿Qué? ¿Se van a ir ya? -Preguntó con rapidez Kate-

—Sí, yo la estoy pasando muy bien, pero tengo muchas cosas que hacer mañana. Sé que es Sábado, pero igual tengo mucho por hacer. – Se disculpaba Luna- Espero pronto podamos volver a reunirnos.

—Ay claro que sí. – Se levantó Cass y le abrazó- Espero todo se arregle. – Le dijo bajo, a lo que Luna asintió- Nos vemos luego.


De camino al departamento, Luna no había expresado ni una sola palabra. Estaba sentada en el asiento del copiloto viendo hacia el frente, sin expresar nada. Llegó un momento en el que sintió que todo se le estaba empezando a nublar hasta que se volvió sólo oscuridad. Todo pasó en cuestión de segundos, pero parecía que había pasado una eternidad. Aquella sensación que ya había tenido antes, esa en la que sentía caer a un abismo, volvió a consumirle,  pero esta vez cayó rápidamente en sí sobresaltándose. Peter volteó a verle.

—¿Estás bien?

—Sí, estaba quedándome dormida. – Se frotó los ojos- Dios, que intensidad.

—¿Quieres hablar de lo que pasó allá? – Luna volteó y torció la boca-

—No, bueno no sé.  – Se tapó la cara- Son muchas cosas, tantas que ni sé qué pensar. Imagínate ponerme a hablar de eso. -Tragó fuerte y suspiró. Pete detuvo el auto frente al edificio y se quedó en silencio viéndole. Le tomó la mano haciéndole volteara mirarle. Luna suspiró y le acarició el rostro- No quiero que creas que yo soy una loca que…

—No, no digas nada. Yo sé que ese comentario fue un poco mal intencionado. También sé que todo esto es difícil, muy difícil, pero no creo que seas una loquita. -Le tocó la punta de la nariz graciosamente. Ella sonrió y se acercó para darle un beso-

—Quédate conmigo hoy. -Él le miró con una sonrisa mediana- ¿Sí? Por favor. -Asintió y le besó-


Todo estaba en silencio, un silencio casi sepulcral. Que esto pasara era inentendible, era la ciudad de Nueva York. Sólo se oía el sonido del viento soplando, mismo que iba en aumento hasta llegar a convertirse en un silbido casi infernal. Las ramas de los árboles también empezaban a hacer sonidos debido a la intensidad del viento. Luna estaba sentada en la cama viendo hacia la ventana, podría sonar raro, pero hasta podía ver como el viento se movía.  Iba a ponerse de pie, pero sentía que no se podía mover, y por más que lo intentara, no podía hacerlo. Hasta que llegó un momento en el que sintió que le empujaron hacia atrás mientras le tomaban del cuello. Fue instantáneo, esto ocurrió y se despertó sobresaltada. Junto a ella estaba Peter que también se levantó, pero más calmado.

—¿Qué ocurre?

—Una pesadilla, una pesadilla que…. – Se quedó en silencio mientras veía el rostro de su acompañante, parecía que algo estuviese corriéndole desde la frente- Que…. Que… ¿Eso es sangre -Él se tocó la frente y luego vio su mano-

—Sí, sí lo es. -Respondió tranquilamente mientras Luna intentaba entender- Sí, esto es una consecuencia.

—¿Consecuencia? ¿Qué? ¿De qué estás hablando? Hay que ver qué pasa y… - Se levantó con rapidez con la intención de encender la luz, pero se detuvo al escuchar lo que él dijo-

—Esta podría ser una consecuencia a las erróneas decisiones que podrías tomar. -Ella volteó un poco asustada. La cara de él ya estaba cubierta de sangre. Luna se quedó pasmada, no sabía qué hacer, ni sabía lo que estaba pasando. Al ver que él se le acercaba empezó a caminar hacia atrás, pero se vio acorralada.-

—Esto no puede ser real. -Murmuró mientras cerraba los ojos-

—Es real. – Dijo él haciendo que la chica abriera los ojos sólo para encontrarse con una horrenda cara desfigurada. Luna gritó tan fuerte que despertó de esta otra pesadilla. El grito fue tal, que despertó muy sobresaltado a Peter-

—¿Qué? ¿Qué pasa? – Luna estaba agitada le veía con cara de terror- ¿Qué?

—¿Eres tú? -Preguntó mientras se despertaba azarada-

—¿Qué? Claro que soy yo. – Fue tras ella. Luna, quizás por un impulso le dio un puñetazo en ojo- ¡Ouch! -Gritó- ¿Qué fue eso?

—Sí eres tú, perdón, perdón. -Empezó a sentir un dolor en el pecho, no estaba aguantando, así que empezó a llorar- Perdón, perdón. – Fue hacia él y le abrazó. Él hizo lo propio-

—Ya, no pasa nada. Tranquila. – Le acariciaba el cabello- ¿Vas a contarme lo que pasa? – Ella no respondió, sólo lloraba-


Por otro lado, Jor en su departamento estaba sentado en la oscuridad, sólo en la sala. Pensaba en lo que estaba pasando, en lo que estaba sintiendo, odiaba sentirse así, odiaba sentir así. Tenía problemas, estaba consciente de ello, necesitaba ayuda, eso lo sabía. Pero no podía hacerlo, no podía detenerse y hablarlo con alguien, porque sabía que si se detenía de un lado iba a hacerlo mal por el otro. Y no sabía si eso era peor de lo que estaba haciendo ahora. Hasta él mismo se sentía como un extraño más. Mientras pasaba las manos por su cara, pudo haber jurado que esa marca en su muñeca brilló un poco, pero fue algo muy rápido.

—Creo que me estoy volviendo loco. – Se tapó los ojos con sus manos y echó la cabeza hacia atrás-

—Y si te lo tragas sólo, podría ocurrir más rápido. -Volteó y vio a Anne parada junto a la pared- ¿Qué haces aquí a esta hora?

—No podía dormir y no quería molestarte. -Extendió la mano para que ella se acercara- Pero no pasa nada.

—¿No pasa nada? Esa cara no dice “No pasa nada", al contrario. – Se sentó en sus piernas- ¿Pasó algo? ¿Hice algo mal cuando estaba con tus amigos?

—No, claro que no. – Le dio un beso en la mejilla- Soy yo, fue algo que dije. Algo que no debía decir. Pero es algo que tengo que resolver por mi propia cuenta, y de ahí intentar no seguir metiendo la pata. -Anne le movía el cabello mientras le veía a los ojos-

—Me preocupas, porque sí, te he visto un poco descolocado. Creo que necesitas un cambio de aire. Podrías aprovechar estos días que voy a estar afuera para… -Jor frunció el ceño- ¿Qué? Yo te lo había dicho, mañana mi mamá viene a buscarme y voy a estar unos días con ella ¿Lo olvidaste?

—Sí, no recuerdo ni cuando me lo dijiste. Lo siento.

—¿Ves? Es lo que digo, necesitas despejarte. Deberías aprovechar estos días para salir con tus amigos, olvidarte que hay más cosas alrededor y sólo enfocarte en ti, en lo que quieres. Pero con mucho cuidado ¿No? – Dijo graciosamente a la vez que le abrazaba- Ay -Suspiró- no tienes idea de cuanto te amo. – Le tomó el rostro para verle de frente- Yo quiero que tengas siempre presente eso, que te amo, más allá de cualquier cosa. Que eres una de las personas más importantes en mi vida.– Jor le acarició la mejilla y le besó-

—Lo sé, y lo comparto. Te amo como nunca he amado a nadie. – Ella dejó caer una lágrima y le abrazó fuertemente-

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