Capítulo 15

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En casa de Peter, él le curaba los golpes y aquella pequeña incisión en el labio. Luna no decía nada, se sentía tan consternada por todo que le costaba siquiera pensar.

—Estamos listos por aquí. – Le habló cálidamente él-

—Eres bueno en esto. – Le sonrió-

—Digamos que poco más de media vida en este mundo, te hace un experto curando heridas. – Le apartó el cabello de la cara- Me alegra que no te haya pasado nada más grave. – Luna encogió los hombros- Dime ¿De verdad no le viste la cara a la persona que te hizo esto? – Ella negó- ¿Y si crees que sea Hydra?

—No lo sé, yo sólo dije lo que vi.  Ya no sé más nada. -Respiró profundo-

—Está bien. No hay que pensar en eso. – Le tomó la mano y le dio un beso en ella- Eres una niña fuerte. – Luna sonrió y alzó el puño. Peter se levantó para ir hacia la  cocina- ¿Quieres comer algo?

—No, solo quiero dormir. Siento como si tuviese más de un mes que no duermo.

—Por lo que veo, casi. – Le dijo desde la puerta antes de salir completamente- No imagino como debe estar sintiéndote luego de lo que ha sido todo el día de hoy, todo ha sido… -Regresaba con un vaso de agua para que pudiese tomarse los analgésicos, pero al entrar a la habitación, ya ella estaba durmiendo- Creo que eso es bueno. -Dejó el agua en la mesa de noche, le arropó y le dio un beso en la frente. Eran poco más de las 3:00Am y como no tenía nada de sueño, encendió su portátil. Pero apenas haciendo esto, su celular sonó, le había llegado un mensaje con calidad de urgencia. Cuando lo leyó su expresión cambió- Tiene que ser una broma. -Dejó su portátil de un lado y fue por uno de sus trajes.


Había pasado algún rato, Luna estaba sola en aquel departamento, pero ella no lo sabía ya que seguía durmiendo. Pero como siempre, no había sueño tranquilo, las pesadillas le atormentaban. Se movía de un lado al otro con desesperación, pero el sonido del timbre le sacó de aquel estado agobiante. No quería abrir los ojos, ya que según ella, Peter atenderla, pero al seguir escuchando el timbre sonando, tuvo que levantarse. Somnolienta tomó su teléfono para se la hora, 4:23am ¿Quién podría tocar a esa hora? Vio a los lados buscando a Peter pero no lo encontró, en cambio vio una nota que decía “Llamado de emergencia. Lo siento”. Dejó la nota de un lado y fue hacia la puerta. Estaba tan dormida todavía, que ni preguntó quien era, solo fue a abrir y ya. Pero vaya sorpresa se llevó al abrirla y ver quien estaba ahí. Fue tal el asombro que hasta le costaba coordinar las palabras. Pero ella no fue la única, la persona que había tocado también se desconcertó al ver a Luna.

—¿Luna? -Preguntó aquella mujer, sí, era una mujer. Luna intentaba encontrar la forma de hablar-

—¿Morgan? – Le miró sin comprender, por un momento pensó que estaba soñando y disimuladamente se pellizcó. Pero no, era real.- Ok, en este momento no sé si sea una buena idea preguntar qué haces aquí. Pero tampoco quiero suponer. – Se quedó en silencio. Ambas estaban incómodas- Peter no está, porque imagino que viniste a buscarlo a él. Y… Y eso, no está.

—Esto es tan incómodo. Lo lamento, mejor es que me vaya. – Dijo la castaña dándose la vuelta. Luna cerró la puerta sin caer todavía en lo que había pasado. Cuando por fin lo hizo-

—No puede ser, esto tiene que ser una maldita broma. -Gritó hacia dentro. Pasó varias veces las manos por su cabello.- Es demasiado, demasiado. – Se sentó al borde de la cama y empezó a respirar profundo. Negó y tomó su bolso para sacar lo que faltaba de su ropa. No habían pasado más de cinco minuto, cuando ya había terminado de arreglarse, pero desde la ventana vio una figura oscura entrando. Obviamente se asustó y gritó.-

—No grites, no grites. Soy yo. – Peter se quitaba la máscara de su traje negro-

—¿Qué eso que llevas puesto? Es horrendo.

—Es otro traje, es como de camuflaje.

—Es horrible. Pero sin la máscara te queda mejor. -Dijo esto y negó- No, yo estoy molesta.

—Perdón, te dejé  una nota. Fue una emergencia, tuve que salir rápido y…

—¿Y?

—Casey me escribió ¿Si? Quedó preocupada por lo que dijiste de Hydra, y quería hablar conmigo. Ella y yo tenemos afiliación con SHIELD desde hace tiempo pero…

—No me importa. Bueno, sí me importa. Pero no es por eso que estoy molesta. -Al escuchar eso Peter frunció el ceño ¿Entonces porqué estaba molesta?- ¿Qué hace Morgan Stark, buscándote a las cuatro de la mañana en tu departamento? -Preguntó muy seria-

—¿Qué? No lo sé. 

—Ay vamos. Ninguna mujer busca a un hombre en la madrugada para nada.

—Te juro que no lo sé.  Ni sabía que ella tenía mi dirección.

—Peter ¿Tu tienes algo que ver con Morgan?

—¿Qué? No. -Respondió con rapidez-

—Ay por Dios, la rapidez de tu respuesta me desconcierta tanto. No sé qué pensar.

—Lo pienses eso que estás pensando. Luna, yo no tengo nada que ver con ella. Yo…

—Te juro que estoy empezando a odiar mi vida. – Dijo viéndole fijamente para acto seguido abrir un portal e irse-

—No, Luna… - No logró detenerla así que se tomó la cabeza- Todo esto parece sacado de una muy mala película. – Se frotó los ojos y negó-


Al día siguiente, pasado el medio día, Jor llegaba al cuartel como si nada. Billy que salía de la cocina con una manzana, le saludó con un poco de ironía.

—¡Vaya! ¿Debemos acostumbrarnos a tus visitas o es una simple ilusión de momento?

—Ok, me merezco que me hables así.

—Déjame adivinar ¿Tú chica se fue de viaje y te dejó?

—Está con su madre, por lo que pasó ayer. -Billy mordió la manzana y arqueó la ceja- Y justo por lo de ayer, vine. Quiero preguntarle a alguien, a quien sea, quien sepa, lo que sean esas cosas.

—Son pesadillas. -Intervino Wanda-

—Ay Wanda ¡Que sorpresa! Tenía tiempo que no te veía. – Le saludó con un abrazo-

—Podría decir lo mismo, pero no por las mismas razones. -Jor asintió- Retomando, son pesadillas. Provenientes del mundo de los sueños, específicamente del Reino de las pesadillas. Se alimentan de los miedos de las personas y a su vez, alimentan a si rey. – Jor se quedó pensativo-

—Que locura. -Apretó los labios- Ayer cuando vi estas sombras, tuve una sensación muy fuerte, muy fea. Fue como si un escalofríos recorrieran todo mi cuerpo.

—¿Estás teniendo pesadillas?

—¿Pesadillas? No, si apenas duermo. Desde hace un tiempo me levanto sobresaltado en las madrugadas y ya no puedo dormir más. Y, puede sonar loco, yo al inicio pensé que estaba mal, pero cada vez que eso sucede, esto se ilumina -Levantó su muñeca con la marca-

—¿Desde cuándo está pasando esto?

—Mmmm no lo sé, algunos días después de que Luna llegara. -Wanda se quedó pensativa, pero antes de que pudiese decir algo Peter entró al lugar-

—Buenas tardes a todos… ¡Wanda! ¡Hola! – Le abrazó- Perdón por llegar así, pero… ¿Luna está por acá? -Wanda negó- No puede ser -Suspiró dando una vuelta-

—¿Qué pasó? -Preguntó Jor con preocupación-

—Un mal entendido, está mañana abrió uno de eso portales y se fue, un poco molesta. Tengo toda la mañana buscándola, llamándola y no la contacto.

—¿Problemas en el paraíso? -Preguntó Billy burlándose un poco-

—¡Billy! -Wanda le llamó la atención. Él sólo levantó la mano y mordió su manzana-

—Estoy preocupado la verdad y…. – Peter no logró terminar de hablar porque algo que pasaba frente a él se robó toda su atención- ¿Qué le está pasando a él? -Apuntó a Jor que tenía los ojos cerrados y movía su cabeza de un lado al otro, pero de forma extraña. Luego dio un pequeño brinco, como un sobresalto. Cuando vio a su alrededor, notó que todos le veían expectantes-

—¿Ves? Esto es lo que digo -Alzó la mano para que Wanda viera aquella marca brillando- No sé cómo sucede esto.

—Evidentemente tiene que ver con Luna, ustedes tienen una conexión bastante peculiar.

—¿Eso tiene que ver con las pesadillas? -Todos ojos fueron hacia Peter- Ok, ella no me ha contado nada, pero a veces es bastante obvio. Está teniendo pesadillas, muy seguido. No sabría decir si todas las noches. Pero también se está quedando dormida de día y tiene sobresaltos así como tu ahorita. – Jor respiró con preocupación- Estoy seguro que estas pesadillas son bastante fuertes porque… -Volteó hacia Billy- ¿Recuerdas el ojo morado?

—¿Quién se va a olvidar de eso?

—Luna me lo hizo. Despertó una noche muy nerviosa y asustada. Cuando me acerqué a ella, me golpeó. Luego, cuando se dio cuenta que era yo, se puso a llorar, temblando. No me ha querido contar lo que pasa, pero sé que es grave.

—Ay no puede ser. -Repetía Wanda nerviosa- Es grave, muy grave. -Expresó tan seria que helaba la sangre-

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